Cada vez que escucho a alguien tocando la corneta (bocina) en vez de salir del carro, caminar 15 metros, y enseguida tocarle la puerta al amigo que viene a buscar para después irse juntos en el carro a algún lugar, me viene a la cabeza un montón de imágenes (o películas) de Maduro, pero nada bonito, les aseguro.
Lo veo allí en una playa de Miami, con esa sonrisa, tirado sobre una silla larga, debajo de un gran parasol multicolor, con su sombrero mexicano de paja puesto, chupando su "tequilla sunrise" con un pitillo super largo tipo acordeón, con un motorcito a pilas para bombear el tequila hasta su boca desde un vaso de plástico desechable por supuesto, siendo servido por un montón de esclavas hawaianas importadas que le lanzan pétalos de rosas y lo masajean con crema solar de marca "Miss Venezuela Espectacular" producida en China.
También veo un teléfono rojo (fabricado en EEUU) que dice "Miraflores", pero tiene el cable roto, o sea, el teléfono no está conectado a nada, y él allí, con esa sonrisa y su tequila y sus esclavas hawaianas importadas … gozando "una bola" como dicen aquí en Venezuela.
Ven … es que … me pasa por la cabeza el hecho de que en los países desarrollados, donde el trabajo duro y la producción forman parte fundamental del sistema socioeconómico, si uno toca la bocina del carro innecesariamente, como por ejemplo para no tener que bajarse del carro por flojera, simplemente lo multan.
Reino Unido: $1300
New York City, EEUU: $350
Canadá: $200
Oahu, Hawaii, EEUU: $72
España: $90 a $200
Si señor …
Así es.
¿Pero qué tiene que ver tocar la bocina, con Maduro en la playa de Miami con un montón de esclavas hawaianas importadas?
Bueno …
Mucho …
Tocar la bocina innecesariamente = práctica común venezolana = facilismo = "aversión" a la producción = justificar una economía rentista = explotación del petróleo, oro, diamantes = mucho dinero para unos pocos = poco dinero para muchos = la filosofía de Maduro = Maduro en la playa con un montón de esclavas hawaianas.