¿Qué decir después de quince años sin que los 5 estén libres?

A quince años de la lucha por la libertad de los 5 habrá que remover tierra y cielo para lograr la libertad que merecen los 5 Héroes cubanos.

Quince años puede ser un suceso festivo y memorable para la vida de una quinceañera de ahora, de muchos años atrás, del futuro o de siempre.

Sin embargo, quince años –pudieran ser menos o muchos más- vividos en una prisión a causa de un castigo injusto y vengativo por defender una verdad y una causa noble, sin un minuto de duda, de deserción ni traición, siempre será memorable y digno, pero siempre será también el símbolo del sufrimiento causado a las personas presas cuando la sinrazón impera.

La historia de la humanidad, en su larga sucesión de episodios, hechos y acontecimientos variados, ha ido dejando su estela memorable con el decurso del tiempo.

Si en el poema épico griego La Odisea, Homero inmortalizó la lealtad y paciencia de Penélope durante su espera por Ulises durante diez años, las esposas y familiares de los Cinco han sobrepasado ese tiempo y todavía esperan que la justicia o el indulto les permitan el regreso a su casa y a su país. Sólo en el caso de René esto fue posible el año pasado.

Y el tiempo y las circunstancias que rodean la vida determinaron que las madres de Gerardo y Ramón ya no podrán abrazarles en libertad, ni tampoco el padre y el hermano de René pudieron verle plenamente libre y en su patria.

Si en Francia, Dreyfus fue acusado y condenado injustamente como espía a cadena perpetua, y gracias a la defensa pública de Zola con su artículo Yo Acuso y otras evidencias aparecidas posteriormente, fue reivindicado y liberado diez años después, los 5 Héroes cubanos aún esperan que en Estados Unidos llegue la rectificación y la liberación consiguiente.

Si en Sudáfrica, Nelson Mandela permaneció en prisión durante 23 años, acusado y condenado injustamente, y, además, calificado como terrorista, para finalmente ser liberado y llegar a ser reconocido como Premio Nobel de la Paz y ser electo el primer presidente de la nueva Sudáfrica, los 5 cubanos presos en los Estados Unidos, igualmente condenados cruel e injustamente, ya han sido reconocidos con el título honorífico de Héroes de la República de Cuba, en fecha temprana de su prisión, y durante estos quince años han recibido el reconocimiento y el apoyo solidario y el cariño de millones de personas de prácticamente todos los países del mundo, que aspiran a que la injusticia no sea tan prolongada, en el caso de Ramón y Gerardo, como lo fuera en el caso de Mandela, y ya que René está en libertad y en Cuba, puedan ser liberados Fernando, Antonio, Ramón y Gerardo mediante un indulto conjunto otorgado por el presidente.

Si el sistema judicial norteamericano permitiera evaluar nuevas evidencias del caso de los 5 y, a la luz de éstas, reevaluar otras que fueron soslayadas u ocultadas durante el proceso anterior, agotando así, en el terreno jurídico, las últimas posibilidades de los 4 que permanecen en prisión, podría ocurrir, a pesar de la oposición del gobierno, tal como sucedió en el caso Dreyfus, que quedaran al descubierto las falencias de los cargos delictivos contra los 5 y, por lo tanto, obligarían moral y jurídicamente a la rectificación de las sentencias y a la liberación de los acusados, tal como aconteció en el caso Dreyfus.

El aprisionamiento en Miami el 12 de septiembre de 1998 fue el inicio de esta historia de los 5. Muchas preguntas y respuestas se han acumulado a lo largo de estos quince años. Si bien muchas, en menor o mayor medida, son conocidas por millones de seres humanos, la mayoría de ellas son desconocidas por otros muchos millones de personas, principalmente norteamericanas.

