Una campaña internacional a favor de la paz en Colombia, con epicentro en Paris, está siendo encabezada por la Sra. Betancourt. Pero parece más una campaña para acorralar a las Farc y favorecer la política de Uribe. Así no se alcanzará la paz.
Se olvida que en la raíz del conflicto está el asesinato de Gaitán en 1948 y las matanzas que organizó la oligarquía colombiana contra las bases del partido liberal. Ahí surgieron las guerrillas. De ahí surgió Marulanda. Que cuando el M-19 trató de legalizarse, ello generó la matanza de sus principales dirigentes. Que en los años 80 cuando las Farc crearon la Unión Patriótica, como camino para integrarse a la legalidad, hubo más de 3000 dirigentes y militantes asesinados.
Que en Colombia, además de los secuestrados de las Farc, hay centenares de personas secuestradas por los paramilitares, los narcotraficantes, las fuerzas de seguridad. Que dichas fuerzas y los paramilitares promueven matanzas para ocupar tierras, incrementar el latifundio, lo que genera millones de desplazados. Que hay una estrecha alianza entre paramilitares, narcotraficantes y la clase política que ha originado la parapolítica y la narcopolítica. Que las extradiciones de paramilitares a EEUU son una manera de protegerlos y evitar que digan verdades que comprometerían al gobierno. Que Colombia mantiene cerca de medio millón de hombres en pie de guerra y el 6.5% de su presupuesto son gastos militares a los que se añade la ayuda estadounidense e israelí. Que estos son factores de guerra y de violencia.
Pero sobre todo se olvida que hay centenares de prisioneros políticos secuestrados en las cárceles colombianas y que Simón Trinidad y Sonia lo están, en condiciones inhumanas, en EEUU.
Si las Farc liberan los secuestrados y proscriben el secuestro, podrían estimular una campaña internacional a favor de la paz. La intervención de EEUU e Israel ha modificado radicalmente la relación de fuerzas y las características de la lucha. La guerra mediática está siendo perdida. La táctica debe modificarse. A estas alturas los campamentos y bases deben estar detectados y podría ser cuestión de tiempo su destrucción.
No habrá triunfo por la vía armada. Con dignidad hay que prepararse para una salida pacífica, que no es fácil, no está a la vuelta de la esquina.
julio.escalona@gmail.com