Leopoldo es de esos niños bien que siempre lo tuvo todo, o casi todo, o realmente no tuvo nada. Quizás en su familia, más acomodada que la mayoría de las nuestras nunca comprendieron esa matemática de la vida que nos enseña que no siempre todo es todo, sino que a veces todo es nada, porque se carece precisamente de esa visión alma adentro que nos hace ver más allá de la piel. Quizás por ello, nuestro héroe trágico se ha hecho adicto de la falsa realidad y desde allí su deforme visión del aquí y ahora, del ayer y también del mañana.
El es un líder de un partido minoritario, lo deforme en la construcción de este héroe trágico de la virtualidad para la dominación o la mediática cosmética es que CNN lo presente desde Atlanta como el líder de la oposición venezolana, confundiendo minorías por mayorías.
Leo es de esos que todo lo que pedía, todo se le daba y un día pidió un partido político y ¡se lo compraron¡ con reales de aquella PDVSA meritocrática (¿?) que nadie podía auditarla. Hoy Leo, por esa vida tan “dura” que ha llevado se ha hecho experto en motos de agua, en viajes a Orlando y conoce mucho de motos de altas cilindradas y de alto calibre.
Sus amigos lucen en las gigantescas Jarli davison y en estos últimos días han estado con él en la más bonita expresión de solidaridad de clase –clase aparte-.Quizás sufran hoy su detención, porque los ricos también sufren. Sufren como sufrieron ayer al verlo inmenso al lado de un Martí de piedra al que él le ha manifestado siempre un odio de carne y hueso y por tanto ellos odian también como a todo lo que hieda a Cuba, aunque se reservan el derecho de admiración (más allá del de admisión) porque no todos entran a su selecto mundo. De alguna relación o una pequeña pizca de admiración a algo que se relacione con Cuba, sólo la María Conchita y su hermano, aquel que años atrás dio muestra de su internacionalismo al darle cobijo a cientos de paracos con todo y sus intenciones.
Los amigos de Leo han entendido la necesidad y la oportunidad de darse de una patria a lo jarli davison, una patria potente, no potencia, una patria extrema de alta cilindrada y en ese empeño desde sus chaquetas de cuero negro y sus cascos de diseño aerodinámico han brotado proyectiles de calibre alto que han roto las carnes de mucha gente inocente que estamos necesitando para seguir construyendo patria, pero que hoy no están y a ellos no les importa eso porque la aventura es su hobbie.
A nosotros si nos importan las Rosiris Reyes, los José Luis Ponce, el Johnny Pacheco o el Henry Rangel, entre otros, que siempre nos van a hacer falta pero que los muchachos de las jarlis no han arrebatado en su intento de tener una patria para el confort selectivo, una patria VIP que celebran nuestras muertes de manera alucinógena gritando su miseria con un “todos con Leo”.
Este proceso nos va a seguir costando mucho, pero sea cual sea el precio que haya que pagar lo vamos a defender no tanto contra los muchachos de las jarlis que en fin de cuentas son utilizados para esos fines, sino contra todo aquel que ose violar el sagrado suelo de nuestros libertadores, la patria y matria que un tal Chávez nos enseñó a querer hasta los tuétanos.
