Diálogo con traidores no es posible

“Una poderosa fuerza se levantó y comenzó a imprimirle ritmo y dirección a un proceso, y no habrá fuerza capaz de detenerlo, porque se alimenta de la energía maravillosa que genera la conciencia de un pueblo”.

Hugo Rafael Chávez Frías (Miraflores, 31 de marzo de 2006)

Es admirable la capacidad de diálogo que tiene el presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro Moros, cuando nuevamente hace un llamado a la oposición venezolana para sentarse a dialogar y a deponer, su actitud violenta y terrorista que hasta ahora han mantenido en el país.

El resultado está a la vista de todos con cifras mortales y la afectación del normal funcionamiento de numerosas empresas e instituciones públicas y privadas y la destrucción con premeditación y alevosía, de bienes del Estado y pertenecientes a todos los sectores del pueblo venezolano.

Si bien la mayoría de ciudadanos, quizá tengamos una mentalidad cortoplacista o atada a lo cotidiano, no por ello debemos dejar de entender que la dirigencia de una República mira bien lejos el horizonte y sus mandatarios - con visión de estadistas - miran a largo plazo y ven el futuro de un país como potencia, tal como ha ocurrido en la Patria de Bolívar con los líderes de la Revolución Socialista, en especial el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.

Luego de superar varios escollos y donde el ingrediente de la violencia ha marcado la pauta, parecen resurgir tiempos de cambio y de paz en Venezuela, sobre todo con la llegada de la Asamblea Nacional Constituyente como instrumento catalizador de los destinos inmediatos y futuros del país y de todo el pueblo venezolano.

Es bajo esta atmosfera de paz que el Presidente Nicolás Maduro apunta de nuevo con su mensaje de llamado a un diálogo a la oposición venezolana, dirigida por una casta de líderes quienes han fracasado en su empeño por retomar el poder y volver a la época de la IV República, con su recordado esquema neoliberal y depredador, el cual tanto daño le hizo a nuestro país y nos condujo al inolvidable ¡Por Ahora!, aquel 4 de febrero de 1992.

Alguien dijo por ahí con acierto que “está prohibido olvidar” y no es otro el pensamiento, este surge a la hora de evaluar nuevamente con quien nos vamos a sentar los revolucionarios a dialogar y para qué, sobre todo cuando conocemos la conducta reincidente de una oposición sesgada y golpista.

La verdad es que la historia nos ha demostrado que los valientes no surgen de las filas de los traidores sino en los ejércitos de los leales a los principios de la Patria y de la dignidad.

Por encima de las diferencias las cuales antes eran atenuadas y disfrazadas con la alternancia en el poder, al existir una seudo democracia como la de la IV República (AD- Copei) , hoy en un nuevo esquema de Gobierno de orientación socialista y revolucionaria, se ofrecen nuevas coyunturas y se abren nuevos procesos políticos que debemos atender, justamente con nuevos métodos y esquemas de gobernabilidad.

Resulta difícil entender el proceso de cambio venezolano el cual actualmente se desarrolla en el marco de las naciones, donde se definen nuevos esquemas geopolíticos y donde además los pueblos han madurado en su rol protagónico y en tiempo vertiginoso, ven caer ante sus ojos imperios que habían permanecido estables e imbatibles al paso del tiempo.

Por esta razón, no nos resulta extraño que líderes de la fracasada oposición venezolana (MUD), quienes no han querido aceptar ni entender el proceso revolucionario de nuestro país ni mucho menos reconocer su rol opositor, se aferren al pasado y se escuden en la violencia o recurran en la búsqueda de padrinos por el mundo, para derrotar la Revolución y pretendan volver al poder en Venezuela.

Ante su reiterado fracaso una y otra vez. Ante su desprecio y subestimación al Presidente Nicolás Maduro y al pueblo venezolano, se han cobijado estos opositores, en los manuales del imperio norteamericano, utilizados en otros países y continentes (caso chileno o de Irak, Afganistán, Libia y Siria).

El fracaso reiterado y su desconexión con el pueblo venezolano, al cual han engañado y humillado con sus guarimbas, los ha conducido a asumir una política - en los últimos meses - orientada a la descarada búsqueda de protectores y padrinos como Donald Trump y líderes de la vieja y rancia élite de la monarquía europea (España, Francia y Alemania)

Estamos conscientes de la dimensión como estadista que debe asumir el Presidente Obrero Nicolás Maduro, al llamar nuevamente al diálogo a la oposición venezolana. No obstante, no nos chupamos el dedo al pretender aceptar que en la mesa de diálogo (no es negociación) se sienten caras como Mary Cory, Ramos Allup, Julio Borges, Freddy Guevara, Enrique Capriles, Luis Florido o el mismísimo Requesen a dialogar ¡por Dios!

La verdad es que no sabemos con cuál liderazgo, si es que quedan algunos al margen de la violencia (MUD) en Venezuela para que se sienten a dialogar con el gobierno revolucionario y mucho menos con traidores a la Patria.

Pretender pensar que estos terroristas de la MUD se presenten - luego de un mea culpa o metamorfosis - a dialogar es como auto-engañarnos o caer en un cinismo del cual debamos arrepentirnos a futuro, luego de asumir la autoflagelación.

¡Amanecerá y veremos!


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Marco Tulio Arellano

Jubilado en Pdvsa

 arellanomt@hotmail.com      @Homugria

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