El problema penitenciario de la Planta y la trampa

 
Cualquier pretexto o carroña es útil para la reacción. Las mentiras, la desestabilización, la delincuencia y nuestros errores, todo, sirve a la estrategia mediática de clase política carroñera del país para atacar al Presidente Chávez y responsabilizarlo de cualquier cosa. Y para la batalla electoral aún más. Nuestras cárceles manifiestan la putrefacción del Estado burgués que la Revolución Bolivariana ha heredado delos 40 años -y más- de dominio de la 4ta República. También manifiesta la putrefacción de un segmento de la sociedad capitalista en decadencia, destruida por los vicios del sistema y alejada de todo pensamiento humano, raciocinio, valores y moral. Son el lumpemproletariado, como bien los definió Carlos Marx, elementos disociados de la sociedad burguesa, muchas veces sirviendo a la burguesía como elementos de contención de las luchas obreras (sicariato de dirigentes obreros), sus victimas favoritas.

Es importante diferenciar entre quienes comenten delitos menores y los asesinos. Los delitos menores son producto del desespero; del hambre, pero también de la impotencia y la carencia de herramientas y conciencia para hacer frente a la vida, al sistema, que no deja otras salida más que la individual y egoísta. Pero el pensamiento del criminal que secuestra, roba y asesina a sus victimas es la manifestación más sincera del pensamiento burgués; es expresión de un segmento de la sociedad degenerado por el sistema que no acata a las reglas del mismo. Al criminal asesino, al “Pran” es un residuo de la sociedad burguesa que bien podríamos comenzar a llamar, parafraseando a Marx, como “lumpemburgués”, ya que este sólo se diferencia de la burguesía por su origen, extrema violencia y desacato a las reglas que impone el sistema.



Sabemos, la explosión del problema penitenciario en el país ha devenido en la creación de un ministerio con presupuesto propio y un equipo comprometido en dar solución al mismo. Nadie duda de la entereza y la disposición de la Ministra Iris Valera, y de la mayoría de su personal, en acabar con este problema que el Estado ha venido arrastrando desde hace ya mucho tiempo. Pero urgen soluciones más rápidas y contundentes para que este problema no siga siendo utilizado por la hipócrita clase política carroñera “venezolana” para su beneficio electoral. Urge acelerar los procesos para quienes se encuentran privados de libertad por delitos menores.

Entendemos, también, que el problema penitenciario del país es muy complejo y difícil de dar solución de buenas a primeras. Los presos de la Planta no desean deponer las armas y perder el control del plantel porque ellas le procuran mantener las mafias internas y externas. La canalla rezan porque las fuerzas del Estado violen los DD.HH., de los reos para denunciar al Estado ante las cortes internacionales y promover la intervención de EE.UU. bajo “Responsabilidad de Proteger”.

Desde el inicio del conflicto penitenciario el gobierno revolucionario ha puesto total empeño en resolverlo. Los problemas de fondo que originan la delincuencia (la vivienda, el trabajo, la salud y la educación) están siendo atacados y resueltos por medio de las Misiones Revolucionarias. 

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Basem Tajeldine

Marxista. Investigador de temas geopolíticos internacionales en el Centro de Saberes Africanos. Moderador del programa VOCES CONTRA EL IMPERIO, RadiodelSur y RNV.

 basemtch@gmail.com      @BasemTajeldine

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