El dicho popular "lo que es igual no es trampa", derivado del viejo precepto republicano europeo según el cual las leyes y las constituciones, mediante sus Estados, deben ser aplicados en igualdad de condiciones a todos los ciudadanos, es lo que está en debate desde que las FARC liberaron a Consuelo y Clara y el parlamento venezolano le sacó el falso remoquete de "terroristas".
Es fácil advertir, viendo algunas horas noticieros de TV, escuchando radio y leyendo agencias, que estamos en presencia de una, digamos: "operación demonizadora de las FARC". "Que entregue más pruebas de vida", "Que libere al resto de los secuestrados", "Las FARC tortura rehenes y niños y arranca hijos a sus madres" y aparecen videos de desertoras y "desmovilizados" (los reales y los ficticios) confirmando estos mensajes.
Pero ninguno de estos noticieros, gobiernos o analistas les piden lo mismo a los gobiernos de Estados Unidos, Europa o Israel (este último con decenas de Resoluciones de condena de la ONU), ni se las pidieron antes a Franco, a Pinochet, al Apartheid o a los responsables de la Operación Cóndor, por ejemplo.
¿Quién le pide a Washington que se respete la solicitud de un juzgado de Chile: que Henry Kissinger sea juzgado en tribunales de Santiago por crímenes de lesa humanidad por el derrocamiento del gobierno de Salvador Allende?
Si lo que es igual no es trampa (siguiendo el criterio jurídico de ellos), cómo es eso que se le exige a las FARC lo que no se le pide a la Agencia Central de Inteligencia, al FBI, al Pentágono o a los otros trece organismos de inteligencia, represión y tortura que utiliza el gobierno de Estados Unidos en el planeta.
O al gobierno de Uribe y a la siniestra policía política DAS y sus paramilitares.
La mayor cantidad de periodistas, sindicalistas y activistas perseguidos, asesinados o presos de nuestro continente es responsabilidad de los dos gobiernos sucesivos de Uribe Vélez, como registran informes de ACNUR, Amnistía Internacional, Reporteros sin Fronteras, Comisión de Derechos Humanos de la OEA. La ACNUR lleva un registro de más de dos millones de desplazados por los bombardeos en campos colombianos.
Los vuelos globalizados de la muerte
Tanto el Consejo de Europa (Cadena SER – París, 24-01-2006) como el Parlamento Europeo (Informe parlamentario del Consejo de Europa, Dick Marty, AFP - París - 07/06/2006) dieron crédito institucional a la denuncia sobre vuelos secretos de la CIA, hecha por Amnistía Internacional el 5 de diciembre de 2005.
La organización humanitaria con sede en Londres, reveló en esa capital sobre el registro de "más de 800 vuelos secretos de la CIA" y la "colaboración pasiva o activa de por lo menos 14 gobiernos europeos". España, Inglaterra, Rumania e Irlanda encabezan la lista de colaboradores de estos vuelos de la muerte. Trasladaban secuestrados iraquíes, palestinos, iraníes, pakistaníes, latinoamericanos, afganos, de un lugar a otro del planeta, para luego torturarlos, desparecerlos y/o liquidados, también en secreto. Una verdadera operación cóndor globalizada. Un punto de partida es Guantánamo, el territorio cubano usurpado militarmente por el imperialismo yanqui.
