Si tuviéramos que indagar sobre la arista más relevante, que como dirigente político acompaña al alcalde Gian Carlo Dimartino, no vacilaríamos en afirmar que es la perseverancia. Cuando irrumpió en los medios de comunicación para denunciar la difícil situación por la que están atravesando los cuerpos policiales de la región y el consecuente flagelo de la inseguridad publica, el alcalde fue visto por más de un dirigente de la oposición y del mismo chavismo con ojeriza. Daba la impresión que estaba hablando desde el desierto y que sus declaraciones escondían pasiones electoreras y desbocadas en su afán de ser candidato a la gobernación.
Muchos opinaron con cierta mofa, que el burgo maestre es un aspirante a policía; pero, desde los tiempos de la gobernadora Lolita Anillar, cuando iniciaba su carrera de funcionario publico, Dimartino dio muestra de apasionarse por el hecho penal y criminológico. De allí, su papel protagónico en las luchas por los derechos humanos y en la solución de la crisis penitenciara que en aquellos momentos se vivían en la región; de tal forma, y para ser consecuente con la verdad, en esto, el alcalde ha dado demostraciones de perseverancia, y veamos porqué.
Corrían rumores y los afectados tragaban grueso, ante el presentimiento de haber sido victima de la estafa más sórdida conocida por sabueso policial alguno, y nadie se atrevía a dar el paso al frente, buscarle la vuelta al delito y propinarle un duro golpe a una camarilla de delincuentes de cuello blanco, que bajo la fachada de prósperos empresarios parecían intocables; pero he allí, que con la audacia necesaria y la firme decisión de combatir el delito, indistintamente el nivel social donde el mismo aparezca, este funcionario irrumpe ante una rueda de prensa, y el país conocería de cómo registradores, notarios, empresario, políticos, altos funcionarios del gobierno regional, alcaldías y empleados de PDVSA se habían confabulado para obtener de unos cuantos incautos, dinero fácil y a “la vuelta” de la esquina.
Era un secreto a voces lo de las andanzas en “asuntos policiales” del señor López Sisco por aquí por los predios de la “zulianidad”, del maridaje entre paramilitares, delincuentes y miembros de la policía regional en el negocio del secuestro, robo de vehículos y narcotráfico; pero nadie se dignó a señalarlo públicamente, hasta que Gian Carlo, asumió con coraje la denuncia publica y solicitó ante el gobierno nacional la intervención de la Policía Regional y la expulsión del Comando Unificado Anti secuestro (CUA) de éste terrorista, recordado por el pueblo venezolano por su participación criminal en las masacres de Yumare, Cantaura y El Amparo.
Pese al “bache” de las pruebas y la posterior declaración del Ministro de Justicia en torno a la presencia de Manuel Rosales en las reuniones conspirativas con Carmona y compañía en territorio colombiano, es evidente que ni los más “radicales chavistas” del Zulia habían increpado de forma tan directa al gobernador en torno a la necesidad de someterlo a juicio para que de una vez por toda, de la cara por sus fechorías golpistas y puedan sentir los zuliano que de verdad se esta defendiendo el estado de derecho y aplicando la ley. El Alcalde en torno a este asunto tan delicado, asumió la investigación y el reto de demostrarle a los zulianos, y a Venezuela, el verdadero carácter de este “paladín” de la democracia y la Zulianidad.
Así las cosas, estas conductas del Alcalde han generado expectativa por el devenir de la seguridad pública que acorrala a los zulianos. Los atracos a entidades financieras y comerciales, el robo de vehículos y los secuestros son el plato del día en nuestros hogares; mientras tanto, el Gobernador Rosales ducho en eso de apoyar golpes de Estado, paros petroleros y participar en reuniones conspirativas contra la democracia, se ocupa de su sinuosa campaña y de reafirmar su “zulianidad” con rumbo propio.
Dimartino no esta solo en su clamor por el adecentamiento de los cuerpos policiales, lo acompaña la población huérfana de seguridad, las comunidades que piden a gritos que se acaben los azotes de barrio, pero que también le quiten de encima la matraca y el encompinchamiento que mantiene la Policía Regional con los delincuentes. Los zulianos aplauden la firme decisión del Alcalde, de haber retirado a Polimaracaibo del Comando Unificado Antisecuestro, ya que la sabia popular siempre recomienda que es mejor andar solo que mal acompañado.
También lo acompaña el Defensor del Pueblo, Antonio Urribarri, quien con valentía denuncio que en el negocio del secuestro hay miembros del CUA involucrados, y que en el rapto y asesinato de la joven Rossina, los autores intelectuales y materiales son funcionarios policiales ligados a este tenebroso comando.
En síntesis, con sobradas razones, Gian Carlo Dimartino, bien como Alcalde o como líder político que transciende las fronteras del municipio Maracaibo, en estas lides de denunciar y proponer formulas para salir del atolladero en que nos tiene metido el Gobernador golpista, ha sido perseverante, y con gran tino ha puesto el balón cerca del arco. Le toca al Gobierno Nacional y en particular al Ministro Jesse Chacón meter el gol esperado por los zulianos: intervenir la Policía Regional, aperturarle juicio y mandar para la cárcel a cuanto policía corrupto se encuentre en el Gobierno Regional, empezando por la mansa paloma del guardaespaldas de Manuel Rosales, el señor López Sisco.