A
iniciativa del PSUV, en la Asamblea Nacional, se está discutiendo la
reforma a la ley en contra de la delincuencia organizada, la que ya fue
aprobada en primera discusión, ahora cualquiera debe estar en contra de
la delincuencia organizada o delito de mafia; pero el problema, aparte
de la crítica tradicional a todas las leyes que hacemos los comunistas,
aun en supuesta quinta republica, como es el carácter burgués de todas
ellas, en donde el principal mafioso es el estado capitalista, más que
todo el poder financiero-militar que está detrás del poder y es el
verdadero poder, aparte del carácter de clase de todas estas leyes,
repito, esta reforma tiene sus especificidades que hacen prender las
alarmas con carácter de urgencia, porque está reforma no la está
promoviendo
un gobierno de derecha o grupo político pro-yanqui, sino un gobierno
que se percibe, y se da a entender, como de izquierda, socialista y
sobretodo bolivariano revolucionario.
Aparte
de la “cabra vieja” que significa la ley en contra de la delincuencia
organizada, ya que aquí los capitalistas, solo atacan a las mafias
menores y algunas mafias competencias de ellos mismos, con fines de
dominarlas para impedir su crecimiento y ellos siempre prevalecer,
puesto que repito, la principal mafia del mundo es el grupo
financiero-militar judío yanqui, quien domina al mundo y es el poder
tras el poder.
La
“nueva” ley en contra la delincuencia organizada, o mejor dicho la
reforma a la ley orgánica en contra de la delincuencia organizada, a la
cabra vieja, que ella misma es, existe una “cabra nueva” y es que pega
con chicle la palabra “financiamiento al terrorismo”, en otras palabras,
mete al terrorismo (Pero desde la óptica yanqui), en este paquete y lo
asimila a la delincuencia organizada; por ello la “novísima” ley que va a
resultar de la reforma se denomina “Ley Contra La Delincuencia
Organizada y el Financiamiento del Terrorismo”.
En
más de una oportunidad hemos dicho hasta la saciedad, no solo quienes
formamos parte de la escuela del Ius Comunismo sino cantidades de gente
que van desde el espectro de la izquierda radica hasta simple
catedráticos e investigadores, que el término “Terrorismo” debe
definirse por la propia ONU, ya que el mismo no está acertadamente
definido sino que solamente los tratados supuestamente anti-terroristas,
solo describen una conducta terrorista, mas no existe una definición o
concepto del término; esto hace que el Imperialismo Atlántico de una
forma diabólica y maniobrera iguale el derecho legitimo y universal que
tienen los pueblos a la resistencia, aun armada, con terrorismo. También
hemos abogado porque el término de “Terrorismo de Estado”, sobretodo
cuando es
el de un estado imperial como USA, el cual pasa los límites de su
frontera.
Precisamente esta ley anti mafia y anti terrorista que se está discutiendo en la asamblea nacional a instancia de Miraflores, forma
parte de las leyes cuyo molde es la “Patriot Act” gringa, ley de corte
fascista, para combatir la resistencia y hasta la mera disidencia de los
pueblos, en contra de la dictadura global neoliberal; en el caso
concreto de Venezuela, esta ley nos hace partícipe del plan Colombia,
tutelado por Washington, y es un paso atrás (Uno más de los varios que
ha venido dando) en la política anti-imperialista, anti-capitalista y
como zona de paz, por parte del gobierno de Venezuela desde que Chávez
está en Miraflores. No me extrañaría para nada que este bodrio sea uno
de los “productos acabados” de las
celebres mesas de trabajo, en donde participan tanto la Cancillería
como el Ministro de Policía, con sus pares Colombianos, desde que Santos
es el “nuevo mejor amigo” de Chávez; acuerdos por cierto que son un
secreto bien guardado para el país, pero siempre al caballo se le ven
las patas, y es fácil deducir esas conclusiones cuando vemos entregas
express de miembros de la resistencia legitima y armada Colombiana,
entregados como “narcotraficantes”, cuando vemos acuerdos antidrogas en
donde se permite la actuación extraterritorial de las autoridades
Colombianas (Estado Narcoparamilitar) en suelo patrio y ahora esta
“nueva” reforma de ley, inscrita dentro del molde del Pentágono de lucha
infinita en contra del terrorismo y formante parte del plan
intervencionista y guerrerista gringo, indebidamente denominado
“Colombia”.
Por
un momento pensé que Venezuela y desde la Asamblea Nacional, con el
actual presidente, sobretodo cuando le escuché su discurso de
instalación, Venezuela pudiese haber sido sede de un Congreso Mundial
sobre Terrorismo, precisamente, para instar a la ONU que defina al
terrorismo y diga quienes son terroristas y sobretodo para que sea un
término oficial, que no lo es, el “Terrorismo de Estado”, pero cuan
equivocado estaba, triste papel de un gobierno que cada día da mas y mas
pasos de entrega al imperialismo yanqui, por intermedio de su principal
títere en Sur América, como lo es Bogotá, que de no hacer un “vuelvan
caras”, la historia y el pueblo se las va a cobrar bien caro, y más
pronto de lo que ustedes creen; la verdad que de no dar un “vuelvan
caras”, yo no
quisiera estar jamás en sus zapatos.
Haré
un próxima entrega, en donde hablaré de aspectos contenidos en la
susodicha reforma de ley anti mafia y anti financiamiento terrorista,
como la “El Súper Policía Anti-Terrorista” y sus amplísimas funciones,
la extraterritorialidad de la ley y la no definición de que es
terrorismo solo la descripción de una conducta violenta, y por supuesto
de allí se deriva todo un estado de excepción de actuaciones policiales
arbitrarias y actuaciones fascistas, encarcelamientos y asesinatos de
muchas personas en base a la descripción de esa conducta violenta, que
supuestamente eso es terrorismo, termino etéreo, no definido, ambiguo,
bastante plástico, un saco de sastre, en donde cualquiera cabe dentro del, en un momento determinado y
a conveniencia.