Algunos institutos y universidades de administración privada, ya abrieron sus puertas. Y han dado inicio a las clases con nuevos ingresos de estudiantes o que ya vienen desarrollando la prosecución académico-administrativa de manera bimodal, por ejemplo, que sepamos, algunos desde el mismo 7 de septiembre y el 12 del corriente, como hemos oído de la UNIMET.
Este lunes 4 de octubre de 2022, lo han hacen las universidades experimentales y autónomas de vieja dada, según cierta nomenclatura. Además de las experimentales de nuevo tipo, como se les ha llamado a las otras dependientes del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria y que son un manojo amplio. Unas y otras dan oportunidad a una población juvenil cada vez mayor y ansiosa de desarrollar su respectiva vocación, construyendo su adecuado horizonte de futuro en Venezuela, porque con eso de la migración o diáspora no les fue muy bien que se diga, según algunos testimonios de jóvenes que han regresado de ciertos países como Ecuador, Perú y Colombia, donde la inserción laboral no fue exitosa, y la sobrevivencia muy difícil o imposible.
En fin, todos esos centros de educación universitaria, constituyen un amplio espectro de ofertas académicas, tanto en pregrado como en postgrado. Inclusive la Universidad Militar Bolivariana, antes Academia Militar y su respectivo Instituto de Estudios Avanzados en Seguridad de la Nación, tiene una mayor apertura hacia la sociedad civil.
Por lo que la universidad, como institución del Estado Nación, representa una importante referencia social, cultural, moral y científica. ¿Qué nuevos retos para la persona humana en general y la juventud en especial, debe enfrentar en los tiempos actuales? Para la sociedad civil con sus organizaciones autónomas, ONGs y el gobierno legítimo del país, así como para los sectores democráticos opositores, ¿qué retos se le plantean en los tiempos actuales?
Más aún, ¿cómo están respondiendo ya en esta supuesta nueva etapa de post-pandemia y cambio climático? ¿Cómo se han reacomodado los agentes fundamentales del currículo? Es decir, ¿estudiantes, docentes, las familias y la comunidad local y regional o del entorno? ¿Cuál es el nivel de satisfacción laboral del personal docente y de investigación de las universidades y no solo ellos, sino también el personal administrativo y de servicios?
Tres parecen ser los retos a asumir. A saber, nueva adecuación tecnológica de las universidades. Ya que, sin las llamadas "plataformas virtuales", va a resultar harto complicado cumplir el sagrado deber de enseñar con la nueva modalidad bimodal y con la necesaria relevancia científica-técnica que demanda el momento actual. Algunas universidades han sido actualizadas, de administración privada, principalmente y algunas públicas, especialmente las experimentales de nuevo tipo. No así las experimentales históricas.
Por ejemplo, en Barquisimeto la UNY, la UFT y la UPTAEB, pero no así el querido Instituto Pedagógico de Barquisimeto, que como extensión de la UPEL carece de las susodichas plataformas o no son las más adecuadas. Aunque recientemente por iniciativa del rector Sayago y demás consejeros adquirió con recursos propios algo así como un nuevo "Servidor" para aspectos administrativos básicos, se ha oído decir.
El docente aquí debe abrir un aula virtual desde un correo electrónico particular, o usa redes sociales como whats app. Como hay docentes que se han hecho expertos en nuevas tecnologías de enseñanza tienen posibilidades en ese sentido, pero repetimos: la UPEL y sus respectivos Institutos Pedagógicos no tienen disponibilidad tecnológica. El gobierno nacional, ¿tendrá el gobierno actual la necesaria voluntad política de suplir esa falta de la tecnología de la comunicación en la UPEL?
Otro aspecto, viene a ser la infraestructura de la planta física de las universidades, una anécdota es que recientemente visitamos a una universidad privada y nos impresionó la belleza de sus jardines y la limpieza del edificio, aulas y demás ambientes. Todo bien atendido, ¿Por qué las universidades oficiales o públicas lucen tan deterioradas? Respuesta, el gobierno nacional no asigna el prepuesto adecuado para la refacción y mantenimiento. Las autoridades hacen lo que pueden, dicen. Las bibliotecas permanecen cerradas, o sólo con servicios mínimos, ahora cuando las clases en este nuevo periódico académico se inicia con clases presenciales, ¿abrirán las bibliotecas?
Finalmente, el asunto salarial de los trabajadores universitarios, ¿el gobierno será capaz de acordar un salario de aproximadamente 500 dólares o más? Lo dudamos, pero es lo que se ha oído y leído como referencia de economistas como Oliveros u otros, aunque ha dicho también un sindicalista de Fetrasinet (?) que en Venezuela no existe un indicador oficial acerca del monto de la cesta básica. En consecuencia, el posible aumento salarial que dizque se va a producir el próximo mes de noviembre, no se puede proyectar, sino que de dependería de lo que acuerden tanto con el empresariado nacional, el proceso orgánico de la economía de un país sancionado y con la delegación de la OIT. No está fácil.
El corolario es que lo anterior depende de que la economía general y la estabilidad política del país se mantenga y continúe recuperándose. Así, sí hay esperanza de seguir elevando la calidad de vida, mientras tanto: distancia social, limpieza de los ambientes de trabajo, mucho gel y/o alcohol en las manos. Esta post-pandemia supone seguir con la previsión sanitaria. En una universidad privada caraqueña hemos visto que sus instalaciones son impecables, al entrar hay un proceso de higienizado; sin embargo, los salones de clases están de bote en bote: 35 o 40 estudiantes. Claro, eso pasa en unidades curriculares masivas de formación general común a todas las especialidades, se acumulan como sardina en lata (no hay observación de la distancia física recomendada), y encima de eso no usan tapabocas ni gel en las manos. ¿Lo harán en las universidades públicas?