La policía es una de las instituciones del Estado Burgués, que mejor caracterizan a una sociedad fragmentada en clases sociales, y la naturaleza de su función básica en la sociedad es la de reprimir a las clases oprimidas, y por el contrario garantizar la seguridad, la vida, y la propiedad de la clase opresora, y en este caso, lamentablemente la policía venezolana en buena medida - con sus excepciones de regla - , aun no escapa de esta dura y cruda realidad. No obstante, en una etapa de transición del modo de producción capitalista a una sociedad socialista, se esperaría que esa institución estuviera en la primera línea de combate, contra la delincuencia, el crimen y la corrupción, flagelos que son propios de una sociedad tan explotadora como la capitalista, en la que el consumismo, el hedonismo, lo crematístico y la acumulación de capital, prevalecen por sobre la distribución equitativa de la riqueza, la solidaridad, la justicia, y la estratégica propiedad social sobre los medios de producción, y de los medios de comunicación. Con este pequeño introito, quiero compartir con algunos y algunas compatriotas, las vivencias personales siguientes.
Por razones laborales, profesionales y políticas viajo por carreteras con mucha frecuencia, por casi todo el territorio nacional y esta circunstancia me permite observar con un necesario y obligado sentido critico, los recurrentes y bochornosos actos de corrupción que cometen, los funcionarios y las funcionarias policiales de los estados y de los municipios que visito (por lo antes mencionado), en perjuicio de un gran numero de los diversos conductores y conductoras, que se trasladan diariamente todo el año a lo largo y ancho del país, por actividades comerciales, laborales, turísticas, familiares o de recreación, y que de manera intempestiva se convierten en víctimas, de estos detestables funcionarios que sin el menor escrúpulo, someten a sus víctimas al chantaje y a la extorsión - entiéndase en lenguaje coloquial, a un vulgar y viejo matraqueo policial - , por haber cometido alguna infracción menor a la ley de transito terrestre, y cuya recompensa sera obtener fácilmente una relativa suma de dinero, bajo la intimidación de penalizarles con multas y / o la retención de sus respectivos vehículos.
Estos hechos los he visto con una mayor recurrencia, en el eje vial Caracas, Maracay, Valencia, en los estados que comparten la traficada autopista regional del centro, - Dtto. Capital, Miranda, Aragua y Carabobo - , igualmente lo veo en el eje carretero San Felipe, Barquisimeto, y El Venado que atraviesa a los estados Yaracuy, Lara y Zulia, donde diariamente cualquier conductor podrá observar, a los funcionarios de las "brigadas viales" de las policías de esas entidades, en primer lugar, en posición de "caza" de los probables infractores de algún articulo de la señalada ley de Transito, para que una vez cometida la infracción o de acuerdo a la percepción del oficial policial, procedan en segundo lugar con gran descaro, a detener al conductor y en consecuencia "ofrecerle" al infractor, la opción de hacer un arreglo económico rápido y sin huellas, o la de tener que cancelar una multa por varias y elevadas unidades tributarias; Y si el conductor no accede a esa propuesta matraquera, harán retener el vehículo en un estacionamiento autorizado por el INTT, donde sera prontamente desvalijado por los cómplices de ese delincuente, que como los corsarios del Imperio Ingles tiene protección oficial.
Pero además de las acciones delincuenciales que cometen estos nuevos bucaneros, de las carreteras del país y de las avenidas de nuestras principales ciudades, también podemos apreciar con gran molestia, como se le brinda la protección personalizada in situ de uno o mas oficiales de policía, a los dueños de los establecimientos comerciales, en especial a los supermercados de alimentos cuyos propietarios son de nacionalidad o de origen asiático, apoyo que se efectúa con énfasis al final de la jornada diaria, cuando tienen en sus cajas grandes cantidades de dinero en efectivo; Recibiendo por ese servicio personalizado una suma en bolívares, que sera distribuida entre el comisario o inspector jefe del territorio custodiado, y los policías que tengan a cargo dicha custodia.
