El general jefe de la policía de Colombia ignora que en Venezuela conocemos el cuento del disco duro. Dicho cuento fue narrado con todo el dramatismo posible por el inefable Pablo Medina, experto en escándalos y puestas en escena, quien, en una elección pasada, se presentó ante las cámaras de RCTV y Globovisión, alegando que tenía el mentado disco de Smartmatic para demostrar el fraude cometido por la empresa, en conjunción con el CNE.
Tras blandir a diestra y siniestra el referido artefacto, Medina hizo mutis para no volver a mencionar el asunto. Lo mismo le ocurrió, pero sin disco, al último de los adecos duros, Henry Ramos Allup, cuando en la madrugada de 15/8/2004 cantó fraude y ofreció las pruebas para el día siguiente sin que hasta hoy se haya acordado de aportarlas.
Por fortuna en nuestro país tenemos acceso a la serie de TV gringa "CSI", que significa Investigadores de la Escena del Crimen. Los tercios de la película, ya bien sea en Las Vegas, Miami o Nueva York, desentrañan los mayores misterios recurriendo al último grito de la tecnología. Así pues, con el teléfono celular de un sospechoso, aunque lo haya vuelto añicos una bomba inteligente, recomponen la memoria y le averiguan la vida y milagros al presunto asesino. Para ello se valen de unos aparatos que existen en la NASA, la CIA, el FBI y otras agencias por el estilo, las cuales colaboran con los sagaces detectives de la serie de TV.
El citado jefe policial colombiano pretende que se le crea que el comandante Raúl Reyes de las FARC guardaba en su computadora portátil copias de los recibos de US $ 300 millones entregados por el ministro Rodríguez Chacín mientras se fotografiaban tomándose unos whiskys en medio de la selva.
La computadora de marras quedó vuelta un guiñapo tras un bombardeo que debió ser a base de misiles, pero el disco duro, rescatado y procesado en Bogotá en pocas horas, supuestamente reveló los siniestros secretos del jefe guerrillero.
De donde no se borrará lo ocurrido en las riberas del Putumayo será de la memoria de los revolucionarios y de los activistas de derechos humanos quienes la recordaremos como una torva masacre.
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