¿Y entonces, nos vamos a quedar como si no pasó nada?

¡Qué tal, camarada! Un revolucionario saludo, que por ello es cordial. Permanezco esperanzado por lo que vamos desarrollando, pero muy extrañado por nuestra pasividad.

La semana pasada entregué un artículo que lamentablemente titulé de una manera no atractiva para los aporreadores lectores que aman la política agresiva: “Los campesinos no son humanos”. Aunque, viéndolo bien, pareciese un título interesante o extraño.

Te invito a que lo leas, lo redacté con el corazón (del 03.06)

Hice referencia a nuestra indolencia ante los asesinatos de 214 campesinos dirigentes, antilatifundistas, en manos de un sicariato maldito.

Ni siquiera la(s) Directiva(s) de nuestro partido, PSUV, ha tomado una activa participación exigiendo aclaratorias, investigaciones profundas, prevenciones. Sobre todo, Justicia.

Y ocurre con estudiantes de nuestra revolución. Y ocurre con dirigentes sindicales nuestros. Además del horror de la muerte de cualquier ciudadano(a), peor cuando son asesinados, se vuelve terrible cuando es producto de una retaliación política.

Cuando las amenazas de una invasión por marines, que estuvo a tirito –todavía late, aunque menos por el nuevo presidente de USA– propuse una alerta general y grandes movilizaciones de protesta.

No hicimos nada y no pasó un carajo. Bush se echó pa’trás. Por más loco que es, junto con su ramboequipo, la situación con Irak, con Afganistán y la unión que tenemos en América, más la opinión globalizada, lo frenaron.

Aunque eso de la solidaridad latinoamericana habría que pulsarla ante situaciones como ésa. Claro, no es ni la sombra comparada con la antisolidaridad cuando la guerra de las Malvinas.

Argentina, valiente, esperó el acoso de una de las grandes potencias bélicas de todos los tiempos, Inglaterra, totalmente apoyada por su hijastra, USA, más potencia y más bélica. Latinoamérica estuvo de triste observadora.

Si nos invadieran –negado– seguro contaríamos con Cuba. Tendríamos que cuidarnos de Colombia que actuaría según el Plan Colombia-USA y de la millonada que con nosotros convive y que, como pasa con los partidos de fútbol, apoyarían a su bandera.

Talvez, y especulo, en caso de una invasión vendría una protesta diplomática de varios países después de que maten a un contingente, en nuestro caso de venezolan@s, militares y civiles, que entregaríamos la vida.

Pero, lo peor, ocurriría luego de cumplir con su objetivo, que en el caso venezolano es asesinar al Presidente Chávez. A llorar al valle.

Mi angustia, que quisiera extendértela, mucho más a los directivos Psuvistas, reside en unas preguntas, y más que preguntas acciones: ¿qué vamos a hacer? ¿Cómo vamos a responder ya?

Mira, camarada, estuve leyendo y contando en Aporrea los artículos sobre el intento de magnicidio contra Chávez en los últimos 4 días y creo que localicé tres.

A las pendejadas de Vargas Llosa, con sus perros y casas verdes y pantaleones y prostitutas y escribidores, o a la medio integración de Cuba a la OEA –que ni les interesa, ni a nosotros-, le hemos dedicado más tiempo que a la delicada situación del magnicidio.

No es que no sean importantes esos temas, los avalo, pero el vil intento de magnicidio pasó como si nada. Nos contentamos con ver al presidente sano y salvo, y más nada.

Imagínate, asesinarían al presidente Chávez, líder de nuestra esperanza, de la esperanza de muchos pueblos en La Tierra, y no hemos hecho una sola caminata. Ni una sola vigilia. Ninguna protesta, pues.

Además de expresar nuestra arrechera, nuestra solidaridad con Chávez y con los pueblos que perderían su líder, mostraríamos al mundo que Chávez tiene dolientes. Que es importante. Que tiene millones apoyándolo. Ya que, por el contrario, damos a entender que si lo eliminan no pasaría nada. Que ha bajado su popularidad.

