E l respeto en el uso de los derechos
Ningún funcionario de los Poderes Públicos de Venezuela debiera permitir que pretendan desviarle del cumplimiento de su deber en la aplicación de los preceptos legales, sin embargo, por intermedio de una descarada manipulación en cuanto al derecho de la libre expresión del pensamiento que tienen los ciudadanos en general y especialmente los periodistas en la información y la opinión, éstos últimos violan constantemente los derechos de muchas personas sin que se tomen medidas para proteger su integridad personal; siendo por ello que aquí se abusa del derecho de expresión. El temor que siente una autoridad por que le digan que está reprimiendo la libertad de expresión, hace que no actúe debidamente en el cumplimiento de su deber y por tal comportamiento, seguramente no tardará en que un argumento parecido utilicen los médicos, ingenieros, educadores, abogados y otros profesionales cuando alguno de ellos sean denunciado por mala praxis dentro de sus respectivas profesiones y entonces en su defensa aleguen que el gobierno les quiere coartar el derecho al trabajo en el libre ejercicio de su profesión y pasaría lo mismo con los malhechores que se reúnen para planificar y llevar a cabo sus acciones de secuestros, atracos y otros actos delictivos, pues al ser arrestados argumentarían que el gobierno le está violentando el derecho de reunión; el malandro que es sorprendido infraganti cometiendo un hurto y es detenido diría que el gobierno le está coartando su derecho de libertad; y así toda persona que sea aprehendida y/o acusada de estar incurso en un hecho punible manifestaría que el gobierno le está violando alguno de sus derechos consagrados en la hermosa Constitución venezolana.
Observe el lector como en Venezuela existen unos ciudadanos, y la organización que los agrupa, que pretenden que el derecho de la libre expresión esté por encima de cualquier otro derecho de los cuales disfruta la ciudadanía. Dese cuenta que cuando un periodista es citado ante la justicia por un presunto hecho punible atribuido a él o ella, de inmediato expresa que el gobierno le quiere coartar el derecho que tiene de informar y opinar de viva voz y a través de algún medio de comunicación, siendo así como seguidamente ese periodista es apoyado por el Colegio Nacional de Periodistas sin éste considerar para nada el motivo real por el que su afiliado es enjuiciado y/o detenido, tal solidaridad automática hace que el periodista se cobije bajo el manto de impunidad que la C.N.P. consigue por intermedio de la amenaza, el chantaje o el soborno y es así como se evita que el sospechoso responda sobre los intríngulis del delito por el que se le acusa. Según la concepción grotesca del C.N.P., sus afiliados no pueden ser llevados ante la justicia; así sea público y notorio que alguien perteneciente al gremio cometió un delito tipificado como tal en las leyes de la República Bolivariana de Venezuela.
Todo habitante de este país sabe que es sumamente tedioso, lento y costoso económicamente intentar un juicio en algún juzgado de la república para demandar a un periodista que ofende y denigra de una persona; a un profesional por mala praxis en el ejercicio de su profesión; o a cualquier individuo que menosprecie los derechos de otro, por lo que para evitarse tales dificultades no se demanda y las que pudieren existir actualmente son muy contadas, sin embargo los demandados y los gremios que lo protegen ponen el grito en el cielo; y a fuerza de sofismas leguleyas y otras acciones logran que la justicia no se imponga y si la injusticia. Este es un mal endémico que ha existido dentro del recinto de la dama vendada y que sostiene una balanza, que en el sopeso de estos casos pareciera no servir, razón por la cual se debería crear algún órgano judicial extraordinario que se ocupe de esos tipos de juicios y que sea esa instancia la que decida cuales derechos deben juzgarse por encima de otros; de manera de lograr para Venezuela y su pueblo que la probidad venza a la iniquidad en el tribunal que sentencia.
La justicia insolente que hace aplicar los poderosos no puede continuar en este país, es necesario ponerle freno, no se puede dejar que esta nación siga manejada por pícaros, hay que hacer algo, algo verdaderamente revolucionario, algo que deje atrás las perversiones que se practican en la administración de justicia en esta hermosa patria. Hay que entender que, como dijo Simón Bolívar: El ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad.
joseameliach@hotmail.com
Esta nota ha sido leída aproximadamente 3146 veces.