Ayer por la noche recibí la noticia, a Luis Vázquez lo mataron grupos de derecha en la Universidad de Carabobo; fue victima de la mafia impune de los Maldonado que ha cuestas de la autonomía universitaria se permite ser el polvorín de la zona central del país para la oposición venezolana.
¡Compañeros! La derecha
se ha manchado nuevamente las manos con la sangre de nuestra juventud, celebran
en su silencio la eliminación de un líder de base de nuestra revolución ¿Qué
merece este momento? ¿Silencio y calma?
En el pecho de Vázquez
reposa la bala que destruye a una familia. Ese pedazo de metal persigue
destruir la organización lograda por el compañero en su comunidad, en la
juventud socialista y en la
Universidad de Carabobo.
Que sepan los intelectos
y los operarios de este crimen: que solo podrán conseguir su objetivo cuando
logren matar “uno a uno, hasta que no quede uno” de los que creemos en la
dignidad del pueblo y en el socialismo.
Pronto íbamos a
encontrarnos en Guacara, me lo había dicho mi amigo Gabriel, pero la situación
es distinta. La Juventud
venezolana se enluta ante este atentado a su organización, el movimiento
estudiantil bolivariano se enluta ante este atentado a su acción concreta. Pero
que no calle nadie en nombre del compañero que nunca calló su voz, sino por la
bala infame protegida por la godorria del centro del país.
A su familia quiero
enviar un mensaje de solidaridad, la juventud no dejara que muera en nuestras
conciencias y acción, aun cuando entendemos el profundo sentir de no tenerlo
cerca. A la JPSUV
de Guacara le pedimos que no bajen las banderas que Vázquez levanto y que
fortalezcan la organización para poder reventar la mafia que ha dado muerte a
nuestro compañero.