Con mayor efecto mediático, y agarrémonos, será con la reinscripción el PSUV. Que, de paso, sólo indica el poder de convocatoria de Chávez, como cuando lo hizo inicialmente. Esta vez no nos convocó con la vehemencia que lo caracteriza y atrae. Y otras cosillas…

Con nuestra falta de respuesta, nuestra apatía, mas bien le damos la razón a los medios de oposición, y a sus tristemente envenenados compatriotas, que ni siquiera mencionan, menos le dan importancia, a lo ocurrido con el intento de magnicidio.

Propongo, talvez me acompañes en esto, que la Fiscalía -si completa su postura de pilas nuevas o recargadas- debe llamar a declarar a todos los que han opinado o estimulado, directa o subliminalmente, el magnicidio del Presidente. Fastidiarlos, asustarlos.

Por ejemplos, al redactor del Viejo País por mencionar que Chávez se cuide que morirá como Mussolini; al bigotudo del restaurante de carnes que planteó; “a Chávez hay que sacarlo por métodos no democráticos ¿?”. Y tantos otros.

Pedirle a Obama, además de exigirle la repatriación de lo que queda del asesino Posada, que nos permita investigar allá, con INTERPOL, a “ojospepones” Urdaneta y su mira telescópica en manos de un francotirador para matar al perro mayor, y a otros. El cómico que se resteó en el golpe con su Urdaneta primo marino.

Deben estar conspirando junto al pelón González González, al patiquín Molina Tamayo, a los “combatientes de plaza Altamira” y todo ese gran combo de exiliados dispuestos con un golpe o magnicidio a aparecer como héroes ante sus “cotraidorfans”.

Porque nada haríamos con protestas, bravuconadas y mariconerías de ésas, incluyendo venganzas, si las hacemos post mortem. ¿Para qué?

Debemos realizarlas ahora, preventivamente, que sepan todos, del exterior y de aquí, lo que haremos si en verdad se les ocurre apoyar, no hacer, simplemente apoyar un magnicidio contra nuestro amado Líder.

De paso, de ocurrir un magnicidio no sabríamos qué hacer. Por lo menos organizadamente.

Todos dirán que vendría una explosión popular. Ah, pero a lo mejor también contra nosotros saldrían grupos de militares activos, rezagados de la IV, de familias y crianzas adeco-copeyana, aunque tengan simpatías, hasta algún pequeño compromiso, por su Comandante en Jefe.

Por oposición, junto a la reserva (1.000.000) saldremos (¿?) los civiles armados de palos, las mujeres adelante por más arrechas y pasionalmente entregadas a nuestro proceso revolucionario porque adoran a Chávez.

Comenzaría un desastre nacional, incalculable.

Por ello, desde esta humilde tribuna –si es que tengo algún valor dentro de la organización que parece ser de puros altos dirigentes–emplazo a las autoridades del partido a que hagan una masiva convocatoria de protesta nacional, que por su fuerza sea bien universal.

Frecuentemente nos movilizamos para apoyar a Chávez a una reelección. Hasta por el Día del Ambiente, que sí están convocando.

Millones de cubanos, concientes y solidarios, se hubiesen movilizado por el malecón de la Habana, full de banderas y coraje.

¿Y?

¡Patria –amada y soberana–, Socialismo –solidaridad total– o Muerte –con toda la razón del mundo–! Y si no nos apendejeamos, sí verdaderamente nos organizamos como partido ¡Venceremos! ¡OJO!


edopasev@hotmail.com


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Eduardo Palacios Sevillano

Ingeniero Civil. Escritor y caricaturista. Productor radial y locutor. Miembro de la directiva de la Orquesta Sinfónica del Estado Anzoátegui. Miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Bolivariana del Edo. Anzoátegui. Coordinador de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio de Anzoátegui.

 edopasev@hotmail.com

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