La verdad se manifiesta en forma tan evidente que es difícil visualizarla, aún estando al frente de ella. Se mimetiza de tal manera que opera y actúa impunemente, ante los ojos del mundo. El asesinato de Roberto Carrera, dirigente popular y miembro del Consejo Político Nacional de REDES, sumado a la muerte de Robert Serra y su compañera, a la desaparición Física de Otaiza, de las muertes del Cacique Sabino, dirigentes campesinos, miembros de dirigentes de comunidades indígenas, dirigentes populares, militantes de los movimientos revolucionarios, escotas, obreros, así como la actuación organizada y con armamento de guerra de bandas de asaltantes, tráfico de drogas cometido a la vista de todos: extorsión, cobro de vacunas, acoso y otras acciones de amedrentamiento no son más que la vitrina de la actuación de los paramilitares. La etapa de ocupación silente, con la cual se fue apropiando de espacios estratégicos por parte de los paracos se ha consolidado. En gran parte del territorio nacional, en zonas estratégicas se han ubicado, han abierto operaciones conformando pequeños comandos integrados por delincuentes que se han posesionado de los espacios físicos y amedrentado a los ciudadanos. Han operado abiertamente en las guarimbas y ahora organizan y dirigen las bandas de guarimberos, conforman grupos de asalto al comercio formal e informal (a través de la extorsion y el cobro de vacuna). Han comprado funcionarios públicos vinculados con sectores estratégicos especialmente vinculados a inteligencia y contrainteligencia, así como de la seguridad pública y ciudadana. Tienen instrucciones precisas para actuar en el momento apropiado y parte de esto se expresa en el sicariato, los asesinatos selectivos, secuestros y sabotaje a las instituciones del estado como lo son la energía eléctrica, transporte, instalaciones petroleras. Conocen perfectamente el terreno, y sobre todo, tienen identificados sus potenciales víctimas, conociendo sus datos de identificación, lugar de trabajo, hábitos diarios, familiares (penetrando su intimidad a través de tácticas de inteligencia social y personal) Es decir, la invasión se ha llevado a cabo estratégicamente, paso a paso, y hoy nos conseguimos con un estado desmembrado (veamos el caso de Pto. Ayacucho, Elorza, poblaciones limítrofes ubicadas en Barinas, Apure, Táchira, en donde la autoridad está en manos de estos grupos de delincuentes). Y nosotros con los brazos cruzados, viéndolos actuar, sin saber si cada uno de nosotros está en la agenda de fatal de dicho ejército de la muerte. Ha llegado el momento de identificar, neutralizar, y aniquilar a cada uno de estos agentes del imperio para impedir su actuación interna, en el momento de una invasión o ataque bélico por parte del bloque de los países de derecha, así como la denuncia y neutralización de los malinches oficiales y funcionarios enquistados en el gobierno. Si no tendremos la guerra perdida desde el inicio. Para luego es tarde. Hasta la victoria siempre. Venceremos.
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