Los vuelos, según las fuentes europeas comenzaron con el primer gobierno del demócrata Bill Clinton, según cuenta en su libro el ex agente arrepentido de la CIA, Michael Scheuer (Renditions Started on Clinton's Watch, Barcepundit, Alemania, 29-12-2005)
Recientemente, el Estado y gobierno de Canadá incluyeron a los gobiernos y estados de EEUU e Israel, "en una lista oficial canadiense de países donde los prisioneros se arriesgan a ser torturados, afirmó este jueves la cadena de televisión. Según CTV el documento menciona especialmente a la base naval estadounidense de Guantánamo, abierta en la isla de Cuba en 2001 por Estados Unidos para recluir a los prisioneros de su "guerra contra el terrorismo", como uno de los centros donde se recurre a torturas" (Cadena CTV/Toure, telesurtv.net, 11/12/07)
Para confirmar la denuncia del gobierno canadiense, aliado de EEUU y miembro del G8, "El representante especial de ONU para los Derechos Humanos en los territorios palestinos ocupados, John Dugard, calificó hoy como crímenes de guerra los ataques aéreos perpetrados por Israel contra la Franja de Gaza esta semana" (Prensa Latina, 19/01/08)
¿Quién de los que piden "pruebas de vida a las FARC, no se atreve a hacer lo mismo con los torturados de EE UU en Guantánamo y de Israel en Tel Aviv?
Terroristas de guayabera
La periodista dominicana Lilliam Oviedo relata con precisión el 16 de enero de 2008, las operaciones de la CIA, el aparato judicial norteamericano y el gobierno de ese país, para proteger a calificados (jurídicamente) terroristas internacionales que han perpetrado asesinatos masivos e individuales, todos registrados con nombre y apellido en juzgados de Miami, Caracas, Cuba, República Dominicana, Panamá, Grenada y otros países involucrados.
Digamos, otros vuelos de la muerte, porque incluye las operaciones de los dos terroristas más conocidos del Caribe, hoy a resguardo de la CIA y el aparato judicial de Miami: Orlando Bosh y Luis Posada Carriles, ambos con centenares de muertos encima cada uno.
Posada Carriles usó esa impunidad gubernamental para volar libremente por capitales del Caribe y Centroamérica hasta que lo agarraron. Posada Carriles es el mismo que dijo a la prensa esta frase, sólo explicable por la protección que tiene: "si tuviéramos recursos, ardería Cuba de un extremo a otro", esto fue después que lo acusaron de haber roceado NAPALM sobre los campos de Cuba, desde un aviòn (siempre los vuelos de la muerte) que salió y volvió de a aterrizar en Miami, en junio de 1965, según relata Oviedo.
"Larga es la lista de aliados y protegidos con estas características, y es obvio que los sectores de poder que los protegen, no han cambiado de conducta: el 26 de septiembre del año 2005, agentes del Buró Federal de Investigaciones, FBI, rodearon la casa del líder boricua Filiberto Ojeda Ríos, le dispararon y lo dejaron desangrar. El. FBI, como la CIA, tiene por misión castigar la rebeldía" señala Lilliam Oviedo.
La protección de terroristas calificados es correspondiente a la que le dan a las organizaciones que practican el terrorismo de derecha proyanqui, como los Comandos F2, Alpha 66, Movimiento Nacionalista Cubano, Movimiento Insurrecccional Martiano, Brigada 2506 y Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos. Con el apoyo de estas y otras organizaciones del paramilitarismo colombiano se ayudó al golpe de Estado en Venezuela en abril de 2002
La muerte del más viejo derecho humano
La paranoia guerrerista de los gobiernos estadounidenses en la fase actual del mundo amenaza con llevar a la desaparición de conquistas democráticas que costaron siglos de lucha, como el Habeas Corpus o la libertad de expresión y publicación.
La paradoja es que Washington es acompañado por dos de las instituciones centrales del sistema de Estado liberal, republicano y capitalista: La prensa y el parlamento. Además de gobiernos en Europa y Latinoamérica, antes y después del 2001.
Nos referimos a la Ley Military Commissions Act de 2006 (MCA), firmada por Bush el 17 de octubre de 2006 y aprobada por ambas Cámaras del Congreso con el consentimiento de la gran prensa de ese país.
