¡El sueldo mínimo más bajo del planeta¡

Es triste asumirlo, pero el sueldo mínimo más bajo del planeta lo tenemos nada más y nada menos que en Venezuela, que irónicamente es la nación con más riquezas energéticas y minerales del mundo. Hoy estamos, como pocas veces en la historia, en el ojo del huracán de una compleja pugna de intereses interimperialistas, que codician con todas las ganas a esa joya de la Corona llamada Venezuela, a tal punto que incluso pudiera desencadenarse un conflicto bélico de alcance global. En este sentido aseguran algunos que Venezuela será el epicentro de la III guerra mundial, o de la IV, pero ciertamente lo que está en juego parece que desembocará de forma inexorable en un masivo derramamiento de sangre en el orbe. Y como otras veces en la historia, se concluye que Venezuela es un pobre país rico, con miserables a granel mientras que en una minoría del sector público y del sector privado se concentran los ingresos del comercio exterior e interior.

Ricos en petróleo, gas natural, oro, diamantes, hierro y pare de contar, y no obstante Venezuela padece una terrible crisis socioeconómica, caracterizada entre otros aspectos por el aumento progresivo de la pobreza y la miseria, producto de la cancelación de sueldos ridículos a millones de empleados, o más bien subempleados. Considerando además la semiparalización económica a raíz de la pandemia por COVID-19, resulta que el salario mínimo a duras penas asciende ¡a unos 4 dólares¡ sí amigo lector, no leyó mal, 4 dólares es el sueldo mínimo en Venezuela, dinero con el que se puede adquirir solamente una harina de maíz, un cartón de huevos y algunas frutas debido a la hiperinflación. Evidentemente no nos alimentamos bien, ni podemos pagar algunos servicios, como el gas doméstico, cuyo costo está por las nubes (administrado por rateros del sector público y del sector privado), y nisiquiera podemos comprar algún medicamento básico, como una simple aspirina.

A lo anterior responderían las autoridades "revolucionarias" que el bajo salario mínimo es compensado por el pago de bonos vía carnet de la patria, y por la venta de comida subsidiada vía CLAP. El problema es que estos beneficios (más bien migajas) no son entregados con regularidad a la gran mayoría del pueblo venezolano, al menos así es fuera del área metropolitana de Caracas. En el estado Mérida, por ejemplo, las famosas bolsas o cajas con alimentos subsidiados son vendidas en algunas zonas hasta con una distancia temporal de 4 meses, y para colmo contienen cada vez menos productos. Además poco se puede hacer con unos míseros bonos que no llegan ni a 3 dólares.

También advertirá el liderazgo dizque socialista de Venezuela, que la guerra económica contra la nación suramericana con Estados Unidos a la cabeza, ha exigido a todos un importante sacrificio respecto a la reducción salarial y ciertas desmejoras laborales, necesario según tal liderazgo para soportar con cierto éxito los tiempos difíciles presentes y por venir, y para seguir construyendo el "socialismo" del siglo XXI en plena adversidad. Es verdad que estamos siendo muy afectados por sanciones y bloqueos internacionales, en el marco de una dependencia extrema y de la lucha de poderosos intereses por la hegemonía en América Latina y el mundo en general, pero también es cierto que los sacrificados en esta situación son los pobres, los ciudadanos comunes, mientras que la dirigencia gubernamental y el resto de la élite no sufre, y obviamente no se sacrifica a pesar de la crisis. En el caso de los altos funcionarios públicos, empezando por Maduro, obtienen ingresos elevados, seguramente en divisas, lo que garantiza la satisfacción con creces de sus necesidades materiales. Y si no es así tendrían que estar robando al erario, pero de cualquier manera ni por asomo se sacrifican dichos funcionarios, tal como sí lo hacen, obligados, los pobres y miserables en nombre del bienestar de Venezuela.

Qué "nobles socialistas" son todos esos funcionarios públicos, ciudadanos "humildes" entregados a la causa "revolucionaria". ¡Vaya¡ No viven ni de cerca toda la tragedia que ataca diariamente a pobres y miserables, y el ridículo salario mínimo de la mayoría lo perciben con indiferencia, acción que tal vez explique la violación descarada del artículo 91 de la constitución venezolana, que en resumen establece que el sueldo mínimo debe estar en sintonía con el costo de la canasta básica.

www.rubenhernandezrealidadvenezolana.blogspot.com

 



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Rubén Alexis Hernández

Licenciado en Historia, Magíster en Historia de Venezuela. Antiimperialista, izquierdista y ateo

 ruhergeohist@yahoo.com

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