La naturaleza, a través de la evolución siempre ha buscado y busca el equilibrio, ejemplo de esto son las parejas de animales que se conforman. Es decir, a cada macho le corresponde una o más hembra, una manera de preservar la especie. Quien se ha empeñado y se empeña en romper este equilibrio ha sido y es el hombre en su afán depredador. La sabana del Serengeti, en Tanzania, eran frecuente las manadas de antílopes vagando en grandes cantidades, hasta millones de rumiantes erraban paciendo en los prados de este enorme ecosistema, hoy parque nacional. Fueron los inclementes cazadores, provenientes de Europa y EEUU quienes se empeñaron, mediante la caza desmesurada, en romper este equilibrio a través el exterminio de elefantes, leones, leopardos, rinocerontes, búfalos, antílopes, aves y otras especies, actualmente en peligros de extinción. Es el empeño del hombre de romper este equilibrio.
Este mismo equilibrio se evidenció hace siglos por la existencia de alimentos, pastos, frutas y proteínas para que los animales salvajes pudieran preservarse. Nunca les faltaron alimentos, a menos por desastres naturales como las grandes sequías que le impidió satisfacer sus necesidades primarias, Sin embargo, la naturaleza, algo sabia, dotó a la fauna de la selva mecanismos para que no desapareciera. Hasta las jirafas de enorme cuello, la madre natura le suministro frutos, flores y hojas en árboles de gran altura para que esta hermosa especie no declinara. Como siempre, el hombre, el animal más depredador del universo, se empeña en cazar animales, quemar y talar bosque para almacenar dinero, poniendo en peligro el equilibrio de la naturaleza.
Con el fin de mantener este equilibrio los fabricantes de alimentos deberían producir tantos comestibles que permitiera a la especie humana permanecer en el planeta. En verdad, el hombre-dinero no se comporta como la sabia naturaleza. Indudablemente, si produce alimentos que tienen un costo, pero si se fabrican en demasía y no hay compradores es preferible botarlos, con la finalidad de no abaratarlos y así obtener el máximo de ganancia y lo demás, quienes no tiene peculio, que se jodan. En el planeta no existe una relación de equilibrio entre la producción de alimentos y su consumo, simplemente porque hay otra relación que desvirtúa la proporción como es el precio del producto y el sueldo del trabajador. En la mayoría de los países, un gran porcentaje de los asalariados no ganan el jornal suficiente para consumir los alimentos necesarios para cubrir sus necesidades básicas. Es evidente el desequilibrio que el sistema capitalista se empeña mantener, dado que su preocupación no es la salud de los humanos sino la ganancia. Millones de toneladas de comida se pierden para no lanzarla al mercado, dado que si esto ocurriera los precios de la mercancía bajarían y cómo buenos avaros, los fabricantes de víveres prefieren botarlos al mar, a los ríos, enterrarlos o quemarlos. El dilema no es la alimentación y la salud, sino las ganancias y las pérdidas.
Un ejemplo claro de este desequilibrio precios y salarios lo estamos viviendo los venezolanos. El empresariado venezolano y extranjero, sobre todo los tacaños monopolios, vinculado con la producción, distribución y venta de víveres está empañados en evitar que los asalariados compren sus alimentos con el fin de crear una crisis artificial. No hay razón alguna que los precios de todos los renglones que le preserva la vida de los venezolanos sufran desmesuradas alzas semanales. La frutas, las hortalizas, los bulbos, las proteínas, todos cultivados y criados en Venezuela, sin componentes importados, sufren un alza depredadora y criminal de los precios, lo cual impide, cada día, que los venezolanos tengamos acceso a todo lo que se pague con dinero, sobre todo alimentos, medicinas y servicios.
Durante todo estos últimos años el alza de los de los precios es descarado, pero cuando el presidente MM aumenta los salarios, entonces viene la excusa que los costos subieron por culpa de Maduro. ¿Y qué pasó cuando durante todas las semanas se incrementó excesivamente el valor de la comida? Tengo la seguridad que los comerciantes están jugando con fuego y de ellos será la culpa de lo que pueda suceder en el país. Los salarios no alcanzan para vivir digna y sanamente, a pesar de la voluntad del gobierno.
Pero tal como lo afirmé la ruptura del equilibrio del precio y el salario no es natural, esta se produce por la acción depredadora y criminal del hombre-dinero para sojuzgar a otros. En nuestro caso específico por la acción de los gobernantes militantes de la derecha internacional, a pedido del diputado Julio Borges y su cáfila de secuaces. Para quien tenga duda voy a permitirme tomar un texto de la hermosa novela "Paula" de Isabel Allende para que el lector extraiga sus propia con conclusiones.
"Una muchedumbre cantando (la autora se refiere al día del triunfo de Salvador Allende) que el pueblo unido nunca será vencido, invadió las calles agitando banderas y estandartes, mientras en la embajada de EEUU se reunía el personal en una sesión de emergencia; los norteamericanos habían comenzado a conspirar un año antes, financiando a los extremistas de derecha y tratando de seducir algunos generales de tendencia golpista…"
En otro párrafo escribe la autora:
"Los Estados Unidos, en ascuas ante la posibilidad de que sus ideas (la autora se refiere a las ideas de Allende) tuviera éxito y el socialismo se extendiera irremisiblemente por el resto del continente, eliminó los créditos y estableció un bloqueo económico. El sabotaje de la derecha y los errores de la Unidad Popular produjeron una crisis de proporciones nunca vista, la inflación alcanzó límites tan increíbles que no se sabía en la mañana cuánto costaría el litro de leche por la tarde, sobraban los billetes pero había muy poco para comprar, empezaron las colas para conseguir productos esenciales, aceite, pasta de dientes, azúcar, cauchos para los vehículos. No pudo evitarse el mercado negro. Para mi cumpleaños mis compañeras me regalaron dos rollos de papel para baño y un tarro de leche condensada, los más preciosos artículos del momento. Como todo los demás, fuimos víctimas (la autora se refiere a su familia) de la angustia del abastecimiento, a veces nos parábamos en la cola para no perder la oportunidad, aunque la recompensa fuera un betún amarillo. Surgieron profesionales que guardaban los puestos o adquirían productos a precio oficial para revenderlos al doble (bachaqueo: nota del articulista)…"
Espero que la señora Isabel Allende me perdone por hacer uso de una parte de su libro, pero lo consideré indispensable para explicar todo lo que está sucediendo en el país. Como se nota, la semejanza de los ataques de la derecha contra el proceso socialista de Chile y contra el de Venezuela, no es coincidencia. Es el resultado de una política capitalista que impidió, impide e impedirá, por cualquier vía, que se instale y se desarrolle un modelo socialista en alguna parte del planeta y mucho menos en América del Sur.
Es sorprendente como los políticos de la derecha internacional se reúnen en algún cenáculo para pedir sanciones contra un gobierno democrático como el de Venezuela, solo porque no sigue los lineamentos de las grandes corporaciones globalizadas. Por esto tomé parte de un párrafo de un artículo periodístico titulado "Contestación a todas las falsedades publicadas por la gaceta de Lima y sus esperanzas soñadas", (1824) rubricado por el egregio Simón: "Alejandro (el emperador de Rusia) indica a Fernando (rey de España) la reocupación de América, como si estos dos tiranos poseyesen una potestad sobrenatural para efectuar lo imposible; como si un mundo libre pudiese ser encarcelado por dos alcaides de la Siberia y de la Catilla". Lo entenderán Rajoy y Donald. Lee que algo queda.