¿Por qué durante tanto tiempo ha imperado en los Estados Unidos la mentira de los “espías cubanos” y se ha instaurado un manto inextricable de silencio en los grandes medios de comunicación? Una de las causas judiciales más largas y trascendentes de la historia judicial en aquel país, y con una connotación internacional indudable, tuvo el raro privilegio de enmudecer a la gran prensa mientras escandalizaba a la prensa mercenaria de Miami, cuyos periodistas tarifados cobraban jugosas sumas de dinero de parte del gobierno por contribuir al clima de intolerancia contra los acusados y justificar las descomunales cargos y condenas. Se creó así, en el medio hostil de Miami, “la tormenta perfecta”, según reconociera el panel inicial de jueces de la Corte de Apelaciones de Atlanta, que por esas razones anuló las sentencias y dictaminó celebrar un nuevo juicio en otra sede imparcial.

¿Por qué se encontraban los 5 en aquel escenario que era cuna matriz de la furibunda mafia cubano-norteamericana que poseía un nefasto historial como responsable de cientos o miles de acciones terroristas contra Cuba, acrecentadas en el período en que llegaron a aquel territorio? René, piloto; Antonio, ingeniero civil; Ramón, economista; Gerardo y Fernando, Licenciados en Relaciones Exteriores, estaban allí simplemente, sacrificando la trayectoria de sus carreras y los planes de vida individuales y familiares respectivos, para infiltrar a terroristas anticubanos peligrosos que vociferaban sus amenazas a los cuatro vientos, a la vez que planificaban y ejecutaban sus actos terroristas con la delectación de consumados y contumaces artesanos del terror. Prevenir y neutralizar tales planes protervos contra Cuba era un acto de necesidad superior a cualquier infracción legal menor y una misión legítima, noble y heroica en las circunstancias de aquel momento histórico.

¿Por qué fueron condenados tan severamente inicialmente y durante la resentencia? Gerardo Hernández a dos cadenas perpetuas más 15 años: Ramón Labañino a: una cadena perpetua más 18 años; Antonio Guerrero a: una cadena perpetua y 10 años (más 5 años de libertad supervisada en territorio estadounidense); Fernando González a 19 años y René González a: 15 años (más 3 años de libertad supervisada en territorio estadounidense).

Luego de la apelación a la Corte, ésta dictaminó ratificar las condenas en los casos de Gerardo y René, e indicó al tribunal de Miami modificar las sentencias de los otros tres. La resentencia de Ramón, Antonio y Fernando, fueron las siguienntes: Ramón, 30 años de prisión; Antonio, 21 años y 10 meses de prisión más 5 años de libertad supervisada; Fernando, 17 años y 9 meses.

A quince años de iniciado este proceso, está en marcha el último recurso judicial de habeas corpus por parte de los cuatro prisioneros en cárceles de los Estados Unidos, a pesar de la oposición de la fiscalía o gobierno al respecto. Esperemos que la sensatez de la jueza Lenard no les niegue este recurso legítimo, justo y razonable. Los argumentos para tal solicitud sobre evidencias nuevas son simplemente irrefutables desde el punto de vista jurídico según las normativas del derecho estadounidense.
En este tiempo -¡oh, tiempo inmisericorde!- muchas cosas han cambiado, como ha sido evidente para todo el mundo. Relatar todas
aquellas cosas que tienen relación con la causa de los 5, llevaría mucho espacio. Por ahora baste recordar que aún está vivo Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura, y portador del mensaje de Fidel para el presidente Clinton sobre los planes terroristas contra Cuba procedentes de los Estados Unidos; está vivo el expresidente Clinton, quien sabe que recibió el mensaje a través de su Consejo de Seguridad Nacional y que envió una delegación del FBI a La Habana para conocer de primera mano las informaciones pertinentes sobre el asunto; están vivos los que desde la Casa Blanca o desde Miami conocieron y tuvieron que ver con las bravuconadas y violaciones graves de la soberanía cubana por parte de las avionetas de los Hermanos al Rescate, organización dirigida por el terrorista José Basalto; deben estar vivos los que conservan las imágenes satelitales sobre el derribo de las avionetas por la aviación cubana y las coordenadas precisas donde ocurrió el incidente ¿por qué se han negado y niegan a mostrarlas ante el tribunal?; está vivo Posada Carriles, disfrutando de su acogida en territorio norteamericano, y autor y organizador confeso de actos terroristas que serían condenables así en la tierra como en el cielo y en el infierno; está ahí el pueblo norteamericano, conmovido aún por los actos terroristas contra las Torres Gemela del 11 de septiembre, viviendo por experiencia propia lo que significan las acciones terroristas en uno u otro día, pero carente de la experiencia sufrida por el pueblo cubano en que sus hijos han vivido durante más de 50 años sometidos a las mismas tanto dentro del país como en otros países, y a lo que se hizo mención en el alegato de defensa de los 5 durante el juicio.

