La única manera de mejorar cualquier proyecto político, es ir eliminando la burocracia parasitaria y desarrollando la producción y el incremento del comercio en sus diversas fases para lograr el control de la economía e impulsar las riquezas del Estado, a través de una mano de obra especializada con competencia con sus compañeros afines a la rama empresarial a cercanía probable de una guerra civil o, un bloqueo más certero con Estados Unidos de Norteamérica, nos lleva a un conjunto de limitaciones que implica una ruina del campo agrícola y una dictadura cívico militar que limita el crecimiento del mismo Estado.
Lo cierto es que, el encarecimiento de la vida en algunas ciudades principales del país, nos lleva a que el consumidor debe pagar por los alimentos que consume y a pesar, de que la inflación sigue creciendo, no existe un control para delimitar los costos alimenticios del país, convirtiéndose todo, en un nuevo esperpento para las actividades macroeconómicas del Estado Bolivariano de Venezuela.
Los funcionarios públicos, deben hacer sentir, su gestión pública., hay que determinar, la fuerza para expresar la calidad y contenido de las funciones administrativas del Estado. Hay que recuperar la naturaleza de cada gestión del gobierno bolivariano. El hombre socialista, viene representado por su ejemplo hacia la comunidad donde reside. Su aporte, hacia la colectividad donde reside, está bien planificado y coherente por las ideas de donde provienen, del maestro Simón Rodríguez y del propio Libertador Simón Bolívar.
La especulación, quebranta el trabajo industrial y nos lleva en el término de la Comunicación, al engaño de varias empresas que solicitan el aval de estos personajes. En este sentido, hay una cadena sorbida, que decreta los deseos expresos del gobierno y genera con sus actos, hechos de violencia que propugna el antagonismo entre familia y amiguismo. Entre el partido y su militancia. Los aciertos, poco se configuran a una realidad empresarial.
Pasa el tiempo, las autoridades bolivarianas agudan la crisis, porque, todos se agolpan cerca a los centros comerciales para tener a mano, los productos de la cesta básica, pero, no tienen autorización del poder ejecutivo para controlar a quienes se cobijan del comercio ilegal. Debemos, rectificar un camino hacia la libertad democrática.
Necesitamos en el país, a un grupo de jóvenes que tengan la capacidad laborista para adelantar los proyectos de trabajo de la nación e impresión de los recibos de reclamo. Todo, debe estar en la ley y proceder acorde a su jerarquía. Mientras, nos preguntan, ¿Que hacer? La única condición factible, es el deseo de rescatar viejos valores morales y, sobretodo, fiscalizar los abastos y malls para justificar y equilibrar los presupuestos a nivel central
Necesitamos, tener una producción firme para ofertar precios. Las comunidades, deben integrarse entre si, nuestra riqueza petrolera es solo un presente contundente del mundo financiero y globalizado