La economía, presidente; el problema es la economía.
La instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, trajo la paz a las calles; de un estado de ebullición extrema pasamos en muy poco tiempo a una tranquilidad tal que volvimos a parecer ciudadanos en vez de chavistas.
Así pudimos volver a los centros comerciales sin que nos amenazaran de muerte ni nos abuchearan, ni nos persiguieran por los pasillos al coro amenazador de muerte a los chavistas.
Así pudimos volver a los supermercados y pararnos frente al mostrador de la carne a pedir algún muslo de pollo o media pechuga sin que señoronas nos quitaran el carrito a empujones y le dieran ordenes al carnicero de que no nos atendiera.
Y volvimos a sentarnos en una cafetería a tomarnos un guayoyito sin temor a que una patota de opositores se nos plantara al frente a hacernos tragar el café hirviendo.
Y volvimos a caminar por las calles, de regreso de nuestro trabajo, sin el temor de que exaltados opositores nos bañaran en gasolina y nos lanzaran un fosforo.
Y volvimos a montarnos en nuestras motocicletas sin el temor de ser degollados por un hilo invisible que algunos locos pusieron siguiendo las órdenes del general pescuezo.
La ANC nos trajo un respiro, pero es sólo eso: un respiro, una vez pacificada la calle el punto siguiente es la economía; no podemos vivir en este sistema económico, donde cada día los precios se elevan en porcentajes insospechados e inauditos sin ningún control.
Las elecciones anticipadas, convocadas y ganadas con el mayor porcentaje de la historia del país, (tanto en ventaja del ganador con relación al segundo, como en abstención), invitan a tomar medidas más que urgentes, sumamente necesarias e impostergables o la calle se incendiará de nuevo y no habrá quien para la avalancha.
Los presos por las guarimbas que están siendo liberados le dan una inmensa alegría a los familiares (bueno algunas esposas están mentándole la madre a Maduro, ¿Que será de la vida de Chataing, por cierto?; y algunos hijos también se la deben estar mentando, como seguramente será el caso de la casa del general pescuezo.
El punto es que esas liberaciones no solucionan nada, ojo no las estoy criticando (la del general pescuezo si, ese señor debería permanecer en un manicomio) pero en líneas generales, está bien, que los liberen y vayan a trabajar y a comer en su casa en vez de hacerlo a expensas de la nación que los vio destruir todo a su paso.
Pero…ahí viene el pero; estamos pariendo para comer porque la guerra económica nos está dominando, entonces la pregunta general es ¿Y la economía pa cuando?
Esa cuerda de locos que hasta ahora estaban encerrados salen a la calle a pasar hambre como la mayoría y a ser caldo de cultivo para el incendio que viene, esa cuerda de locos que estaban encerrados no vacilaran en agarrar las molotov de nuevo porque las condiciones en las que estaba el país cuando los encerraron por incendiarios ahora están peores.
Esa cuerda de locos van a tener apoyo en muchos de los que no fueron a votar y quizás hasta en muchos de los que votaron, sino se detiene el aumento indiscriminado de los precios.
Por una parte vemos a unos presos que pasaron por una cuarentena (y más) en las instalaciones correccionales del país, que en vez de salir avergonzados o arrepentidos de lo hecho, están saliendo bravucones y altaneros; están saliendo listos para encender las calles de nuevo.
Ya vimos y oímos el discurso del general pescuezo, ya veremos (ojala que no) si sacan al Lorent Saleth su discurso, amén de las felicitaciones directas del propio Álvaro Uribe, unido a los expertos del comando sur, que no tardarán ni un minuto en sacarlo del país y que continúe su entrenamiento terrorista.
El punto es que mas allá de liberar a los presos hay que detener a los precios, no soy economista así que no tengo una fórmula que aportar, pero no creo que en el planeta tierra no haya algún experto que pueda asesorar al equipo de gobierno sobre cómo salir de este atolladero.
Pareciera que los que están bajo el abrigo del estado y sus megasueldos no terminan de enterarse lo que están costando las cosas, Señor presidente ponga a los ministros a ganar dos sueldos mínimo dos meses y póngase usted cuatro sueldos mínimos (por ser el presidente) a ver si se enteran de la realidad y se ponen a trabajar en cómo resolverla.
Los que lo reelegimos, depositamos en Maduro la confianza en que pondrá su empeño en resolver la economía, pues amor con hambre no dura, pero empezamos mal; no esperábamos oír de la conformación de mesas de trabajo y comisiones de evaluacion; ese problema está más que diagnosticado; esperábamos oír a Maduro anunciar los cambios que ya tenía estudiados y acordados para el triunfo que nadie ponía en duda.
Esperamos ya con impaciencia que de detengan los precios; mientras tanto, está bien, sigan liberando presos…(pero tengan en cuenta que esos salen a la calle hambrientos de venganza y pronto hambrientos del estomago también)