Me
pregunto: ¿Tomará en cuenta el Tribunal Supremo las inconsistentes
y cambiantes acusaciones hechas a destiempo por la Fiscalía colombiana?
Una vez desmontado el “falso positivo” fantasioso inicial con el
que acusaron al cantante, ahora intentan, nuevamente con torpeza, otra
falaz acusación. Después de la alharaca mediática colombiana, ahora
resulta que Julián no extorsionaba telefónicamente ni participaba
en combates a 2000 kms de distancia de donde se hallaba, sino que, cual
ballena de la Odisea (perdón... quise decir sirena), “…con su
canto fomenta la incorporación de menores…”, para luego
“reclutarlos” y “desaparecerlos forzosamente”. La
renovada patraña jurídica además, lo señala de ser “miembro
del Estado Mayor” de la Farc-Ep, grado honorífico que le fue
otorgado por las fuerzas represivas colombianas y el emporio informativo
de la familia Santos, a partir del 31 de mayo de este año, cuando fue
apresado en un sórdido operativo policial en el estado Barinas, donde
Conrado llegó, convaleciente de males de salud y los efectos de la
guerra, dispuesto a dedicarse a las labores agrícolas. Antes de esa
fecha era llamado “el cantante de las Farc”, a partir
de ese día le fueron enrostradas capacidades de mando y jerarquía
que harían ver como un guerrillero raso al mismísimo Manuel Marulanda
redivivo, en caso de que el Altísimo decidiera prescindir de su compañía
en el panteón celestial para reenviarlo a la selva de sus amores y
utopías.
Un
detalle revelador por obra de algún captor y la gracia tecnológica
del BlackBerry: puede verse una foto de Julián, el mismo 1 de
junio un día después de ser capturado, en la página de la cadena
Caracol http://www.caracol.com.co/noticias/judicial/venezuela-inicio-tramite-para-deportar-a-alias-julian-conrado/20110601/nota/1482314.aspx
, lo que demuestra el grado de colaboración de las fuerzas represivas
nacionales con las del vecino país, así como con sus corporaciones
informativas. Es decir, antes de que nos enteráramos los venezolanos
y venezolanas (y quizás el Presidente Chávez), ya el gobierno colombiano
celebraba el hecho, prometiendo la jugosa recompensa, al emitir otro
de sus eufóricos partes de guerra contra las fuerzas insurgentes. Me
pregunto: ¿Quién envió la foto de la captura a los medios colombianos,
saltándose autoridades, procedimientos y disposiciones legales? ¿Por
qué tanta celeridad? Cabe pensar que fue una prueba para cobrar
los millones de dólares como recompensa ofrecida, así como también
“demostrar la eficiencia” de los servicios de seguridad extranjeros
en el asunto. Mala señal para nuestra soberanía.
Por
si hay dudas sobre la decisión correcta, el gobierno venezolano y el
Tribunal Supremo deberían revisar antecedentes similares en el ejercicio
del Derecho Internacional como el del cura Camilo, víctima también
de la persecución de las hordas represivas colombianas hace pocos años
en Brasil, cuyo gobierno dio una lección de soberanía y entereza,
ante la presión del uribato, negando la extradición. Preciso recordar
en este incidente, el paso decisivo dado por el Partido de los
Trabajadores (partido mayoritario que llevó a Lula da Silva a la presidencia),
en defensa del perseguido, http://es.wikinews.org/wiki/El_Partido_de_Lula_intercede_abiertamente_por_la_liberaci%C3%B3n_de_l%C3%ADder_de_las_FARC ;
notorio contraste con el silencio, más propio de una funeraria,
de la dirigencia y vocería del PSUV, que no de su militancia, como
tampoco de los movimientos sociales patriotas, los cuales, constantemente
en diversos espacios, claman por la libertad del cantante ajenos a la
mordaza.
