Salario imaginario versus salario posible

Alcanzar la justicia social, la igualdad, la felicidad y la equidad en la distribución de la riqueza nacional, han sido, son y seguirán siendo los más preciados objetivos de la Revolución Bolivariana. Son éstos, los principios que dan fuerza y sentido a la propuesta de socialismo venezolano que queremos edificar.

Quienes siguen viendo la realidad política venezolana con ojos del pasado, no logran entender que, aun cuando no hayamos alcanzado la totalidad de los objetivos trazados, Venezuela es otra. Y es, precisamente, esa ceguera política la que les impide ver la situación nacional y las propuestas políticas, para el redimensionamiento de la Revolución Bolivariana, que el Presidente Nicolás Maduro, ha venido haciéndole a sus compatriotas. La manera como se abordó la discusión sobre el aumento salarial, es una evidencia fehaciente de esta afirmación.

En el gobierno nacional, existe la más absoluta convicción de la necesidad del ajuste del salario mínimo. Nadie está más convencido, que el Presidente Nicolás Maduro, de que esta es una medida política necesaria y justa; sobre todo, porque se tiene conciencia de las dificultades a las cuales se enfrenta el pueblo venezolano.

Diversas han sido las opiniones sobre el tema. Y ello, es bien importante. Ha quedado suficientemente demostrado que vivimos en un régimen democrático participativo y protagónico. A ningún venezolano se le ha negado el derecho a expresarse, aun cuando, algunos en sus aseveraciones hayan utilizado adjetivos soeces contra el gobierno nacional y, de manera particular, contra el Presidente de la República.

Necesario es, asimismo, decir que algunas afirmaciones han sido construidas con un claro interés político desestabilizador del orden democrático. Hay quienes han utilizado el ajuste salarial, para solapar su verdadero objetivo de derrocar al Presidente Maduro. Son los nuevos espadachines de la oposición irracional. Han llegado al extremo de negar lo nefasto que han sido las medidas coercitiva0s unilaterales, el bloqueo económico y el saqueo contra la riqueza de la nación, por parte de los gobiernos supremacistas deppEstados Unidos y sus adláteres.

Llama la atención, de igual manera, que, entre esos sectores, a los que bien pudiéramos llamar la izquierda cuarto republicana, guarden silencio absoluto sobre la Comisión de Encuesta establecida por el Consejo de Administración de la OIT, contra el Gobierno nacional desde marzo de 2018. Medida que obliga al Estado venezolano a tener que consensuar con los sectores empresarial y sindical cualquier iniciativa de ajuste salarial.

Al omitir la existencia de éste mecanismo de la OIT, no se está haciendo otra cosa que avalar la colocación de una "camisa de fuerza" al gobierno nacional, con la cual se le impide tomar decisiones, de manera autónoma, sobre relaciones laborales, entre ellas las de ajuste y aumento salarial. Cabría preguntarse: ¿esto les era desconocido? ¿Por qué en sus pronunciamientos nunca han hecho referencia a ello? ¿Por qué nunca han organizado una manifestación en protesta contra FEDECAMARAS?

Resulta insensato, por decir lo menos, afirmar que el Presidente Nicolás Maduro se ha convertido en un mandatario neoliberal; es una irresponsabilidad afirmar que, no produjo un mayor aumento de sueldos y salarios por tener una alianza con FEDECAMARAS. Al actuar -de esa manera- están reconociendo que lo hacen por desconocimiento de la realidad nacional o por perversidad; aunque, casi siempre, cuando se actúa sin apego a la objetividad política, ambas condiciones forman parte de un mismo, y único, despropósito.

Sin ningún tipo de fundamento económico, social y político hicieron suya la propuesta de elevar el salario mínimo de los venezolanos a 400 dólares mensuales que, según la Revista Polítika de la Universidad Católica "Andrés Bello", del 27 de marzo 2023, era el monto sugerido por la OIT.

De nuevo se equivocaron. Naufragaron en el inmenso mar de sus contradicciones e imprecisiones teóricas. Desconocieron que el pueblo venezolano es un pueblo informado; y ello, aunque a algunos les cueste aceptarlo, nos hace distintos a los venezolanos de la cuarta república. Y éste, ante la expectativa generada por el aumento salarial, demostró conocer la diferencia entre: salario imaginario y salario posible.


 



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Nelson Pineda Prada

*Profesor Titular de la Universidad de Los Andes. Historiador. Dr. en Estudios del Desarrollo. Ex-Embajador en Paraguay, la OEA y Costa Rica.

 npinedaprada@gmail.com

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