El mundo globalizado, nos viene dando firmeza de lo que ha de venir y, los distintos informes especifican que hay una desaceleración económica y de allí, la entrada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos de Norteamérica de una manera poco esperada por los analistas de Hillary Clinton, lo que implica un nuevo bosquejo financiero y el análisis determinante en la explicación del poder adquisitivo de los salarios y las deudas de los países que absorben la burbuja estadounidense.
En días pasados, el presidente, Nicolás Maduro Moros, decidió dinamizar su tren ejecutivo, bajo un nuevo esquema a las empresas del Estado. Todo por la perspectiva mundial donde hay un proceso de derechización para establecer un nuevo sistema de mercado, donde exista un aportamiento hacia lo social, más que enriquecimiento ilegitimo o legal.
En este sentido, los negocios en nuestro país, deben tener un punto de inversión y la atención pertinente de los bancos, debe ser priorizada para provocar el despegue de nuestro país. Lo que se debe buscar es una sinceración de productos para que el pueblo se le haga fácil adquirirlo, la idea es avanzar en un pacto fiscal, donde todos participen porque las políticas monetarias, deben ser un atajo a largo plazo del consumismo y existe la previsibilidad de hacer bajar el dólar o estabilizarlo con la llegada de Trump, sí cada Región Continental asume sus deudas y control de sus movimientos migratorios y población local.
El asunto es definirse para que los valores de los servicios públicos cumplan con su perfil de activismo militante y se fomente los núcleos de poder.
Se debe estar claro, el camino que debe emprender el gobierno bolivariano es largo por recorrer, sobretodo, en su infraestructura. En el esquema económico, hay un procedimiento de transito de capitales y, el capital que llega poco prioriza la inversión productiva para algunos mantenimientos, tanto en el programa social e industrial, que son beneficiosos para el pueblo. Pero, conlleva a un dinero inorgánico de inversión, dando lugar a la especulación, deuda e inflación de algunos sectores de rublos alimenticios que apuntan a un bajo porcentaje de crecimiento económico.
El proceso de patentización en los productos agroalimentarios es muy lento y el lobby de los manufacturados en Venezuela, están muy por debajo de las estadísticas y los procesos de reingreso monetario no cumplen lo cometido por los subsidios.
Con este contexto, Venezuela no ha aprendido a aprovechar algunas ventajas en el mundo internacional y diplomático. Sus ciclos de liquidez global continuarán y con ello, los costos del financiamiento para los países emergentes en el Sur serán muy bajos y tenemos dificultades y márgenes de comercialización para mejorar.
En política, todo se encuentra basado en la experiencia y los niveles de intercambio deben permanecer, los dólares venezolanos se van con mucha volatilidad y el crecimiento prácticamente se ha detenido con referencia a Bolivia y Ecuador, dos aliados que se distancian con Venezuela, teniendo en cuenta el triunfo electoral abrasivo de Donald Trump.
Todo, está por debajo de las estadísticas y los procesos de estabilización monetaria, los subsidios son aprovechados por bachaqueros y algunos consejos comunales afectos al gobierno bolivariano que se han dedicado a cobrar vacunas a personas de tercera edad y grupos familiares revolucionarios en el populoso ingenio urbanístico La Isabélica, cuando hacen más de tres horas de colas le dicen que el producto se agotó.
Con Trump, el Continente Latinoamericano tendrá acceso a los productos norteamericanos, mediante concesiones a Uruguay, Perú, Chile, Argentina, Paraguay, Colombia y el gigante, Brasil. Existirá nuevas prioridades en el campo desarrollista y, se impondrá la innovación y la creatividad para el desarrollo productivo y económico.
Repito, no aprovechamos la etapa de transición política hacia la revolución bolivariana en la etapa de nuestro Comandante Hugo Chávez Frías y de Nicolás Maduro Moros y, Venezuela poco tendrá acceso al dialogo internacional y la derecha se insertará mediante las embajadas, en la nueva programación financiera hacia Suramérica.
A pesar del esfuerzo, hemos despegado poco y la inversión es muy limitada. El presidente, Moros ha puesto toda su intensidad, pero, no hay personal especializado en la infraestructura del sistema, todo es controlado por la derecha, donde directores institucionales limitan la acción del mercado, originando consumismo e inflación.
Estoy escribiendo de Reformas, Economía y Finanzas. Algo que el tren económico del presidente Maduro obvió en sus nuevos programas de mercado, pero, ante el triunfo de Donald Trump, el mundo económico hacia el Sur va más hacia adentro con las empresas transnacionales y, es una etapa que no se ha agotado y es necesario crecer y evitar los estancamientos y baches que provocan los bachaqueros. Todavía, algunos no han aprendido de la crisis que padecemos y, desde Chávez se viene dando advertencias sobre ello, Giordaní hizo lo que pudo, a pesar de las contradicciones que, aunque sinceras, fueron de mal gusto.
La Institucionalidad es sistémica y articulada para que el mundo financiero se ejecute, unos necios no pueden hablar de economía y proyectos políticos, cuando desconocen las disciplinas ideológicas. Todo, debe ser manejado bajo una intención directa del Estado y hacer florecer la capacidad legislativa para hacer de contrapeso a los distintos juegos políticos que líderizan sus apostadores y con arrogancia manifiestan su capacidad de teorizar de democracia.
Las cooptaciones antisistemas de Trump dieron el resultado previsto. Pero, los venezolanos en vez de cantar victoria, tienen que ir a sus antiguos puestos de trabajo, porque viene una novedosa visión del mundo laboral, queremos soluciones económicas, más no políticas y, hay la posibilidad de unificar estas dos concepciones para concertar la legitimidad del conocimiento y el aprendizaje. Lo que constituye una argumentación de las capacidades de maniobras de comunas y consejos comunales a favor de la gente para la producción agrícola.
Tenemos que ir a una Reforma Electoral y Económica, pero, primero revisar la Constitución e ir a una Constituyente para empalmar criterios que impidan argumentaciones frívolas que, por seguro darán el triunfo a un opositor emergente, la revolución está llena de empíricos que desean el colapso en los mercados, Claps e incluso en el sufragio. Ya no es el mundo político, es el financiero y ya vemos a los Cisneros al lado del Psuv y otros oligarcas, buscando el perfume que emana el Palacio de Miraflores.