Siguiendo,
a propósito de las circulares rojas de Interpol, bueno el recuerdo
reciente de la detención del solicitado y prófugo por acusaciones
de corrupción Luis Velázquez Alvaray, detenido y liberado en Barranquilla
por el gobierno colombiano, en menos de lo que canta un gallo. La Fiscalía
colombiana “dispuso la libertad del retenido, indicando que
a la fecha no se había recibido requerimiento de captura con fines
de extradición por parte de las autoridades venezolanas” http://www.lapatilla.com/site/2011/08/30/colombia-manda-a-costa-rica-a-ex-magistrado-venezolano-luis-velazquez-alvaray/. Valga la comparación: Velázquez Alvaray,
presunto corrupto, liberado a las pocas horas, por la falta de requisitos
que debió presentar el Estado Requirente (Venezuela), mismos que el
gobierno colombiano tardó meses en “regularizar” para solicitar
la extradición del cantante Julián Conrado, violando lapsos legalmente
establecidos para ello y si por regularizar se entiende la retahíla
de acusaciones inconsistentes y fantásticas con las que se le quiere
cobrar su condición de artista comprometido con los pobres. Sirva,
también como ejemplo, la imposibilidad de la extradicción de otra
refugiada, Pilar Hurtado, de la República de Panamá con tan solo la
circular roja de Interpol, pues Colombia no presentó los recaudos de
manera formal para que procediera la medida y, en todo caso, hubiera
sido negada porque contrariaba el derecho al asilo.
Otro detallazo interesante sobre la Interpol y sus movidas internas:
desde el 9 del mes en curso, el nuevo vicepresidente de este organismo
para las Américas es el General Oscar Naranjo, Director General de
la Policía Nacional de Colombia, quien fue nombrado en este último
cargo por el angélito Uribe Velez en el 2007 y es el mismo que ofreció
pagar la recompensa al ser apresado Julián Conrado. Junto a Santos,
fue el artífice de la invasión al territorio ecuatoriano en la masacre
de Sucumbíos, donde pereció Raul Reyes junto a otra veintena de personas.
Innecesaria cualquier interpretación sobre los intéreses a los que
sirve la Interpol, la que por cierto desestimó unilateralmente, en
su momento, las notificaciones rojas solicitadas por el gobierno bolivariano
para los banqueros Nelson Mezerhane, Eligio Cedeño y otros conotados
delincuentes financieros, por considerarlos “perseguidos políticos.”
Las
comparaciones, por demás odiosas, podrían seguir: el gobierno de Santos
exigiendo colaboración a Venezuela en la lucha contrainsurgente, pero
haciéndose la vista gorda ante -el avance paramilitar y/o
delincuencial en las zonas limítrofes (o acaso alentándolo) http://www.el-informe.com/periodicodigital/noticia.php?Id=15591 Venezuela esgrimiendo sus razones soberanas
frente al imperio del Norte, a la vez que soporta las presiones, mentiras
y el chantaje abusivo del gobierno colombiano, para preservar una tranquilidad
de fronteras sin duda necesaria y que todos deseamos, pero que no debe
estar reñida con los principios de la revolución bolivariana. Alejandro
Peña Esclusa y Lázaro Forero, acusados, respectivamente, de preparar
actos terroristas y participar en la masacre del 11 de abril, liberados
por razones humanitarias; Julián Conrado, cuyo delito es trovar la
liberación, encerrado y sometido a un laberinto “legal” sin fin,
con la amenaza de ser entregado a la jauría guerrerista colombiana...
El
mundo al revés, como diría Galeano. El mundo, los principios y la
revolución, patas pa´arriba, en un sancocho intragable, en el que
la diplomacia se sobrepone a la tradición histórica, al prestigio
y ejemplo que representa la revolución bolivariana ante los movimientos
progresistas y revolucionarios de todo el planeta, a la expectativa
del desenlace de la ya larga trama que agobia al artista guerrillero.
Nada
como el buen clima de la amistad, pero Isabel, la reina escritora de
Rumania, ya lo dijo: “La amistad disminuye cuando hay demasiada
felicidad de una parte y demasiada desgracia de la otra.”