Quinto malo

De la transición de la tiranía a la tiranía de la transición

En 1989 el pueblo pobre y trabajador de Venezuela se dio una transición de la tiranía del capital. En 2015 el capital, las transnacionales de la burguesía y su imperio estadounidense, quieren dar una transición a la tiranía.

Se trata de la misma palabra “transición” utilizada de dos maneras totalmente diferentes y opuestas, signadas por el carácter de clase de quienes la utilizan. El 27 de febrero de 1989 es una fecha históricamente referencial, de ello no hay duda. Aquel último lunes del último año de la década de los 80, se evidenció una transición entre un estado de cosas opresivo, tiránico y marcado por la explotación de la mayoría proletaria y empobrecida y un nuevo estado de cosas caracterizado por la liberación, por la voluntad de ser iguales y acabar con toda explotación.

Los acontecimientos históricos no se generan in vitro, no nacen en laboratorios, no se preven o calculan matemáticamente. Dicho de otra manera, más llana: los acontecimientos históricos, como “deseos, no empreñan”. Los acontecimientos históricos son construcciones moleculares, casi imperceptibles, lentas, que hacen los pueblos en una relación cultural que, en el caso de las sociedades divididas en clases (como el capitalismo), nacen de la lucha entre ellas. “Hasta el presente, la historia es la historia de la lucha de clases”, enseña claramente Carlos Marx al reflexionar sobre el capital como relación social.

Solo el propósito perpetuador del dominio del capital sobre el trabajo es capaz de conducir a que los “laboratoristas” del pensamiento, de la ideología, de la mediática, crean que pueden lograr una transición intentando repetir la tragedia (con su enorme saldo de muertes, desapariciones y heridos) de 1989, repitiéndola hoy como farsa en pleno 2015.

La transición verdadera, la que nace del movimiento cultural y de clases dentro del capitalismo, la transición histórica, no es simplemente una fecha o un determinado fenómeno, sino una totalidad concreta, que -para afirmarlo en términos marxistas- es “síntesis de múltiples determinaciones”. La transición que tiene por hito la fecha 27f de 1989, pero no es tan solo una fecha, marca para el mundo la ruptura con el dominio del capital y su expresión política contemporánea, simplificada en el término “neoliberalismo”.

Por eso es que cuando hoy, los laboratorios de la derecha imperialista, del Departamento de Estado yanqui y su NSA (antigua CIA) pretenden instalar sus aparatos de “transición” en Venezuela, escogen ese seductor término para dejar colar como nueva su propuesta de cambio hacia atrás, su salto reaccionario en retrógrado, su pretendida entrega de Venezuela a los intereses de las grandes transnacionales (especialmente del petróleo), la imposición fascista y represiva (disculpen la tautología) de un régimen que les asegure la continuidad en la explotación de la clase trabajadora, del pueblo venezolano, por parte de su minoría depredadora, capitalista.

La imborrable transición histórica que tiene como fecha referencial y simbólica al 27F de 1989 no va a desaparecer o cambiar por una “transición” desesperada y de laboratorio, diseñada desde el imperio. La “tragedia” de 1989 no va a dar paso a la “farsa” de 2015, porque la historia no se repite ni se improvisa sino que avanza indefectiblemente hacia el futuro que se trazan los pueblos. Y el futuro de la humanidad es el de la igualdad en la diversidad, es el socialismo, es la liberación definitiva que, en Venezuela, nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez nos enseñó a pronunciar con ternura bajo el concepto de Patria socialista.



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Iván Padilla Bravo

Director del semanario cultural "Todos Adentro", medio adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. http://www.mincultura.gob.ve/

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