Creo que con terror todos podemos recordar como los mismos que activaron el golpe plutocrático del 11 de abril, con la mayor impunidad- en este país donde a diario se dice que estamos en una dictadura y que el gobierno controla todo los poderes- el 2 de diciembre del 2002 iniciaron un paro empresarial y de las cúpulas de la CTV con el apoyo de los partidos tradicionales. Paro que aun no se termina, ya que quienes lo iniciaron jamás declararon su estruendo fracaso y hoy siguen pretendiendo desestabilizar el país. A los pocos días la cúpula que hasta entonces administraba PDVSA sumaron al paro a la principal empresa de lo todos los venezolanos, es decir los que constantemente hablaban de democracia y como fueron, según ellos, injustamente botados de la industria- por traidores a la patria, por no acatar la política petrolera del estado nacional, por pretender adueñarse de la empresa- un grupito en una asamblea paraliza la empresa que pertenece a 26 millones de venezolanos. Este acto-que no podemos catalogar sino como de genocida- alimento a este paro que desde su inicio era un verdadero fiasco. El malestar fue mucho, inmensas colas para llenar los tanques de gasolina, la paralización generalizada del transporte, el no poder viajar a ver los familiares lejanos, la carencia de los principales rubros alimenticios, del gas domestico, muchas personas mueren por no poder asistir a un centro medico a tiempo, en fin el desastre total causado por quienes no querían aceptar que Venezuela había cambiado para siempre.
Pero paradójicamente esta paralización que produjo un profundo daño a la población venezolana que vio como le fue robada sus navidades, sin embargo este pueblo se mantuvo estoicamente y acrecentando formas de relaciones comunitarias para sobrevivir a la crisis. Este paro que perseguía la inestabilidad del gobierno por el contrario contribuiría con la legitimación del gobierno de Chávez. Para quienes aun dudaban sobre el papel del pueblo en la restitución de Chávez al poder el 14 de Abril, aquí en adelante ya no quedaba ninguna duda. Esta crisis del año 2002 y 2003 que trajo profunda consecuencias en la economía nacional- perdiéndose por lo menos diez mil millones de dólares- pero que permitió desarticular la oposición de la vieja guardia de los tradicionales partidos políticos y sindicatos que dejaron claramente marcado su irrespeto a la decisión del pueblo, su irresponsabilidad al no asumir su compromiso con los sucesos del golpe de estado de abril del 2002 y el paro genocida iniciado en diciembre de ese año. El proyecto político de Chávez sale fortalecido, el apoyo popular es evidente y éste se reafirmaría en agosto del 2004 cuando un 60% de la población- después de casi 5 años en el poder- legitiman nuevamente al presidente en referéndum popular y el 6 de diciembre del 2006 lo eligen nuevamente como presidente con el 62% de los votos.
No tenemos la menor duda en afirmar que el golpe de estado de abril del 2002, el paro petrolero de finales de ese año y el respaldo popular que obtuvo el gobierno frente a esta arremetida, fueron los condicionantes que presionaron para asumir una postura más radical. En el año 2003 surgen las misiones educativas, de salud, para atacar los problemas de los excluidos, allí comienza una verdadera explosión social con la concientización y formación socio política de la población, que comienza a estimular la participación activa de esa sociedad adormecida por el rentismo y manipulada por el populismo. No es hasta abril del 2005 cuando por primera vez el presidente Chávez aviso de la posibilidad de enrumbar a Venezuela por el socialismo bolivariano.
En Venezuela aún conviven el modelo neoliberal, el socialismo es un proyecto en construcción: la economía de mercado, la propiedad privada, la legislación y lo mas importante hasta la cultura es aún capitalista, abolirlas es tarea nada fácil, por un lado los enemigos internos aunque debilitado en su organización siguen teniendo el poder económico y los mas importante la alianza con el gobierno Norteamericano, pero paralelo a esto existen muchos males internos de resistencia cultural que tienen que ver con la deficiente formación y el inevitable proceso de alienación. El enemigo externo es claramente visible, el interno es más peligroso, el que está junto a nosotros y dentro de nosotros. Lo más importante es el asumir la verdadera transformación y el compromiso a transformarse asimismo. Actualmente se ha iniciado una política de acrecentar el Poder Popular a través de la Nueva Geometría del Poder que nos ofrece la reforma constitucional, que a nuestro modo de ver son el tronco sobre el que será posible construir el socialismo, nuestro socialismo. Todo depende de nosotros.
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