Es indudable que la economía venezolana está a merced aún del gran capital representados en las corporaciones transnacionales y los que hacen el juego en el país como empresarios, testaferros y comerciantes sin escrúpulos ni ética para el intercambio de bienes y servicios. Uno de los elementos más importantes tiene que ver con el ejercicio del dominio en la producción , comercialización y la red de distribución.
A tales efectos la Constituyente económica se erige en una de las más importantes a desarrollar y en la cual se debe legislar de manera plenipotenciaria en eliminar aquellos espacios que permiten que estos ejercicios de dominio sigan ocurriendo. Demás está decir que aquí radica parte importante para el desarrollo de la guerra económica que hemos sufrido en el país, es de tal magnitud la libertad que han tenido quienes atentan contra el pueblo, amparados por la vulnerabilidad en la legislación constitucional, que la necesidad de interrumpir esta situación debe ir acompañada de un severo articulado constitucional que impida la impunidad con la que ejecutan negocios contraviniendo los deseos del pueblo de tener acceso a productos y bienes a partir de precios razonables.
En esta dirección igualmente se deben incorporar aquellos preceptos que impidan la sobre evaluación del signo monetario derivado de factores ajenos al hecho económico, como es el caso del valor de la moneda inducido por fijaciones arbitrarias de páginas subversivas y sin ningún tipo de valoración económica y/o financiera.
Por estas razones y algunas otras no mencionadas acá, es que consideramos de suma importancia atender la constituyente económica desde la perspectiva de la soberanía monetaria, de la independencia económica sin injerencia y con ello, aunar esfuerzos en la defensa del bolívar.
El esfuerzo que se haga en esta materia seguros estamos blindará la movilidad económica de los agentes nacionales e internacionales, en próximo artículo, detallaremos con precisión como abordar el texto correspondiente.
