China ve con dificultades trazar La Ruta de La Seda por los territorios del Sur a consecuencia del alarmante ruido de la corrupción y más que todo por Venezuela. Son millones de dólares a invertir para que unos choros la colapsen, se sabe que las reservas internacionales de los Imperios no se deben agotar y, se necesita establecer estrategias financieras alrededor del mundo para adquirir activos financieros para el desarrollo del África y América Latina. Así las cosas, el balance para América del Sur depende de las inversiones de Pekín, ya Rusia con el caso Ucrania y EE. UU con su hundimiento económico y financiero provocado por Joe Biden y, tiene su origen en el ejercicio presidencial de Barack Obama nos indica que ya no tiene quien les provee materias primas.
México, se encuentra entramado por la debilidad de López Obrador hacia los sectores que mercantilizan las drogas y su posterior paso hacia el sur del Estado Florida, los coyotes han tenido una diversidad de inconvenientes con los migrantes, ha tenido que compensar en gran medida sus perjuicios referidos en alimentos, gracias a los altos precios del consumo chino, Donald Trump solo exigía una compensación por los impuestos y ajuste en los Tratados firmados por cruzar los Océanos Pacíficos, Atlántico y el Indico que data desde 1865 y que ha sido renovado hasta 1968. Es decir una goleta que cruzara el mar con esclavos, oro y minería deberían cancelar una cuota a tasación impuesta por Inglaterra y La Casa Guipuzcoana, en el caso nuestro, establecida en La Guaira y Puerto Cabello.
A Estados Unidos poco le importo su región y afectar los mercados afectados por su actitud, a su lado siempre la competencia china como una condición exógena jamás le causó preocupación.
¿Como se le ocurrió al presidente Chávez y a Maduro, como canciller colocar ciudadanos desconocedores de las relaciones internacionales y empíricos en La Casa Amarilla para hacer grandes transacciones en dólares, donde esta fotografiado el ingreso presupuestario del Estado Bolivariano de Venezuela? A sabiendas, que Venezuela estaba llamada a convertirse en una pieza mayor en la rivalidad geoestratégicas de las dos grandes potencias del siglo XXI.
No es fácil hacer las cosas en la dirección deseada. Desde 2885, el mundo atraviesa por un tercer boom del petróleo, lo poco que se saca se vende, pero, los dólares no llegan al lugar deseado, que es Hacienda Pública y PDVSA.
América Latina pasa por una pesadilla muy pesada, ya que las sanciones impuestas por EE. UU limita la lucha existencial a un dogma. Simplemente, es el vuelco inevitable dado por Ronald Reagan hacia la derecha y el ascenso del fundamentalismo cristiano hacía un enfoque terrorista, donde el sentir evangélico refleja una intensidad en materia de cooperación internacional.
Así las cosas, fundamentalismo religioso profundiza. A fin de cuentas, Venezuela es un país que procura identificarse con el partido y lo referido a Derecho común. Nada es riesgoso, solo tener el espíritu del anacronismo. Y darle en este sentido, una lucha ordenada