Dice la Ley que "El enjuiciamiento de alguien acusado de 'combatiente enemigo' depende enteramente de la voluntad del presidente Bush. El más viejo derecho humano definido en la historia de la civilización de habla es el derecho a desafiar el poder gubernamental de arrestar y detener mediante el uso del recurso legal del habeas corpus, considerado como la parte más crítica de la Carta Magna firmada por el rey Juan en 1215. Alexander Hamilton escribió en The Federalist 84, en agosto de 1788" (Robert Parry (CONSORTIUM NEWS) - Thom Hartmann (COMMON DREAMS, en traducciòn de Ernesto Carmona, Argenpress, 13/09/2007)
Qué quieren cuando dicen lo que quieren
Los objetivos son claros. Es necesario hacer olvidar la operación humanitaria que rescató a las dos políticas colombianas, tras el gesto unilateral de las FARC, un hecho que puede conducir a otras liberaciones; para lograr esa sublimación de la operación humanitaria y el rol central del grupo guerrillero, convierten en telenovela las vidas privada y pública de Clara y Consuelo y en estafa sentimental el lamentable destino del pequeño Enmanuel. Muestran una supuesta fotografía de sus ojos como si fuera el misterio revelado del Santo Grial de nuestros días.
Esa es la música de fondo de una campaña internacional para solicitar a las FARC "más pruebas de vida" y la libertad "de todos los secuestrados".
Demonizar a las FARC es un recurso contra su reconocimiento internacional en un país que vive en estado de guerra desde hace cuatro décadas.
Todas las debilidades y errores políticos de las FARC (especialmente la de andar secuestrando gente a mansalva contradiciendo una larga y sana tradición revolucionaria), no pueden ocultar que Colombia no se enfrenta a una guerra artificial con un grupo "foquista" injertado en la selva.
Lo que existe desde 1948 es algo similar al zapatismo de 1995, al Movimiento 26 de julio en su fase de arraigo en la Sierra Maestra, o a las guerrillas de Mao y Ho Chi Ming en China y Vietnam, a las de Hugo Blanco en Perú 1965 o a las de Tito en la Yugoslavia de la Segunda Guerra Mundial. Verdaderos movimientos guerrilleros rurales que con el tiempo se convierten en partidos-ejército con entidad nacional.
Las FARC son el movimiento campesino armado más antiguo de América latina y el segundo más viejo del mundo (1948), después de la resistencia palestina (1936)
Cuando les conviene
Ese es el punto que no pueden resolver Uribe ni Washington: ¿Cómo arrancar a las FARC de la memoria campesina colombiana después de más de medio siglo de arraigo? Los errores del movimiento guerrillero los han alejado de algunos sectores sociales, incluso campesinos, pero no tanto como para desarraigarlos.
Su carácter beligerante se lo confieren su propia historia de medio siglo de enraízamiento campesino, su origen en una guerra civil entre liberales y conservadores, su extensión territorial y el cuerpo militar, aún menguado.
No sólo gobiernos europeos le han conferido entidad de ejército beligerante (Francia, Suiza, Suecia, etc), es que gobiernos colombianos anteriores y el propio imperialismo yanqui se la han reconocido en varias oportunidades.
Por ejemplo, cuando "El presidente de la Bolsa de Nueva York, Richard Grasso, y dos de sus asesores dejaron por unas horas los altos rascacielos neoyorquinos del corazón financiero del mundo para trasladarse a la selva colombiana: sorpresivamente, se llegaron ayer hasta un paraje del sur del país para reunirse con los líderes de la guerrilla de las FARC, según informó el ministro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo. La cita tuvo lugar en el caserío de La Machaca, un paraje rural de la zona desmilitarizada de 42.000 kilómetros cuadrados del sur del país que desde noviembre del año pasado ocupan las FARC, con el beneplácito del gobierno de Andrés Pastrana, para llevar adelante diálogos de paz.Grasso fue acompañado por el vicepresidente de la Bolsa de Nueva York, Alain Murban, y el asesor James Esposito. El ministro de Hacienda colombiano concurrió en compañía del Alto Comisionado para la Paz, Víctor Ricardo.Tras el encuentro, el ministro Restrepo dijo que Grasso viajó a Colombia invitado por el presidente Pastrana. (Bogotá. Especial para Clarín, 7 julio de 1996)
Algunos gobiernos como el argentino de Menem, el mexicano de Salinas y otros, si bien no reconocieron a las FARC como beligerantes siguieron la señal de Wall Street y les toleraron oficinas en sus capitales.
