Mientras que el gobierno bolivariano permita la invasión de fincas productivas, la crisis agroalimentaria seguirá su ruta junto al aumento del oro negro, que, ya se deriva en especulación de los productos primarios para el hogar venezolano, todavía por las imprecisiones económicas. Hay una debilidad en los precios del mercado interno y, los factores de competitividad imponen una nueva evaluación sobre qué producir en los productos agrícolas. A pesar de los recursos enviados a este sector, la nueva realidad del mercado internacional impone una evaluación sobre qué producir y como, ya que las haciendas son desvastadas por un grupo de mujeres y hombres que utilizando el nombre gobierno y la bandera nacional, se encargan de romper las cercas de los fundos para apoderarse de terrenos completamente fértiles.
Se requiere- a su vez- reformar la política migratoria, aquellos que desean trabajar la tierra bienvenidos sean, pero, aquellos extranjeros que expresan su voluntad para colocar tarantines y sancochos en la vía pública deben ser sancionados y regresados a su país de origen,
Hay que crear un programa de iniciativas económicas para lograr llevar adelante programas de crecimiento social y el gobierno bolivariano debe asesorarse muy bien con productores de la región que de una manera franca desean fomentar la agricultura del Estado Venezolano y, todos debemos reaccionar contra la arremetida de un sector de la población hacia parcelas que tienen un suelo fértil, listos para proveernos de granos y hortalizas.
Grupos de personas desalmadas violentan el sistema legal y atentan contra los derechos de la población, ahuyentando la inversión y generación de nuevas fuentes de empleos. De allí que un gran sector de los movimientos populares condenan esta acción, exigiéndole a las autoridades el castigo jurídico para los promotores que infringen la ley, promovida por el Poder Judicial y los tribunales de nuestra república bolivariana. La usurpación de fincas es un mensaje negativo para nuestros campesinos, que, observan como personas ajenas al campo agrícola usurpan tierras que no les pertenecen y son aptas para el sembradío de hortalizas y granos.
Es necesario sembrar para darle comida a nuestra gente que reside en poblados lejanos a la urbe y demandar que el gobierno bolivariano de Venezuela les entregue tierras a personas que verdaderamente son campesinos. Por lo general, el campo esta siendo invadido por personas armadas. Pero, es difícil lograr su desarme porque las autoridades civiles no tienen voluntad para hacerlo y lograr una verdadera coordinación de los programas judiciales.
Actualmente, esperamos justicia por los campesinos bolivarianos asesinados en el campo y, que las autoridades poco han hecho para que estas investigaciones logren su cometido final.
*Filósofo.
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