Las grandes corporaciones multinacionales, concentradas en las economías más grandes del mundo, han vulgarizado el globo entero, a sus pies, personajes desfigurando la realidad con insostenibles anti valores.
Premian grandes festivales, frente a jurados se evalúa la mejor fotografía del año, sin ningún tino de vergüenza, una niña captada por una profesional reportera grafica, con un tiro en su frente, dado por un ex militante de la brutal guerra entre bosnios y croatas, gana el premio.
Un bebé agonizando de hambre en África, y otro fotógrafo profesional esperando su muerte, para retratarlo mientras una jauría de zamuros devoran su cuerpecito.
El mundo se ha inmoralizado de tal manera que asquea seguir aquí por unos minutos más. La competencia en que nos han hecho creer y crecer, es de tal magnitud que todo lo enrolan en un pique, en la cual hay que hacer de todo y pasar por encima de todos, cualquiera justificación es buena para poder triunfar.
Las capacidades de los seres humanos sobre la tierra están derrotadas, una agrupación de impostores mundiales han colocado metas perfidiosas para hacer creer que el mundo es una competencia y que el triunfar significa pasar por encima de los demás, donde los valores aprehendidos se pueden botar a la cañería y oler a las aguas que por allí circulan.
Han devaluado el mundo, lo han llenado de truhanes, tramposos, abusivos, al frente: las policías, jueces, fiscales de los ministerios públicos, rasera inmundicia de valores sostenidos por los bajos fondos.
Los medios de comunicación agrupados en grandes corporaciones, dotados de expertos profesionales, con equipos, dinero, logística, tecnología, publicidad y distribución, mantienen a las sociedades en vilo, todo aquel que es dueño de unos de estos, se siente capaz de oscurecer desde su cargo y hacer negocios de todo tipo.
Realizan grandes campañas, opacando, ofuscando, atemorizando, aterrorizando, mintiéndole a inocentes lectores, quienes creen en los laboratorios del terror, desde donde se ejerce el control de sus mentes.
Después, con el diseño de premios, bonos, incentivos, viajes, prensa, publicidad, fachadas de coloridas revistas, glamur, dinero, andan olorosos, maquillados, bien vestidos, recompensan con largos trajes y peinados, escondiendo a verdaderos monstruos, capaces de justificar las cosas horribles de estas sociedad.
¿Hasta donde serán capaces de llegar? o ¿hasta dónde seremos capaces nosotros de soportar? quizás, lo que quieren hacer con las sociedades es llevarlas a no creer en sus valores del pasado, y confundirlas con estos presentes humillados, llenos de mentiras, trampas, engaños y valores desfigurados.
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