Por tercer año consecutivo, la Universidad de los Andes promoverá la elección de una "reina de belleza". Esta vez, las autoridades rectorales han escogido el 27 de febrero para realizar el decadente ritual en las facultades de la universidad, para luego elegir una reina de belleza de toda la universidad. El día en que conmemoraremos la dignidad de un pueblo alzado, ese 27 de febrero la ULA representará la mejor metáfora de lo que es a grandes rasgos: una pasarela deprimente por la que hay que desfilar para optar al reconocimiento de los mediocres.
Todas las candidatas serán estudiantes, y los jurados estarán integrados por profesores, estudiantes, y otros miembros de la llamada comunidad universitaria. Una de las facultades donde se realizará esta actividad será la de Humanidades y Educación. Lo grotesco es que en esa facultad hay una cátedra de estudios de género.
Hace pocos días, el rector y candidato a gobernador decía en un humillante acto llamado "Mujeres con Léster" que había que "retomar la educación de las niñas y las mujeres". Por ignorancia o torpeza, Léster Rodríguez pasaba por alto que la mayoría de quienes estudian en la ULA son mujeres, y que estas estudiantes no han esperado por los arrebatos paternalistas y delirantes del rector candidato para luchar por revertir la tendencia excluyente que reservaba la mayoría de los cupos universitarios a los hombres.
Este nuevo ataque en contra de la dignidad académica, la realización de concursos de belleza universitarios, tiene carácter institucional. No debe sorprender a nadie que esto sea promovido desde un antro de fascismo que desvía los recursos de la institución hacia las movilizaciones de la derecha nacional, o que desde el Consejo Universitario pagan remitidos en defensa de Nixon Moreno, pidiendo cárcel contra los trabajadores de ULA TV, o haciendo apología de los grupos armados de ultraderecha, a nombre de la inviolabilidad del recinto universitario. Todo esto forma parte de lo que irónicamente llamó Léster Rodríguez "hacer de una buena universidad una gran universidad", y que se convirtió en el lema de su gestión como rector.
La impunidad lleva a la impudicia.
Hace pocos días, el rector y candidato a gobernador decía en un humillante acto llamado "Mujeres con Léster" que había que "retomar la educación de las niñas y las mujeres". Por ignorancia o torpeza, Léster Rodríguez pasaba por alto que la mayoría de quienes estudian en la ULA son mujeres, y que estas estudiantes no han esperado por los arrebatos paternalistas y delirantes del rector candidato para luchar por revertir la tendencia excluyente que reservaba la mayoría de los cupos universitarios a los hombres.
Este nuevo ataque en contra de la dignidad académica, la realización de concursos de belleza universitarios, tiene carácter institucional. No debe sorprender a nadie que esto sea promovido desde un antro de fascismo que desvía los recursos de la institución hacia las movilizaciones de la derecha nacional, o que desde el Consejo Universitario pagan remitidos en defensa de Nixon Moreno, pidiendo cárcel contra los trabajadores de ULA TV, o haciendo apología de los grupos armados de ultraderecha, a nombre de la inviolabilidad del recinto universitario. Todo esto forma parte de lo que irónicamente llamó Léster Rodríguez "hacer de una buena universidad una gran universidad", y que se convirtió en el lema de su gestión como rector.
La impunidad lleva a la impudicia.
