La Perfidia, la Traición, la Delación, son comportamientos y acciones, que se remontan a las épocas más remotas de la historia humana, las causas y razones, son multidimensionales, y no es su estudio el propósito de este texto. Se trata más bien de elementos puntuales relativos a acontecimientos que se insertan en la memoria histórica de la lucha revolucionaria venezolana correspondiente a la década del 60.
A mediados de junio de 1967, un grupo comando de la Dirección General de Policía (DIGEPOL), conducidos por un delator, allanó un modesto apartamento en la Avenida Fuerzas Armadas de la ciudad de Caracas, donde supuestamente funcionaba el Distrito Militar Central (DMC) de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN).
El día 23 de junio, el diario “El Nacional”, con la firma del periodista Ezequiel Díaz Silva, destacaba en amplios titulares “Desmantelada Banda Terrorista”, de acuerdo a la rueda de prensa que había convocado el Doctor Nelson Lessman Guédez, Director de la Digepol.
Esta amplia reseña de señalamientos y planes estaba acompañada con numerosas fotografías de ciudadanas y ciudadanos, y un despliegue de documentos y armamento variado.
Eran tiempos de mucha debilidad del movimiento revolucionario; las diferencias internas habían afectado mucho a las organizaciones, se había planteado una compleja discusión en el seno del Partido Comunista la tésis de la la Paz Democrática, que no era otra cosa que la continuidad o no de la lucha armada. Esto fracturó la unidad del Partido. Al igual que a sectores del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
Los revolucionarios identificados con la lucha armada entraron en una etapa de muchas dificultades. Para sostener las familias y el proceso revolucionario hubo necesidad de producir recursos, por ello un grupo de cuadros combatientes dirigidos por Diego Salazar optaron por emplearse como visitadores médicos, a fin de paliar un poco la situación y sostener la organización en esa época critica.
Ese modesto apartamento, allanado en junio, donde supuestamente funcionaba el Comando del Distrito Central de la FALN, era habitado por uno de esos visitadores médicos y su familia, y hasta allí llevó el delator a sus nuevos amigos de la Digepol.( Ël era miembro de ese Comando revolucionario); y había sido capturado por otro” cuadro” revolucionario, que también se había integrado a las filas de los aparatos represivos.
Esos fueron tiempos duros para la revolución, los organismos represores venezolanos bajo la asesoría de los los centros de inteligencia gringos acentuaban sus métodos de penetración, reclutamiento y exterminio logrando importantes resultados ; integrando a sus huestes a numerosos pérfidos y tránsfugas : (unos cuantos datos los conseguirá en el artículo que se cita a pié de página) (1) Varios de esos tránsfugas encabezaron las búsquedas de sus antiguos compañeros combatientes de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) .Y esas delaciones conducen al asesinato de Felix José Faría en Chacao, y de Fernando Vera Betancourt y Eleazar Fabricio Aristigueta en Petare. Así como otros asesinatos y numerosas detenciones.
El comportamiento del delator que entregó a la supuesta jefatura del Distrito Militar Central ,resulta hasta penoso decirlo, se encerraba solito con los presos esposados y guindados en los baños,y los golpeaba a ver si lograba alguna confesión,y acumular puntos con sus nuevos jefes. Es decir tratar de superar miserablemente a los torturadores profesionales.
Esa época de delaciones tuvo un precedente nefasto que se puede atribuir a la falta de cuidado en la vigilancia revolucionaria, y hay un personaje clave: Angel Alexis Martinez Linares, conocido por “Tarzán”.Ese individuo no sabemos como llegó a las filas de la revolución, era un “Echale bolas”, y venía del lumpen. El caso es que por violación de las normas éticas y disciplinarias de la organización armada un tribunal revolucionario lo había expulsado.
