Lo que acaba de hacer el madurismo en relación con la solicitud de préstamo de cinco mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI), así vengan ahora los laboratorios de la "misión verdad" - léase integrantes de los falsos positivos del neototalitarismo - a decir cualquier barbarismo en forma de artilugio, o sea, bazofia política para "justificar" que eso se hace con la finalidad de abrir una grieta al bloqueo económico, y que si tal crédito "express" no puede lograrse sería "otra prueba" de los Estados Unidos sobre las sanciones impuestas contra el régimen usurpador de Miraflores, sólo deja en evidencia que efectivamente desde finales de 2019 (1), después de entregar la malograda presidencia pro-témpore del llamado Movimiento de Países No Alineados (Mnoal), en donde nuevamente Nicolás Maduro condenó al FMI, la realidad absoluta fue que en ese ejercicio fracasó rotundamente buscando recursos en calidad de préstamo de otros países, quienes además en su mayoría son naciones cuya condición favorable - si la tienen - sólo la manejan en beneficio de sus pueblos, y nunca en favor de terceros.
También hay que recordar que antes de esa asamblea de las naciones "no alineadas", ya Maduro venía de recibir un artero golpe de su aliado Putin en Rusia, donde tampoco pudo obtener recursos para la indigente economía venezolana, y que solamente se concretaban en la alianza con Rosfnet para la explotación petrolera, bajo una negociación en la cual los beneficios para la república terminan siendo marginales o en pérdidas porque simplemente Petróleos de Venezuela (Pdvsa), desde hace tiempo mantiene una producción de crudo que apenas si logra satisfacer las necesidades internas con muchas dificultades.
En tal sentido, cuando Maduro en una entrevista con el sempiterno vividor de los gobiernos anteriores y del propio régimen, decía como principal opresor del pueblo de Venezuela, palabras más, palabras menos, "que gracias a Dios existe eso que llaman la dolarización", y cuyas declaraciones se dieron en los últimos días del año anterior, tal y como lo dijimos en su momento, era porque se estaba aplicando en nuestro país el más rancio y perverso paquete ultraneoliberal de medidas económicas, con precios liberados en todos los órdenes, con una hiperinflación que masacraba completamente al pueblo, y con la forma subrepticia - siempre culpando a la sanciones - de crear una especie de neoesclaviud al establecer el salario mínimo en un promedio de tres dólares mensuales. Verbigracia, toda una receta del FMI.
En efecto, que Nicolás Maduro (2018) haya dicho del FMI, por citar una sola de sus tantas y tantas declaraciones en contra de tal organismo: "El Fondo Monetario Internacional me tiene sin cuidado (...) Venezuela es independiente del Fondo Monetario (...) no lo queremos en Venezuela (...) no nos importa el Fondo Monetario (...) son los sicarios del mundo" (2), deja en evidencia que el hecho de la desesperación política lo ha llevado a tal nivel de frustración que ha echado por la borda hasta sus más rancios pensamientos que hasta llaman "Honorable organismo" a sus verdugos en el medio de una pésima carta en sus espacios de redacción, sintaxis y manifiesto ideológico (3).
Aquí la única verdad es que el madurismo después de ajustar la tasa de cambio al valor del dólar "criminal" y los precios en toda su magnitud posible hacia finales de 2019, asesinar al bolívar como moneda nacional, y comenzar el 2020 liberando los precios de todos los servicios públicos, estaba claro que sólo faltaba el ajuste en los precios de la gasolina, para luego anunciar a los venezolanos que el FMI se habría "decidido" ayudar a Venezuela con recursos "frescos" por el orden de unos 50 mil millones de dólares que iban a ser empleados en la "reconstrucción social" post-sanciones económicas.
En consecuencia, esos cinco mil millones de dólares que estaría solicitando el madurismo al FMI son un adelanto de lo que se habría pactado con ese organismo, sólo que bajo el pretexto del coronavirus necesitan un "adelanto", según ellos para cubrir la necesidad inmediata de alimentos y medicinas, cuando la realidad es que si esos recursos fueran enviados, y sin la aprobación indispensable de la Asamblea Nacional, terminarían en los bolsillos de la corrupción madurista y el generalato corrupto.
Por supuesto, que ante lo anterior, es obvio que Diosdado Cabello, supuestamente en casa porque su hija Daniela Cabello "no lo dejaría salir", y de allí su desaparición de los medios, habría que preguntarle: ¿Cómo es eso que Nicolás Maduro solicite un préstamo al FMI cuando usted ha llamado "nefasto" a esa institución para los "pueblos del mundo", pero además diciendo que "de aquí los echamos" y asegurando que "no van a volver más nunca a nuestra patria"? (4)
¡Entonces, Diosdado! ¿Será acaso que en ese video, Maduro te manda a decir con Chávez en el fondo y de testigo que te metas el crucifijo hasta lo más profundo de la retaguardia y lo untes con la bazofia política que hablabas del FMI, a quien ahora piden 5 mil millones de dólares porque chinos y rusos ya no les dan ni un centavo?
Nicolás Maduro y Diosdado Cabello ante la pérdida ineludible del poder, poco les importa, si es necesario, pactar con el diablo o el peor de sus enemigos si eso garantiza su permanencia ilegal e ilegítima en Miraflores. El problema de fondo está en que el coronavirus se les está convirtiendo en una enorme bomba de explosión social, porque en un país donde no hay agua, no hay electricidad, no hay gas doméstico, y los salarios son inexistentes, la gente necesita salir a la calle para rebuscarse, más aún cuando estamos en una etapa de sobrevivencia, y el pueblo entre morir de hambre o por coronavirus, es posible que elija lo segundo, porque ante lo primero, lleva siete años resistiendo la destrucción del madurismo. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.