El presidente Maduro no haya qué hacer. Luego de haber anunciado con bombos y platillos una reconversión monetaria que restaría tres ceros a la moneda actual, ahora, pocos meses después, anuncia que ceran cinco los ceros que serán restados.
Esto que ha informado el presidente, desmuestra inequívocamente dos cosas. La primera es que la terrible hiperinflación que estamos padeciendo es peor de lo que el común denominador de los venezolanos piensa, es brutal, inaguantable, inimaginable e invivible, e iba a ser nugatorio, inútil, una reconversión que restara tres ceros a la moneda. Y la segunda remarca UNA VEZ MÁS, el signo inequívoco del desgobierno de Maduro, la improvisación.
Tal vez haya quienes no se percaten de que al restar cinco ceros también se asume de antemano algo terrible, que no es otra cosa que esta situación trágica va a perdurar un tiempo más, tal vez muy largo, porque de no ser así no hubiera sido necesario eliminar tantos ceros. Esto dice a las claras que la moneda se va a seguir devaluando brutalmente, que los precios se van a seguir inflando a ritmo acelerado, etc.
Las expectativas para el gobierno son más sombrías de lo que pudiera parecer. Es poco probable que logre estar mucho tiempo más. Es, tal vez, imposible que Maduro llegue a finalizar su segundo mandato. El hambre, la deseperación, la migración masiva, la paralización del país, la torpeza, la corrupción, la ineptitud, la ineficiencia, las mentiras contínuas, la desesperanza, y sobretodo la improvisación lo terminarán desplazando. Su impopularidad es enorme, lo sostienen los militares, pero ya hay gente de su propio entorno manifestando su profundo malestar; veremos qué pasa.
