¿Cómo podéis comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? Esta idea nos parece extraña. No somos dueños de la frescura del aire ni del centelleo del agua. ¿Cómo podríais comprarlos a nosotros? Lo decimos oportunamente. Habéis de saber que cada partícula de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada hoja resplandeciente, cada playa arenosa, cada neblina en el oscuro bosque, cada claro y cada insecto con su zumbido son sagrados en la memoria y la experiencia de mi pueblo. La savia que circula en los árboles porta las memorias del hombre de piel roja. (Carta que el Jefe indio Seattle envió en 1854 al gran Jefe blanco de Washington, en respuesta a la oferta de éste de comprarle una gran extensión de tierras indias y crear una "reserva" para el pueblo indígena)
Ayer, ante las cámaras de las cadenas de información de todo el mundo, el indigno presidente Alan García, declaró que los indígenas de la Amazonía del Perú, son ciudadanos de segunda categoría. Infeliz presidente que no tiene la más minima vergüenza de demostrar a todos los pueblos del mundo, la verdadera característica de la derecha y de la oligarquía latinoamericana.
Todavía siguen reproduciendo los viejos patrones enquistados culturalmente desde los tiempos mismos de la conquista española sobre nuestros pueblos. Ellos se creen, aún en nuestros tiempos, encomenderos del imperio español, ahora sustituido modernamente por el imperio norteamericano y las grandes trasnacionales del petróleo y el gas.
Ayer fue un día de vergüenza para toda Latinoamérica, ayer hablo la voz de todos aquellos saqueadores que durante más de quinientos años han estado robando los recursos naturales de nuestro continente. Antes se construyeron altares de oro y plata para la religión opresora. Ahora se construyen altares en Wall street, altares al consumismo.
La masacre de unos indios, no es noticia para las agencias de noticias internacionales, simplemente ellos pueden alegar que son seres sin alma, que todavía están vigentes aquellas viejas encomiendas en un intento de revivir aquellas Leyes de Burgos. La derecha latinoamericana, todavía reconoce los viejos privilegios feudales españoles, que sometían a unos cuantos siervos al dominio de un señorío o de una encomienda.
El desconocimiento, a propósito, de lo que significa para nuestros indígenas la tierra, les ha llevado a desconocer de manera descarada los derechos ancestrales de cada una de las etnias y culturas originales de nuestro continente.
Han acorralado a los indígenas en su propia tierra, en los límites de unas anticonstitucionales reservas indígenas, poco a poco atentan contra su cultura e idiosincrasia.
El asesino Alan García, es un hombre acusado de corrupción en su anterior gobierno y por algunos años estuvo exilado en Colombia. Él, representa a aquella derecha servil a los caprichos de las trasnacionales y del imperio norteamericano.
En su primer gobierno, se desató una bestial hiperinflación y una corrupción sin precedentes en la historia política del país hermano. Actualmente es el presidente latinoamericano con más bajo nivel de popularidad, llegando a tener tan solo el 19% de popularidad y aceptación en el pueblo.
El actual genocida presidente del Perú, ha estado declarando a la prensa internacional que detrás de todas estas protestas están algunos intereses extranjeros, en el intento de eludir su responsabilidad culpando a los gobiernos de Bolivia y de Venezuela.
Si hay intereses extranjeros, el criminal presidente García lo sabe, están los intereses de las trasnacionales del petróleo, que se disponen a adueñarse de las riquezas del Perú con la complicidad y la actitud servil y traidora de Alan García y los parlamentarios identificados con su gobierno y con su política.
Ha habido un genocidio en la Amazonía del Perú, las Comisiones de Derechos Humanos de la OEA y de la ONU, no dicen nada. No podrán decir nada porque están ocupados en ver como condenan al presidente Hugo Chávez, porque no ha permitido que los grandes empresarios de la oligarquía venezolana estafen al pueblo con sus negocios indecentes.
Les preocupa más la impunidad de un acaparador y latifundista, y que este no pueda especular al pueblo, que la vida de doscientos indios en Bagua o en cualquier parte del Perú.
Cada cierre de las llaves que saquean el gas de la amazonía peruana, cierra la posibilidad que el infame presidente y muchos de sus aliados y acólitos serviles se llenen los bolsillos. Por ese afán de riquezas se atreven a profanar las creencias de nuestra gente originaria, sus costumbres y sus leyes.
Suenan a profecía las palabras del gran jefe indio Seattle cuando dice: “Queremos considerar el ofrecimiento porque también sabemos de sobra que, si no lo hiciéramos, los rostros pálidos nos arrebatarían las tierras con armas de fuego”.
Hoy el presidente genocida del Perú y su gabinete dirigido por un supuesto izquierdista, ha hecho que se cumpla esta profecía, ha atentado contra los verdaderos dueños de estas tierras y ha obrado a favor de las trasnacionales. Ha criminalizado la justa protesta y ha atentado contra toda la humanidad.
Este crimen de lesa humanidad, no puede quedar impune, no puede haber indiferencia ni pasividad ante lo ocurrido en la Amazonía peruana. Nuestro deber de seres humanos comprometidos con la vida y la justicia, debe movernos a levantar la voz a nivel continental y mundial y reclamar los juicios que fueran necesarios contra Alan García, Jehude Simon y todo el gabinete del actual gobierno del Perú.
“De una cosa estamos bien seguros: la tierra no pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la tierra. Todo va enlazado, como la sangre que une a una familia. Todo va enlazado. El hombre no tejió la trama de la vida. Él es sólo un hilo. Lo que hace con la trama se lo hace a sí mismo” (Jefe Indio Seatlle.)
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