Amigos, venezolanos y extranjeros, les sugerimos por el bien de su salud, que no se les ocurra ir a la CLÍNICA DEL TERROR, ahí cerquita estaba la plaza donde Cocoliso González, un militar graduado en la "universidad de la vida" arengaba a las damas jai para que despidieran a las "cachifas de sus quintas, apartamentos, mansiones y lupanares pues éstas podían ser confidentes de los tierrúos chavistas. Este hombre, sin duda, resultó una ofensa para los militares de la patria. Él y los que decidieron que su destino no era defender el cielo, los mares y la tierra de la patria, sino apegarse a los GOLPISTAS profesionales, Marcel Granier, Gustavo Cisneros Alberto Ravell, Colomina y demás esperpentos, para quitarle por la fuerza y la mentira a la mayoría de pueblo venezolano, el gobierno por el cual había votado.
La medida tomada con esta CLÍNICA DEL TERROR, fue un besito en la mejilla de un Herodes Romero. Había que quitarle la patente de un tajo, porque se jugó con la salud de un venezolano. Aunque después leímos que la acción fue en realidad por que es ¡¡MAULA! o sea no paga. Si alguien cree que esta oposición fascista ha bajado su tono ofensivo y agresivo, pues que se vea en este espejo. Los mantuanos no cambian. Vea usted el caso de SÚMUERTE, la María Cochina, perdón, Corina se niega aceptar que está jugando sucio, defendiendo lo indefendible, pues ha estado cometiendo un delito terrible desde antes del golpe de estado que dieron el 2002. No encuentra que hacer para contestar a la AN de donde ha sacado tanto dinero para conspirar contra el país que la vio nacer un mal día de equis olvidado año. La CLÍNICA DEL TERROR,amigo a usted que le gusta agarrar volanticos por las calles para leerlos y luego distraidamente se lo echa al bolsillo, tenga cuidado, sobre todo si estos volanticos tienen que ver con alguna publicidad del gobierno.
Esa gente de la CLÍNICA DEL TERROR, si logra conseguirlo en algunos de sus bolsillos, no lo va atender, aunque usted llegue con el corazón en el piloro, los ojos en los juanetes, o la totona horizontal. Les sugerimos a los médicos que laboran en la CLÍNICA DEL TERROR que no tienen nada que ver con la actitud de la DOCTORA CRIMEN, que no deben callar: quien calla otorga. Al menos que ellos no vayan a trabajar más nunca en otro lugar que no sea LA CLÍNICA DEL TERROR
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