Donald Trump, Xi jinping y Venezuela

En un artículo reciente escrito en este prestigioso medio Aporrea, llamado "Ni capitalistas ni políticos o la rebelión de las máquinas", afirmaba que en el capitalismo postindustrial se producía la extraña paradoja de un creciente desempleo en medio de un acelerado incremento del Ingreso Nacional o Producto Interno Bruto (PIB), lo cual nos indica la desigual distribución de la riqueza en el seno de la sociedad estadounidense donde la tecnología de vanguardia desplaza el trabajo humano, generando pobreza en amplios sectores de la sociedad. De tal manera que utilizando los datos proporcionados por el Banco de la Reserva Federal me di a la tarea de correlacionar varias variables macroeconómicas de esa nación en el periodo de gobierno de Ronald Reagan comprendido entre 1981 y 1989, época de auge atribuida a las políticas económicas de prestigiosos economistas neoliberales como Milton Friedman, Alan Greenspan, John Taylor, entre otros quienes fungieron de asesores del mediocre actor Republicano, comparándolo con los nueve años anteriores que van de 1972 a 1980 y comprenden tres administraciones, Richard Nixon, Gerald Ford y Jimmy Carter; donde la economía se encontraba sumida en el marasmo de la recesión.

Las variables que he tomado para entender el éxito que tuvieron las medidas neoliberales a nivel del crecimiento del PIB, mas no así del bienestar de los trabajadores son: tasas activas de interés, indicadores del PIB, tasas de desocupación e inversiones extranjeras directas.

Cuadro 1 (Administraciones de L.B Johnson, R.Nixon y G.Ford)

Años tasas activas % de PIB tasa de deso- Inversiones extranjeras

de interés (%) cupación (%) directas (miles de millones de $)

1972 0,88 5,263 5,6 12,204

1973 2,48 5,643 4,9 16,984

1974 1,69 (0,517) 5,6 20,149

1975 1,30 (0,198) 8,5 23,153

1976 1,28 5,386 7,7 18,451

1977 0,60 4,609 7,1 25,242

1978 0,90 5,562 6,1 31,743

1979 4,08 3,176 5,8 40,477

1980 5,70 (0,245) 7,1 51,464

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Cuadro 2 (Administración de R.Reagan)

1981 8,66 2,594 7,6 66,261

1982 8,26 (1,94) 9,7 53,791

1983 6,59 4,632 9,6 47,541

1984 8,20 7,259 ·· 7,5 57,513

1985 6,53 4,239 7,2 55,831

1986 6,18 3,512 7 84,563

1987 5,62 3,462 6,2 128,227

1988 5,61 4,204 5,5 153,270

1989 6,72 3,681 5,3 189,101

Al equipo de economistas asesores de Reagan se les ha catalogado de neoliberales, pero en realidad fueron unos grandes pragmáticos y eclécticos en el sentido de aprovechar las fortalezas de la economía y combinar preceptos de la teoría keynesiana con postulados del libre mercado. En materia tributaria redujeron los impuestos al capital a fin de incentivar a las grandes corporaciones, mientras que, con respecto a la política del gasto público medido como porcentaje del PIB, este alcanzó en 1983 un tope de 22,455% con respecto al 17,752% de 1972, es decir un incremento de 4,703% en un periodo de 11 años (ver gráfico). Política de clara

vocación keynesiana bautizada con el estrambótico nombre hollywoodense de "guerra de las galaxias que dio al traste con la corrupta y dictatorial burocracia soviética que no pudo soportar los dispendiosos gastos armamentistas que ocasionaban penurias a su población.

En materia de comercio exterior, se creó la Organización Mundial de Comercio (O.M.C), cuyo objetivo radica en eliminar los obstáculos al libre comercio, optándose por reducciones sustanciales de aranceles a las materias primas provenientes de los países subdesarrollados abaratando el costo de la vida para la población estadounidense y sacando de su territorio industrias altamente contaminantes echando la basura al Tercer Mundo, sin embargo a los productos electrónicos de alta tecnología provenientes de Japón se les subieron los aranceles para evitar la competencia con los productores locales. Sólo los tontos, obcecados y fanáticos economistas neoliberales latinoamericanos se creen el catecismo a pie juntillas; se firmó el Tratado de Libre Comercio (T.L.C), entre EEUU, Canadá y México, haciéndolo extensible progresivamente al resto del continente lo que se tradujo en la quiebra de la agricultura y soberanía alimentaria de los países que suscribieron el acuerdo por no poder competir en términos de costos con los tecnificados y subsidiados agricultores gringos, lo cual se prohíbe unilateralmente a los sumisos gobiernos contratantes.