Uribe y el destino de las FARC
Todo el espacio social ganado por Uribe, y algunos antes de él, en los últimos 15 años, en la conciencia de sectores urbanos y en algunas zonas campesinas e indígenas (Caquetá, Huila, Villavicencio, Antioquia, Cundinamarca, etc.), tiene tres causas: la ayuda militar norteamericana, (la tercera en el mundo después de las recibidas por Israel e Irak), el exitoso populismo de derecha de Uribe y, desde otro ángulo, el desgaste histórico de las FARC, sobre todo tras el fin de las insurgencias centroamericanas de los años 80 y la derrota de la experiencia sandinista y su gobierno en 1989.
Las FARC viven hoy uno de sus peores momentos políticos y militares. Como señala el economista de izquierda Salomón Kalmanovicts en Bogotá, "Las Farc están acorraladas en lo profundo de la manigua, bajo condiciones alimenticias y de salubridad deficientes, lo cual debe ser otra consideración para no cargar con el peso de 700 secuestrados y comenzar a utilizarlos para recuperar sus presos y reganar algo del espacio político que estúpidamente desdeñaron. Han sufrido contundentes derrotas en Cundinamarca, Antioquia, la Costa, Santanderes, el Valle y si acaso alcanzan a asomar la cabeza en los departamentos del sur del país. La tecnología provista por los norteamericanos ha permitido dar de baja a muchos de sus mandos medios. Aumenta la deserción, los robos de sus fondos y se les dificulta el reclutamiento." (05 de enero de 2008/El Espectador, Bogotá)
Eso es lo que quiere aprovechar Uribe y el concierto internacional que lo acompaña, para quebrar políticamente a las FARC y en lo posible derrotarlas físicamente.
Al mismo tiempo va dirigido a impedir su posible conversión en fuerza política nacional porque saben dos cosas: una, que podría tener éxito electoral y patear todo el tablero político colombiano con efectos subregionales inmediatos. Colombia es el tercer país más poblado del continente.
Demonizar las FARC es parte del refuerzo del Plan Colombia en concomitancia con la llamada "nueva agenda latinoamericana" definida en abril 2006 por el canciller español Miguel Angel Moratinos, cuando señaló: "Coincidimos con el gobierno de EE UU que es necesario reordenar el continente". Venia de reunirse con Condolezza Rice y Tomas Shannon.
Ese "reordenamiento" significa derrotar por cualquier vía a los gobiernos que resisten el control estadounidense, sea en La Paz, Quito, La Habana pero sobre todo en Caracas por razones obvias. En el caso colombiano eso exige la pervivencia y mantenimiento de los paramilitares por –y dentro de– el gobierno de Uribe. Eso que una Fiscal llamó en Bogotá la "parapolítica".
El debate planteado en el escenario político internacional por el presidente venezolano, al exigir al mundo el reconocimiento de las FARC como fuerzas beligerantes, condujo el asunto al centro de la hipocresía de lo que la burguesía llama "democracia" y "derecho internacional".
En esos terrenos, 100 años de imperialismo bastan para confirmar que los preceptos de "igualdad jurídica" de Rousseau, Voltaire o Montesquieu, no sólo eran limitadísimos porque tenían un carácter de clase, discriminatorio, etnicista y racista, sino lo peor: nunca sirvieron para nada porque el sistema imperialista del siglo XX les aguó la "fiesta republicana" según la cual, no todos los ciudadanos son ciudadanos, no todos los derechos son derechos. Ya no soportan ni el Habeas Corpus.
Eso es lo que muestran cuando le exigen a la FARC lo que no le piden a más nadie, con el sólo objetivo de derrotarla.
modestoguerrero@gmail.com