El país estaba convulsionando, eran los años del desgobierno de Jaime Lusinchi de Acción Democrática, quien tenía como Ministro del Interior al reconocido asesino de estudiantes José Ángel Ciliberto; la corrupción y el mal gobierno habían dejado a Venezuela sin recursos y a los venezolanos de a pie en la miseria, sus luchas eran criminalizadas y brutalmente reprimidas, el aparato del estado era herramienta útil para controlar, ocultar, reprimir y abolir cualquier intento de insubordinación.
Era la mal llamada década perdida de la izquierda venezolana, carente de cohesión, visión estratégica, capacidad de movilización civil y armada. Hoy puedo decir "mal llamada perdida" porque en ella se gestó la revolución bolivariana con hombres y mujeres que invisibilizados, perseguidos y estigmatizados como revoltosos nos arriesgamos a escoger el duro camino de defender las causas del pueblo, de los pobres.
Días antes de aquel 27 de noviembre, había caído asesinado por la policía un camarada de la Universidad de Oriente UDO y estaba encendida la llamarada en diferentes estados del país. Ese recordado día nos preparamos para protestar por el medio pasaje estudiantil y el asesinato de estudiantes al frente de la Escuela Básica de la UCLA hoy sede de la UPTAEB en la avenida Los Horcones de Barquisimeto, cuando apenas llegando al sitio se presentó una patrulla de la policía, bajándose uno de ellos y en posición de tiro deportivo con las rodillas flexionadas y totalmente de frente, hizo el disparo que le quitó la vida a Manuel Vera de manera inmediata al destrozarle la arteria aorta y uno de sus pulmones, recuerdo muy bien que ni tiempo le dio de quejarse.
Manuel era un estudiante sencillo de los primeros semestres de la UCLA, compañero de la liga socialista, un camarada y amigo oriundo del estado Bolívar, que hoy recordamos a los 28 años de su asesinato. Manuel, si pudiera llegarle a tu familia, quisiera decirle que tu muerte no fue en vano pues marcó mi vida al convertirme en un revolucionario que dedica todos sus esfuerzos en acabar con el Estado asesino que terminó de manera temprana con tu vida y la de muchos otros y estoy seguro que otros camaradas así lo sienten.
La tarde de aquel 27 de noviembre llovió a cántaros, pero eso no apagó la protesta que se mantuvo hasta mediados de diciembre. En honor a ti Manuel, muchos de los que estuvimos a tu lado, recuerdo al chino Ramón Vies, Luís Paredes, Carrasposo, Nelson Ures y un tal Barreto que está del lado de tus asesinos, y muchos otros que acompañaban nuestras luchas que no recuerdo, hoy nos mantenemos firmes e irreductibles en la construcción de la patria socialista y ofrendamos nuestras vidas para que la derecha no regrese al poder nunca más.
Como Chávez regresaste hecho millones y vives en nuestras luchas.
Honor y gloria al camarada Manuel Vera.
Vives en cada hombre y mujer que hoy lucha por construir la patria socialista