Es importante diferenciar entre quienes comenten
delitos menores y los asesinos. Los delitos menores son producto del desespero;
del hambre, pero también de la impotencia y la carencia de herramientas y
conciencia para hacer frente a la vida, al sistema, que no deja otras salida más
que la individual y egoísta. Pero el pensamiento del criminal que secuestra,
roba y asesina a sus victimas es la manifestación más sincera del pensamiento
burgués; es expresión de un segmento de la sociedad degenerado por el sistema
que no acata a las reglas del mismo. Al criminal asesino, al “Pran” es un
residuo de la sociedad burguesa que bien podríamos comenzar a llamar,
parafraseando a Marx, como “lumpemburgués”, ya que este sólo se diferencia de
la burguesía por su origen, extrema violencia y desacato a las reglas que
impone el sistema.
Sabemos, la explosión del problema penitenciario en
el país ha devenido en la creación de un ministerio con presupuesto propio y un
equipo comprometido en dar solución al mismo. Nadie duda de la entereza y la
disposición de la Ministra Iris Valera, y de la mayoría de su personal, en
acabar con este problema que el Estado ha venido arrastrando desde hace ya
mucho tiempo. Pero urgen soluciones más rápidas y contundentes para que este
problema no siga siendo utilizado por la hipócrita clase política carroñera
“venezolana” para su beneficio electoral. Urge acelerar los procesos para
quienes se encuentran privados de libertad por delitos menores.
Entendemos, también, que el problema penitenciario
del país es muy complejo y difícil de dar solución de buenas a primeras. Los
presos de la Planta no desean deponer las armas y perder el control del plantel
porque ellas le procuran mantener las mafias internas y externas. La canalla
rezan porque las fuerzas del Estado violen los DD.HH., de los reos para
denunciar al Estado ante las cortes internacionales y promover la intervención
de EE.UU. bajo “Responsabilidad de Proteger”.
Desde el inicio del conflicto penitenciario el gobierno revolucionario ha puesto total empeño en resolverlo. Los problemas de fondo que originan la delincuencia (la vivienda, el trabajo, la salud y la educación) están siendo atacados y resueltos por medio de las Misiones Revolucionarias.
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