Tras la condena de Leopoldo López a casi 14 años de prisión, queda demostrado una vez más, que la Justicia venezolana es ineficiente, parcializada, burguesa al fin y al cabo. ¿Cómo es posible que uno de los autores intelectuales de las muertes ocurridas en el marco de las guarimbas del 2014, haya sido castigado tan levemente? Además es bien sabido que dicho sujeto purgará la condena en una cárcel que no es para nada comparable con los otros recintos de seguridad en Venezuela, que parece más bien una residencia familiar donde los presos tienen acceso a cocina, internet y televisión. Más aún, es posible que sólo cumpla unos pocos años en prisión.
Ahora bien, la Justicia venezolana es ineficiente no sólo por castigar levemente al asesino Leopoldo López, sino por:
-No condenar a los otros autores intelectuales de los asesinatos ocurridos en las guarimbas mencionadas. Incluso hay unos cuantos que nisiquiera fueron acusados, como algunos pertenecientes al oficialismo.
- Hacerse de la vista gorda respecto al asesinato de cientos de campesinos e indígenas que luchaban contra el capitalismo. No hay un solo autor intelectual al menos detenido.
-La impunidad prevaleciente en lo relativo a las desapariciones forzadas ocurridas en plena “Revolución”. ¿Qué ha pasado con el caso del luchador humilde Alcedo Mora?
-No actuar en el caso de la estafa de más de 20 mil millones de dólares a CADIVI.
-No atacar la corrupción administrativa que reina en el país. ¿Cuántos corruptos presos hay, al menos por cargos importantes?
-Ayudar a que los especuladores sigan llenándose los bolsillos a costa de las masas cada vez más empobrecidas. Recuérdese el caso del empresario Cocchiola, quien fue acusado públicamente de ladrón, y hoy es alcalde y respetado por el Gobierno “socialista”. La impunidad frente a los delitos económicos es algo terrible en Venezuela.
-.Guardar silencio sobre las violaciones a los derechos humanos en el contexto de la OLP. Claro que si la OLP actuara en zonas donde reside la alta burguesía, otro gallo cantaría. En Venezuela aún hay muertos, desaparecidos, detenidos y torturados de primera, segunda y tercera categoría.
Por estas y otras irregularidades, actuaciones parcializadas y limitaciones, la Justicia venezolana continúa siendo una porquería, lo que demuestra que el Estado burgués está lejos de ser liquidado, y el sufrimiento de los pobres lejos de desaparecer.