Hay compañeros y sectores de la oposición a quienes no les importa si los presos se les respetan sus derechos humanos. Lo único que buscan es un pretexto para desprestigiar al gobierno. Si se dialoga el gobierno y el ministro son blandengues; si se decide utilizar la fuerza pública, popular y legitima e imponer el derecho de la sociedad a mantener la paz, el sosiego, el sometimiento a las leyes y a la justicia, para impedir que la impunidad se imponga por la fuerza; entonces, son unos violadores de los derechos humanos.
No nos extrañe que mañana los "pranes" apoyados por sectores de la oposición y de quienes internamente con el manto de la "misericordia" y de una política ilusa que todo lo perdona y lo olvida, que se disfrazan de "los buenos", exijan el derecho de juzgar ellos mismos a los delincuentes y de aplicar beneficios a los reos.
Ya casi estamos en ese punto.
Ante la ausencia de Chávez no hay nadie que se atreva a sumir el riesgo de decidir. Prefieren darle largas hasta que Chávez decida. Igual que en Guayana con el caso del llamado Rey de la Cabilla y las supuestas complicidades de otros funcionarios públicos, en el que Yelitza Santaella hiso un papel tan triste, con sus declaraciones descalificando las investigaciones de la DIM y apoyando automática e incondicionalmente a los acusados, por lo cual, en el caso de que Luis Velázquez y su entorno resulten culpables, al menos, ellas y todos los que por miedo o por complicidad han desestimado las investigaciones del DIM, deberían tener la suficiente dignidad, para renunciar a sus cargos.
La militancia del PSUV de la Zona Sur debería inventa una especie huelga de hambre, que tanto éxito tuvieron en la oposición ó de brazos caídos para no asistir a ninguno de los actos oficiales donde esa compañera este presente, o una “huelga de sangre” hasta que salga del cargo que ocupa, gracias a las herencias y a los zombis cuarto republicanos del puntojismo que persisten en el seno de nuestras propia filas.
Y con el de de Becerra en el cual, ante el silencio de los responsables y de su, miedo e incapacidad para defenderse, tuvo que salir Chávez y asumir la responsabilidad.
En el caso de El Rodeo después de agitadas las gestiones por la vía de la conciliación, la paz y el entendimiento nadie se atreve a dar la orden de meterle diez tractores D9 y derrumbar las paredes el recinto para apresar a los alzados y confunden la situación con lo que pasó en la Plaza Francia con los militares alzados a quienes Chávez el dejo que se apagaran solitos. Para lo que piensan eso debo decirles que son dos situaciones deferentes.
Por casualidad, y en política no existe nada casual, y si llega a suceder, se debe actuar como si no lo fuera. Porque el enemigo sabe utilizar las casualidades. Todos estos acontecimientos giran en torno a las actuaciones de los organismos de inteligencia del gobierno. Se trata de desprestigiar al DIM, de desmoralizarlo de poner en duda cualquier se sus informe de inteligencia y de involucrar a sus agentes en los mismos negocios turbios que están investigando. Lo grave es que compañeros del PSUV, de su Dirección Nacional, se presten para ese plan.
No puede haber dudas en torno a la complicidad de organismos y funcionarios del poder judicial en el tráfico de armas, de drogas, hacia el interior de los penales y en la propia organización de toda esta “rebelión” y de su concordancia con los planes desestabilizadores y golpistas de la oligarquía parasitaria venezolana y los desvergonzados ladrones internacionales del imperialismo norteamericano y sus aliados.
Esta es una gran oportunidad para tomar ponerles piedras a las mafias del poder judicial, a los cogollos y cúpulas internas que a los mejor no las eliminaran por completo pero nos devolverá a la fe, la esperanza y nos dará fuerza interna para seguir luchando por esta revolución.