Esta cotidiana y descarada practica de vigilancia policial exclusiva a los capitalistas - semejante a las practicas de la Mafia Italo-Norteamericana - , deja sin la debida y respectiva protección a la mayoría de la población asalariada, que se queda sin recibir el servicio de seguridad, que debieran proporcionar los funcionarios policiales, a todos los habitantes de una ciudad o región. Igualmente vemos otra variante de protección policial llamada el moto banquismo, - presente en la mayoría de las ciudades de nuestro país - que consiste en transportar diariamente a la hora de cierre de sus lúdicas jornadas, el dinero producto de las apuestas de miles de venezolanos y de extranjeros, que se efectúan en los establecimientos de este "honorable" ramo de la burguesía comercial criolla, como son las casas de lotería, parley, y centros hípicos, entre otros.
El Modus Operandi de este exclusivo, expedito y confiable traslado de valores - versión motorizada de los camiones blindados, que transportan el dinero de los bancos - , es recibir del encargado (a) del negocio un sobre sellado con una determinada cantidad de dinero, que un oficial de policía adscrito a la brigada motorizada, entregara personalmente en el centro de apuestas de la ciudad o región, recibiendo como contraparte una apreciable cantidad de dinero, que igualmente sera compartida por los policías involucrados en dicho servicio. Nunca me he enterado en lo personal de un atraco a un centro de apuestas, lo que me llama suspicaz y poderosamente la atencion.
Con estos breves ejemplos de la grave distorsión que tiene la importantisima función, que deberían cumplir cabalmente los miles de oficiales, de todas las policías estadales y municipales del país - sean de gobiernos afines al Gobierno Bolivariano o de los gobiernos de la contrarrevolución - , podríamos inferir que el principal problema de nuestros cuerpos policiales, es la carencia de los mas elementales principios - honestidad, respeto, solidaridad, entre otros - que debería tener un funcionario publico de esa clase, y su lamentable pero previsible consecuencia, es la inmensa corrupción que esta inculcada en la conciencia de esos venezolanos y venezolanas, que mal ejercen y desvirtúan la profesión de policías.
Cabría preguntarse como se efectúa la selección de los aspirantes, y quienes son los responsables de aprobar su incorporación, como alumnos de las academias de policías; Que tipo de formacion técnica, ética, y política e ideológica, reciben los y las cadetes en las diferentes escuelas de policías estadales y municipales que existen en la nación; Quienes son sus instructores, profesores y guías; Quienes son los funcionarios que deben servir de ejemplo profesional y moral de los policías; Y sobre todo, quienes deben supervisar y evaluar sistemáticamente el desempeño de esos funcionarios, para poder asegurar que tengamos policías honestos y ejemplares.
El hegemónico sistema capitalista y su estado burgués - existente en la mayoría de los países del mundo, como producto de la radical y profunda revolución francesa - , es por su naturaleza un régimen político, económico y social, que se fundamenta en el saqueo, la explotación de la fuerza de trabajo, y la corrupción en todas sus instituciones, como factores que le permiten la mayor acumulación de capital, y una institución clasista y represora como la policial, no podría ser la excepción en cuanto a la repulsiva practica cotidiana de hechos de corrupción.
El Socialismo necesita para su compleja y larga construcción, de un poderoso estado revolucionario y proletario, que transforme radicalmente a todas las instituciones heredadas de la burguesía, que están plagadas de todos los vicios inherentes al capitalismo, y para alcanzar este propósito es fundamental poder contar con una policía socialista, que tenga como expresión corporal a unos y unas policías patriotas, revolucionarios, anti capitalistas, con conciencia de clase asalariada para si, profundamente honestos, probos y solidarios, enemigos acérrimos de cualquier expresión delictiva, y sobre todo que estén dispuestos a luchar a cualquier costo, por la Patria Bolivariana y Socialista.
Bolívar y Chavez Viven. La lucha sigue.
Hasta la Victoria Siempre, Comandantes.
Venceremos!