Si todo esto es lamentable que esté ahí y, a la vez, no esté ahí para exonerar de penas a los cubanos prisioneros, duele entrañablemente que el tiempo y las circunstancias de la vida se hayan llevado la presencia física de gigantes defensores de los 5. Ya no están –aunque sigan estando en el corazón y el recuerdo- Leonard Weinglass, abogado defensor de los 5; ni Lucius Walker, pastor y hermano de lucha de los 5, y desde el lunes 9 de septiembre, tampoco está Saúl Landau, intelectual y hermano de los 5.

Todos conocimos por una carta de Gerardo Hernández Nordelo de la enfermedad y el estado grave de Saúl Landau. ¡Qué manera más hermosa de dirigirle unas palabras al amigo y hermano en un trance tan difícil!

Conmovido por aquel mensaje de Gerardo, le dirigí a Landau unas breves líneas en un Email enviado a las 11.29 pm. del 30 de agosto del presente. Presentía que el mensaje no podría tener una respuesta.

He aquí este mensaje que hoy quiero compartir con los lectores como un homenaje a quien por su vida y obra merece honor en una fecha tan significativa para nuestros 5 Héroes.:

“ESTIMADO SAÚL LANDAU: Estimado compañero y hermano: Perdona que sin conocerte personalmente te trate de este modo íntimo, pero conociendo lo que has hecho por acercar a nuestros pueblos, cubano y estadounidense, y con el amor, pasión y dedicación con que lo has hecho, creo que mereces esta estima.

Apenas he intercambiado contigo, en particular en ocasión de la excelente entrevista que le hiciste en prisión a Gerardo, y (sobre la cual hube de escribir dos artículos). Por la carta de Gerardo me enteré, nos enteramos, de tu lamentable enfermedad. Creo que nadie como Gerardo puede expresar palabras de mayor consuelo, pero quiero que sepas en este momento lo mucho que se te aprecia y quiere, y en esta hora quiero que te llegue esa fuerza y ese espíritu que te reconforte y contribuya a curar o mitigar tus penas y dolores.

Así que recibe un abrazo fuerte y un aliento que contribuya a levantar tu ánimo. Recuerda que para combatir la enfermedad y luchar por la vida, se requiere de esas fuerzas volitivas y espirituales. Te lo expresa un fisiólogo de profesión y un poco filósofo de vocación. Hermano, lucha, vive y recuerda que vivirás más allá de la partida, pues cuando se cae en brazos –un poco remedando a Martí- de la humanidad agradecida, la prisión se rompe y empieza con el morir la vida.

Landau, tú has vivido para el deber noble, y continuarás viviendo en los hombres nobles del presente y del futuro. Muchos afectos, Saúl para ti y familia”.

Hoy que René González nos acompaña en la lucha por la libertad de los 4 compañeros restantes, propongo como iniciativa particular solicitar a cuantos periodistas o individuos puedan tener acceso a entrevistas del presidente Obama o dirigentes influyentes del gobierno, efectuadas dentro o fuera de los Estados Unidos, que pregunten por qué no han otorgado el indulto a the cuban five, como son conocidos internacionalmente, o cuándo por justicia o razones humanitarias les otorgarán el indulto, o por qué no tramitan con el gobierno cubano un arreglo humanitario de intercambio de prisioneros.

A quince años de la lucha por la libertad de los 5 habrá que remover tierra y cielo para lograr la libertad que merecen los 5 Héroes cubanos.



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Dr. Wilkie Delgado Correa


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