Una de los principales factores que han incidido en la internacionalización de la conflictividad política en Venezuela, ha sido el terrible injerencismo e irrespeto a la soberanía y autonomía de los Estados Nacionales, que tienen teóricamente entre sus potestades y competencias, las resoluciones de sus controversias internas, con el pleno ejercicio de su independencia… en que el imperio del norte, la unión europea y algunos gobiernos de la derecha latinoamericana, han hecho ver que “El caso Venezuela” es un problema para el capitalismo internacional, cuando consideran que tantas riquezas naturales, no pueden seguir siendo administradas por un gobierno que ideológicamente, no es amigo, ni de la confianza, de los centros imperiales…
Esa internacionalización, ha convertido a Venezuela, en una permanente productora de noticias, y en estos momentos cercanos a la mitad del 2019, nos encontramos con dos hechos extremadamente noticioso, por un lado, el tremendo escándalo por una incalculable corrupción manejada por sectores de la oposición política , que gira alrededor de la mediática ayuda humanitaria, ubicada en la ciudad de Cúcuta, lugar Colombiano, fronterizo con Venezuela…y por otro el lado, la visita oficial de la alta comisionada de Las Naciones Unidas para Los Derechos Humanos, Michelle, Bachelet, quien viene a constatar “in situ”, la realidad nacional, en materia de los derechos humanos…
Indudablemente que hay vinculo estratégicamente vital, entre esa pareja, (la corrupción y los derechos humanos) que tienen en común que son producto de acciones humanas, pero que en su materialización, son excluyentes entre si, ya que la corrupción, caracterizada por el individualismo, la ambición, el egoísmo y la inmediatez…afecta de manera negativa, el desarrollo a plenitud de la progresividad de los derechos humanos, que se caracteriza por todo lo contrario a la corrupción, por su espíritu colectivo, solidario y el pensar como visión estratégica, construir un mundo humanamente sustentable, con una altísima justicia social, protegiendo siempre a los grupos sociales más vulnerables…
La verdadera lucha es derrotar a la corrupción, que a lo largo de la historia se ha convertido en un indeseable “patrimonio cultural de la inhumanidad”
