Aun permanece en la mentalidad de los cuerpos represivos venezolanos y en muchos gobernantes “revolucionarios” la idea del pueblo animal que debe ser tratado a los coñazos, sin importar los motivos por los cuales protesten. Los recientes acontecimientos de Barquisimeto, donde una descarada celada por parte de una alcaldesa “revolucionaria” y los órganos de seguridad del estado, en conjunción con el gobernador miserable de esa entidad, arremetieron de manera criminal contra el pueblo organizado; produciéndoles un daño, que solo se le infringe a enemigos mortales o, como se ejerce en Colombia por parte de los órganos de poder o el para militarismo contra las protestas legitimas del pueblo.
Están
frescas en mi memoria, como los sifrimos nalgas
al aire, arremetieron contra la policía y la Guardia Nacional frente al CNE,
donde les bamboleaban las patrullas, se incendió palmeras, les arrojaron bombas
lacrimógenas facilitadas por las policías de Baruta y Chacao, se pelaron
los culos sucios ante las cámaras de tv
y la prensa, y no pasó nada. Ni siquiera un regaño. Pero contra el colectivo EL
FRIO y demás comunidades populares organizadas, se ensañaron. Allí si se
ejecutó el destino pretoriano de los órganos de seguridad sin ninguna
contemplación. Se violaron los derechos humanos fundamentales de mujeres, niños
y hombres que con pleno derecho protestaron exigiendo soluciones retrasadas
alevosamente.
Parece que se están
definiendo las posiciones clasistas en
el país dentro de la derecha y dentro de los sectores disfrazados de
revolucionarios. No es posible que se siga hablando de revolución socialista y
anti capitalista y las estructuras del estado sigan garantizando los
privilegios de una burguesía que se apoderó de todos los espacios estratégicos
del estado y utilizando el poder económico para seguir dictando pautas que
revientan hasta el espíritu mismo de las leyes.
Enervan los ánimos
las imágenes de unos cuerpos policiales
y militares, arremetiendo contra el pueblo llano. Con o sin razón, ese
pueblo tiene derechos, merece ser tratado con respeto. No debemos olvidar que
aun hoy, si no se toman acciones contundentes no hay respuestas. La mayoría de
los órganos del estado, salvo excepciones, son inoperantes, pesadas, incapaces
de dar respuesta eficaz y oportuna según la ley al pueblo. Mientras más se desgañota el presidente
ordenando y clamando por que se de respuestas a los problemas populares, mas
pesada y obstruccionista se vuelven los
órganos estatales. Al pueblo se le pide contraloría social, pero cuando
la ejerce es despreciado o reprimido.
Los culpables de la brutal agresión al
pueblo organizado de Lara, deben ir presos y destituidos los funcionarios. No
puede quedar impune ese acto inmoral de agresión. Que vayan a salir por allí
los necios a pedir prudencia y mesura. Ante
cualquier agresión contra el pueblo, donde sea, venga de donde venga, no se
puede dejar impune. El pueblo debe
prepararse para movilizarse ante el desespero de la derecha reaccionaria y sus
aliados disfrazados con camisa roja – rosadita. JUSTICIA Y CASTIGO A LOS
CRMINALES REPRESORES DEL PUEBLO. YA
(*)Abogado Bolivariano