El ladrón que quita la vida para satisfacer sus bajas pasiones y apoderarse de lo ajeno, sea por costumbre o en organizaciones afines para hacerse sus medios de vida sin trabajar a costa del sudor ajeno, estos ya se han especializado y como enjambres arremeten contra sus víctimas, muchas veces llenando sus mentes de sustancias alucinógenas, atracan, secuestran, sorprenden y actúan sigilosos para burlar la justicia.
El hampa común organizada que arremete con crueldad y muchas veces en complicidad con autoridades o cuerpos policiales que tentados por el dinero se prestan para la complicidad en el tráfico de estupefacientes, contrabandos y un sin número de negocios ilícitos que estimulan los instintos criminales.
El sicariato y otras modalidades desarrolladas en el mundo que practican el crimen a cambio de unos mendrugos que le entregan quienes con autorías intelectuales les contratan para ejecutar sus órdenes almacenadas en sus instintos criminales de la mente y así eliminan a quienes se hayan salido de sus huestes o cuántas veces no callan para siempre a inocentes que caen en sus garras.
Sicópatas homicidas, herencia de países desarrollados que por el mundo se difunden en las pantallas del cine y con mayor alcance a millones de niños, adolescentes, jóvenes y adultos a través de las pantallas televisivas, y que cunde de malos ejemplos y se asimilan aprendizajes que exaltan la maldad y el instinto criminal, amén de otros largometrajes con la visión de múltiples aberraciones que facilitan el camino para el exterminio humano.
LOS CRÍMENES POLÍTICOS: que no son nuevos, son una herencia milenaria, Grecia, Italia y su historia de Roma, Francia, España, Inglaterra, la Rusia imperial, y de más reciente data histórica el Imperio Norteamericano y sus aliados, quienes extendieron por el mundo semejantes genes del crimen, nuestra América no podía ser la excepción y hoy somos testigos de la guerra mediática y psicológica contra todas las corrientes del pensamiento que se salga de su pensamiento único.
Reza el refrán-no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista-aunque esos cien años se quedaron cortos para los males del poder político, económico y religioso, pero la hora para las grandes transformaciones va llegando, sea a través de revoluciones o por evolución del pensamiento. El Dios de la Naturaleza, es el poder que va dictando en el tiempo y el espacio lo que tiene que acontecer contra los males que el hombre y su instinto criminal ha impuesto, incluso contra sus propias leyes naturales, por eso la sociedad actual se revela contra las imposiciones del más fuerte contra el más débil, la justicia tarda pero llega, y eso es lo que la actual sociedad está vislumbrando, un sacudón natural en el pensamiento de la humanidad que presagia la supervivencia de todas las formas de vida, que las plagas del egoísmo, la avaricia, la lujuria, el orgullo como plagas propiciadoras del ¨Instinto Criminal¨, han ido sembrando el peligro para la autodestrucción de nuestro planeta.
LA VIOLENCIA POLÍTICA EN NUESTRA PATRIA: quien se detenga a pensar en el acontecer político de la cotidianidad venezolana, lógicamente tendrá que ahondar en algo de historia política para buscar caminos despejados hacia la realidad, pues guiarse por la agenda que imponen los medios de comunicación en poder de transnacionales como la Industria cultural para segregar ideología alienante, y así junto con sus sustentadores del poder hegemónico de corrientes de ultra derecha radical que no tienen paz con la miseria, razones por las cuales actúan con su propio poder como ley, las leyes de cambios y revoluciones no son aprobadas ni acatadas por ellos, sólo con cinismo se escudan en la Constitución y leyes para tenerlas como escudo de su defensa pero en la práctica actúan al margen de la ¨Democracia¨.
EL INSTINTO CRIMINAL, desatado en varias estrategias para la muerte y que como resultados es el crimen político contra dirigentes campesinos, estudiantiles, sindicales, policías, guardias nacionales o autoridades u otros cuadros que destacan en la vida política nacional en la defensa de causas consideras como justas. Pareciera que cobrara fuerza la tesis de Freud de que la muerte ejerce una cierta atracción sobre el hombre, hasta el punto de desearla en sueños. Aunque esta fuese considerada un tanto precipitada; sin embargo sabemos que el instinto criminal perdura y a seres humanos que por complejos de inferioridad, temen perder el poder, sus privilegios y ante el temor de fracasar y ser frustrados en su avaricia y orgullo, no ven bien que otros surjan y obtengan apoyo de las masas y por eso desatan su ego acabando con sus rivales políticos o de cualquier otra índole.
Cosa como estas son las causas que en estos últimos días el desespero de estas clases con desquicios sicológicos maten a estudiantes con metras, agredan a policías, provoquen el caos o la anarquía con fines inconfesables hasta el punto de acabar con vidas útiles e inocentes, como el caso reciente del estudiante de Mérida y el sindicalista de Sucre. ¿Qué ganan con semejantes aberraciones? Seguramente, son sus mecanismos de lucha que les satisfacen y dan resultados, cuando confunden, mienten, acusan a otros de lo que ellos hacen, se esconden en la oscuridad de la noche, no asumen responsabilidades, es la cobardía y la traición sus métodos para cegar vidas y de esta manera cargárselas a otros.
Pensamos que sólo el imperio de la LEY daría al traste con semejantes aberraciones de inhumanidad e instintos criminales, poner orden, aplicar las leyes, hacerlas cumplir como mandato de la misma sociedad, no es dictadura, ni autocracia, sino ejercer una verdadera DEMOCRACIA, haciendo respetar la voluntad del pueblo y garantizar la vida, la paz y la justicia.
El gobierno, el partido de gobierno, los profesionales, gremios de toda naturaleza, las amas de casa, las mujeres, los estudiantes, los sindicalistas, los campesinos, los comerciantes, industriales, los jubilados y jubiladas, los educadores, los religiosos de la teología de la liberación, los educadores de todas las áreas educativas, las ciudadanas y ciudadanos y todo aquel que esté por la VIDA, la paz, la justicia, la libertad, la democracia, la felicidad y el bienestar social, deben formar un frente que le salga al paso a minorías anarquizadas y con el ego y sus instintos criminales que escondidos en la noche matan a traición y cobardía sin justificación alguna, pues no es en la defensa personal porque no dan la cara.
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