Guevara, de la mano con el terrorismo

Insiste la extrema derecha en su irresponsable agenda de violencia y destrucción. Las últimas escenas no tienen desperdicio. Múltiples imágenes (fotografías y videos con explícitas secuencias), han retratado, para la opinión pública nacional e internacional, al capo mayor de las hordas fascistas, el inefable diputado Freddy Guevara.

Este personaje y su partido neofascista (Voluntad Popular) están a la cabeza de las células terroristas, contando con un ingente respaldo financiero, mediático y político de parte de lo más rancio y reaccionario de la oligarquía criolla y hasta del propio Departamento de Estado norteamericano.

Cabe destacar que Guevara no está solo. A otras autoridades opositoras, como los alcaldes Ocariz, Muchacho y Smolansky o al mismísimo desgobernador de Miranda Capriles Radonsky, se les ha visto cómodamente conversando e interactuando con las hordas enmascaradas, aupando y dándole un espaldarazo a sus células violentas, como si fuera una gracia la destrucción y la muerte que ocasionan.

El método es invariable. Convertir lo que parece una marcha pacífica (constitucionalmente permitida) en focos violentos de disturbios y saqueos. Generando tranca de vías, destrucción, heridos y muertes. Ellos siguen creyendo que pueden obtener réditos políticos con este espiral de violencia. El efecto es otro. Porque la mayoría del pueblo venezolano es gente de paz y jamás seguirá o se sumará a organización política alguna que comulgue con la violencia irracional y fratricida.

Otros rasgos de la irresponsabilidad y la perversa lógica criminal de los líderes de estos grupos paramilitares, es el uso de menores de edad y jóvenes para la ejecución de sus acciones violentas. Son utilizados como carne de cañón a la vanguardia de la generación de violencia. Es gente sin ningún tipo de ideología o principios, que descarga su odio irracionalmente contra todo lo que le rodee, incluyendo centros hospitalarios, escuelas, el transporte público, etc. Están bien apertrechados, ahora con armas de grueso calibre. Han dejado atrás la imagen del “inocente púber”, morralito al hombro, para pasar a portar públicamente armas de fuego, siendo coreados por la tribuna iracunda. Como si matar, quemar y destruir fuera un logro celebrable. No son estos métodos pacíficos de protesta, ni son los valores que nos mueven como venezolanos. Esta derecha sufre de una grave ruptura moral que los ha convertido en unos monstruos totalmente deshumanizados. Sin alma.

Pero el objetivo de los líderes de la extrema derecha es claro, generar violencia, muerte y destrucción para socavar la legitimidad del gobierno. Para acusar al Estado de todas las consecuencias de los hechos planificados y ejecutados por ellos mismos. Son situaciones de violencia montadas maléficamente por estos miserables personajes. Nada de acciones espontáneas de manifestantes molestos, son células violentas bien organizadas por la derecha para generar zozobra y malestar en la población.

El papel delictivo de Guevara destaca dentro del resto de los líderes opositores. Ya perdió cualquier rastro de ecuanimidad, ponderación o racionamiento (Lean su verbo: “calle sin retorno”; “Todas las protestas son mecanismos de presión”, “Pensar que la guarimba es LA solución es simplificar la lucha. Acá hará falta: marchas, paros, trancones, plantones, etc.”; “Importante que tengamos una posición común sobre las guarimbas. Si nos dividimos o anarquizamos perdemos”; “Estamos preparados para más”).

En sus selfies aparece abrazado a las violentas hordas neofascistas, encarnando perfectamente al Dr. Joseph Goebbels (jefe de propaganda de Hitler). Guevara da órdenes, organiza y dirige la puesta en escena mediática de las bandas armadas, para estupor del país y para beneplácito de la derecha histérica. Este sector del sifrinaje criollo es el único que celebra las acciones de violencia de la extrema derecha. Todo un tema de odio y resentimiento de esta clase social, y que alimenta rabiosamente a la vanguardia más recalcitrante e impaciente por asaltar, por vías no democráticas, el poder político.

No podemos permitir que continúe la espiral de violencia impuesta por la extrema derecha. Deben detenerse las brigadas fascistas de odio. Los líderes de los partidos de derecha deben cesar en sus acciones violentas, deben volver al cause político, democrático y constitucional. Venezuela quiere paz.


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Richard Canán

Sociólogo.

 @richardcanan

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