La visita de Bachelet despierta a la jauría

"Yo creo más en el honor que en las pasiones."

Simón Bolívar

La tan esperada visita por la oposición venezolana: Verónica Michelle Bachelet Jeria, se encuentra en nuestro país por invitación del presidente Nicolás Maduro. La renombrada visitante llega en el momento preciso, cuando la jauría al servicio del imperialismo se encuentra de capa caída, dando más tumbos que un borracho amanecido; hasta el mismo autoproclamado está tropezando con las mismas piedras, que atravesó en las pasadas guarimbas, y por los vientos que soplan, parece que no le queda otra para llamar la atención: mostrar nuevamente los glúteos, porque todo se le está derrumbando; cada momento sale señalado en casos de corrupción, como para anexarle al largo expediente de un traidor a la patria, que, como él no hay dos.

La presencia de la ex presidenta de Chile, ha provocado incontrolables reacciones de ira por conocidos traidores, como es el caso de Rafael Ramírez, quien aportó una nueva falsedad en su trillado rosario de acusaciones, el cual se le ocurre, como a los atorados con un pedazo de carne, cuando no la pueden pasar, y no les queda más remedio, que vomitar cualquiera palabra para que le presten atención rápidamente en medio de la desesperación: "Están escondiendo a los presos para que Bachelet no los vea" Parece la expresión de un trasnochado en medio de una pesadilla, después de haber sufrido sus mismas travesuras.

La estadía de esta dama en el país, es una prueba más del liderazgo del presidente Nicolás Maduro, quien ha hecho todos los esfuerzos por mantener la paz, y a la vez enfrentar todos los ataques del imperialismo, y sus títeres. La ex presidenta chilena, conoce de una democracia, y a la vez lo que es una dictadura; por cierto, una de las más sangrientas en el continente americano: la de Augusto Pinochet.

Una vez más, el presidente Nicolás Maduro, está dándole la cara al mundo, cuando la visita tiene para los opositores una especie de inspección, promovida por los mismos intereses del imperialismo, con el argumento principal la grave crisis del país; pero esconden o echan al cesto de la basura el factor inductor de la acelerada situación. Para ellos no cuenta la obsesiva terquedad del gobierno de Trump, el cual ha venido interviniendo descaradamente con su equipo de colaboradores, quienes tienen un historial manchado con sangre. La oposición venezolana aprovecha cualquier pretexto para presentar sus acusaciones, pero olvida sus actuaciones. ¿Cuántos desastres dejaron en el pasado reciente, con escenas comparables a la guerra de Vietnam: personas convertidas en antorchas humanas?

¿Qué dictador se atreve abrir las puertas de un país? Solamente al paciente "dictador" de Nicolás Maduro, a quien han vituperado hasta la saciedad, se le ocurre invitar a la representante de la ONU, como una prueba de gallardía, y valentía en medio de un férreo, y criminal bloqueo económico, y de ñapa el robo descarado de propiedades del estado venezolano, con el consentimiento, y participación directa del autoproclamado, quien al final ha resultado un vulgar pillo, con el visto bueno del "todopoderoso" que lo amamanta: Donald Trump.

En toda visita se puede sacar una conclusión, pero al ser promovida por intereses políticos, al final termina por encender las pasiones. La señora Bachelet, necesita varios días para conocer exactamente la forma de hacer política la oposición, y como Maduro, ha enfrentado a los vende patria. La relativa calma, no es producto de su visita, es sencillamente el esfuerzo de un pueblo con dignidad, que lejos de arrodillarse ha salido a la calle a levantar las banderas de la libertad, y la paz. El país se encuentra en medio de grandes problemas económicos, pero a la vez se encuentra haciéndole frente a la injerencia extranjera, promovida desde el gobierno estadounidense, con la ayuda incondicional de mandatarios, que al final han terminado haciendo el papel de ridículos, como son los casos de Iván Duque de Colombia, y su compatriota Sebastián Piñera, quien llegó para atacar al gobierno venezolano, y conoció lo amargo de la derrota al participar directamente en el conocido caso de tienditas. ¿Está en capacidad Piñera de aceptar el reto, al cual se encuentra enfrentado Nicolás Maduro? ¿Qué nos puede decir la ex mandataria de un gobierno entregado en cuerpo y alma a los designios del imperialismo?



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Narciso Torrealba


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