Por esas cosas que a veces no tienen explicación,( o si las tienen pero nunca se investigan) ese individuo alguien lo reincorporó en el Frente Guerrillero del Oriente; y allí vino el desastre, delaciones que afectó no sólo el Frente Guerrillero Antonio José de Sucre sino a los combatientes urbanos en la Zona Central del país, con la consiguiente ola de asesinatos, detenciones y desmoralización. Esta debacle forzó a varios jefes guerrilleros como Alfredo Maneiro y Ortiz Resplandor (Madero) (2) a refugiarse en Caracas.
Pero hay algunos pérfidos, que no aparecen por ningún lado, son aquellos que siendo dirigentes supuestamente revolucionarios pasaban por el aparato represivo, sin ensuciarse el plumaje. En esa época la oferta represiva era: echar los cuentos e irse becado al extranjero, integrarse al aparato de seguridad o de lo contrario era la tortura, la muerte o la cárcel.
Como lo señalo en el subtítulo, este es un breve relato, de los pérfidos, tránsfugas y delatores, especificamente en la década del 60 puesto que la lista en todo el periodo del puntofijísmo es bastante larga. Sin embargo las características de esos comportamientos es necesario situarlas en el contexto. En esa época había un conflicto armado, estaba en juego la vida ; en el caso de los integrantes y colaboradores de la Guerrilla Rural y Urbana, sabían lo que les iba a ocurrir de ser capturados. Entonces podríamos pensar que la delación y la traición correspondía a actos de debilidades y cobardía, de combatientes aterrorizados ante la tortura y la muerte.
Hoy en el proceso revolucionario hay otras expresiones de la traición, que ya no es el terror de la tortura ni la amenaza de la muerte; pero que es tan letal como la otra en sus resultados. Se trata de la corrupción de unos cuantos funcionarios en el ámbito gubernamental( civiles y militares). Esto no podemos descuidarlo por temor a que la derecha se aproveche de los señalamientos, pues esa misma derecha lo sabe muy bien, lo aupa y está metida hasta los tequeteques en las marramucias.
El Estado ha hecho intervenciones y ha sometido a unos cuantos funcionarios a la justicia. La ciudadanía celebra estas acciones, pero la ciudadanía también sabe, de la insuficiencia y lentitud de ellas. A veces pensamos que ha habido en unos cuantos casos excesiva prudencia de algunos líderes con los desafueros de funcionarios de diversos niveles de su entorno. Los burócratas venales, inconsistentes y corruptos, pueden contribuír mucho a descoser el proceso político revolucionario.
Las experiencias históricas nos indican que las revoluciónes tienen que ejercer permanente vigilancia y control no solamente sobre las actuaciones de la derecha extrema y la reacción en todas sus expresiones, sinó sobre el propio cumplimiento de sus principios y obligaciones como gobierno revolucionario. En Cuba hubo una experiencia dolorosa con un grupo de jefes militares que violaron principios fundamentales de la Patria y la Revolución.En nuestra Guerra de Independencia El Libertador Simón Bolívar, tomó duras decisiones en momentos difíciles para el proceso emancipatorio.
LA REVOLUCION ES CULTURAL
FORMÉMONOS UNA PATRIA A TODA COSTA Y TODO LO DEMÁS SERÁ TOLERABLE. (3)
EL HONOR ES LA MEJOR GUÍA DEL LABERINTO DE LAS REVOLUCIONES. (4)
(1) Rivero Mata, Adolfo en Aporrea.org “El Presidente Raul Leoni desarrolla y tecnifica el terrorismo de Estado en Venezuela entre 1964-1968 (II)”.
(2) Ortiz Resplandor (Comandante Madero) fue capturado en Caracas y procedió a dar unas declaraciones por la TV, invitando al cese de la Lucha Armada.
(3) Bolívar, Simón/ Carta a Luis Brión. Puerto Príncipe (Haití), 2 de enero de 1816.
(4) Bolívar, Simón/ Al Vicealmirante de la Escuadra del Perú, Martín J. Guise. Trujillo (Perú), 24 de diciembre de 1823.