Con respecto a la política monetaria referente al manejo de bajas tasas de interés activas bancarias propuesto por los keynesianos para estimular así las inversiones industriales y combatir el paro, los asesores hicieron lo contrario debido a que la antigua división burguesa de pre y posguerra entre capitalistas industriales y banqueros ya no existe, los nuevos y poderosos bancos ocupan todos los campos posibles de negocios rentables, tales como : JP Morgan, Wells Fargo, ICBC, Bank of América, China Construction Bank, Citigroup, HSBC Holdings, etc. Para ellos no existen barreras nacionales ni de áreas económicas e incluso sus poderosas familias están emparentadas y no necesitan de tasas de interés activas bajas para invertir, poseen el dinero del planeta. Por lo cual el Banco de la Reserva Federal disparó dichas tasas en niveles nunca antes vistos en esa nación, logrando atraer capitales extranjeros con fines especulativos y multiplicar la deuda externa contraída por los países latinoamericanos cuyos gobiernos se endeudaron "ingenuamente" cuando las tasas eran bajas, sin leer la letra pequeña del endeudamiento que estaba pautado a tasas variables.

Para analizar los cuadros 1 y 2 se utilizó la fórmula de los promedios ponderados, la cual arrojó en los primeros 9 años, una media para las tasas activas de interés de Xi1= 18,91/9 = 2,10 %; una media para el PIB de Xp1= 28,679/9 =3,187 % y una media para el índice de desocupación ubicada en Xd1= 58,4/9 = 6,488 %.

Con respecto a los promedios de los dos períodos de Reagan (cuadro 2), tenemos que el promedio de las tasas activas Xi2= 62,37/9 =6,93 %, la media del PIB de Xp2=31,672/9 =3,52 % y una media del índice de desocupación Xd2= 65,6/9= 7,288 %.

Si restamos el promedio de las tasas activas 6,93 % - 2,10 % = 4,83 % de incremento favorable al gobierno de Reagan, de igual manera al restar el promedio del PIB 3,52 % -3,187 % =0,333 %

Pero al restar el promedio de la tasa de desempleo del segundo cuadro menos el promedio de las administraciones anteriores 7,288% – 6,488% = 0,8% nos da que el desempleo aumentó a pesar de un creciente y sostenido aumento de las inversiones extranjeras directas, (ver columna 5 del cuadro número 2). Resulta importante destacar que el % del PIB, alcanza en 1984 un máximo de 7,259% con una inversión extranjera directa de 57.513 millones de $, pero con un nivel de desempleo considerablemente alto de 7,5% de la población económicamente activa (PEA), lo cual confirma la hipótesis de Karl Marx en el siglo XIX en su análisis de la categoría de la Composición Orgánica del Capital que confirma hoy el economista australiano y neokeynesiano Steve Keen.

Pensamos que Donald Trump optará por una Política Económica parecida a la de Reagan, sólo que el enemigo a vencer no es la Unión Soviética si no el poderoso capitalismo chino, ambos mandatarios se han propuesto doblegar la pobreza y el desempleo de sus pueblos porque saben que de crecer estos flagelos, sus países serán gigantes con pies de barro ante una posible insurrección popular que podría desmoronar al capitalismo en su propio centro, ambos tienen actitudes autoritarias como la de Trump mudando la embajada en Israel de Jerusalén a Tel-Aviv, o la de Xi Jinping que ha sido declarado por la Asamblea Nacional Popular de China como a presidente indefinido, ambas naciones ambicionan el control de las materias primas del planeta doblegando a los países que las poseen mediante el yugo de la deuda externa como en el caso de Venezuela con el Fondo chino que nos obliga a pagarles crudo como trueque, Trump apuesta por la recuperación del poderoso Complejo Industrial Militar mediante la redición de una segunda Guerra Fría y lanza el guante de un alza exorbitante de aranceles para los productos chinos, se disparan las tasas de interés y ambas potencias tienen sus aliados, Europa se alinea con EEUU y Rusia con los nuevos mandarines; el escenario está preparado para una gran conflagración que puede pasar de fría a caliente donde sólo los pueblos perderán, teniendo como única opción la rebelión planetaria contra el Poder del Capital y su Estado sea cual sea su forma aparente.

Nota: la data estadística y gráfico empleados en este artículo fueron obtenidos por el Banco de la Reserva Federal y por el Banco Mundial, fueron correlacionados y analizados por el autor.



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José Burelli

Economista. Maestría en Relaciones Internacionales. Subdirector de Cultura UNESR. Profesor de la UNEFA, Universidad Pedagógica de Caracas.

 joseburelli@hotmail.com

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