Venezuela es el segundo país de América Latina con la matrícula de educación superior más alta, con un 83%, superada solamente por Cuba, quien ocupa el primer escaño con 88% de matriculación, según el Instituto de Estadística de la Unesco. Los nuevos inscritos en la educación superior aumentaron de 1990 a 1998 el 26%, y desde 1999 hasta hoy se han incrementado en 193%. El número de egresados de institutos universitarios aumentó más de 142% durante los primeros 9 años de Revolución Bolivariana. Sólo en institutos oficiales, el incremento de egresados de institutos universitarios fue del 325,59% durante el proceso revolucionario, luego de mantenerse casi estáticos durante los 9 años anteriores.
Para el año 2007, el número de egresados de institutos universitarios públicos fue de 1.567.314 estudiantes, lo que representa un 73,4% del número total de egresados (sólo el 26,6% egresó de institutos privados). En Venezuela, más del 24% de los estudiantes universitarios pertenecen a la Misión Sucre. Para el Año 2004, la matrícula del sistema de educación superior fue de 1.115.965 estudiantes, para el 2008 alcanzaron una cifra de 2.260.222, incrementándose en un 102,53%. El número de beneficiarios de la Misión Sucre aumentó un 1.202,67%, y favoreció a un total de 559.019 estudiantes para el año 2008 y van más de 50 mil egresados. Antes de la ejecución de la Misión Sucre sólo 60 municipios de Venezuela contaban con instituciones de educación superior.
Los bachilleres cursan los distintos programas de formación: Derecho, Gestión Social, Gestión Ambiental, Comunicación Social, Administración, Ingeniería de Sistemas, Turismo, Tecnología de Producción Alimentaría, Tecnología de Alimentos, Ingeniería de Gas, Polímeros, Química, Geología y Minas, TSU con proyección a Ingeniería en Mecánica, Electricidad y Electrónica, Construcciones civiles, Matemática, Información y Documentación, Manejo de Emergencias y Acción contra Desastres, Artes Plásticas, Diseño integral y Transporte Acuático mención Máquinas, entre otros.
Pero así como hacemos este reconocimiento de la Misión Sucre como acelerado proceso para darle oportunidad de estudio a millones de venezolanos históricamente excluidos, es necesario entrar a una etapa de evaluación cualitativa. Desde su creación en el año 2003 y a pesar de tener ya varias promociones de graduados no se ha realizado una evaluación exhaustiva de las aldeas universitarias o proceso de municipalización coordinado por la Misión Sucre. Fue tan sólo a partir de un orden del presidente Chávez, cuando a partir del 1 de junio del 2010 se inicio este proceso oficialmente.
El Plan Nacional de Inspección de la Misión Sucre es ejecutado por personal de la Fundación Misión Sucre, así como funcionarios designados por el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria (MPPEU) y sus entes adscritos. Con lo cual se aspira a evaluar las 1.034 Aldeas Universitarias en todo el país.
Sin embargo ya desde hace algún tiempo tanto en lo interno de las aldeas y la Misión, como especialista y dirigentes políticos han venido pronunciándose con respecto algunas desviaciones e ineficiencias, que van desde lo administrativo, el currículo, el proceso de enseñanza, la infraestructura, entre otros, llegándose a pronunciar por una Constituyente Universitaria en las Aldeas.
El 25 de marzo de 2007, en un artículo del diario El Universal1, Gustavo Méndez hace referencia a la preocupación del gobierno por los pocos estudiantes que, tras egresar de la Misión Ribas, no se incorporan a la Misión Sucre. El propio presidente Chávez se manifestó al respecto:”Entonces yo le decía a los dos ministros en la tarde, Rafael Ramírez y Luis Acuña, hasta ahora la cantidad de graduados en la Misión Ribas ha sido de 400 mil y tantos, 418.000 se han graduado, pero se han incorporado a la Misión Sucre apenas 25.000, 25.000 no es ni siquiera el 10%... Ahí tenemos una falla, una falla que debe ser corregida lo más pronto posible".
El mismo día de la declaración del presidente la subcomisión de Misiones, adscrita a la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional, formalizó el inicio de una investigación para evaluar el desarrollo de estos programas ante las progresivas denuncias sobre irregularidades académicas y administrativas.
Este es el segundo intento, el anterior fue realizado por la diputada María de Queipo, el cual se enfocó en evaluar la calidad académica de las misiones Robinson I y II, Ribas y Sucre; sin embargo, los resultados nunca se conocieron.
La diputada Pastora Medina, presidenta de la subcomisión, con datos en manos, ha alertado sobre la necesidad de auditar y evaluar los programas educativos, dado el desorden imperante. "En el estado Delta Amacuro se ha detectado una migración de la Misión Ribas a Vuelvan Caras, porque en esta última se otorgan más becas, además de la posibilidad de lograr un trabajo".
Según la diputada, los estudiantes se sienten abandonados, no hay material didáctico, no se les apoya como debería ser, lo cual desestimula a los alumnos y facilitadores.
Los facilitadores no están a tono con la realidad. Muchos apenas han recibido un curso de preparación. Esto demuestra que hay carencia de supervisión, de control, de apoyo, de evaluación. Se requiere una preparación sólida para los facilitadores. Igual no los evalúan, si acaso una vez al año, para examinar sus competencias académicas y pedagógicas. Además, sabemos que muchos se prestan para irregularidades.
De acuerdo con los alumnos, muchos coordinadores "secuestraron" las Aldeas, pues, no permite que se impartan clases ni que se realicen actividades cónsonas con una comunidad estudiantil. Muchos además de sus funciones, acusa la diputada, son militantes y hacen trabajo político para el PSUV. Por otro lado, no se comunica con los bachilleres y no asiste a las asambleas. Por igual, despide a los profesores, sin tomar en cuenta la opinión de los estudiantes. Los estudiantes se quejan de que los coordinadores hayan "neutralizado" el funcionamiento de la aldea los fines de semana. "A tal punto que actualmente sólo queda un número muy reducido de estudiantes en condiciones precarias coartando el derecho al estudio de quienes no pueden asistir en la semana".
En cuanto a lo académico, se critica la "ausencia de material de apoyo, el cual existe pero no es distribuido a todas las aldeas”. La alta rotación de profesores, por falta de pago, afecta la calidad de los programas. Más adelante se señala que no se "respeta el período académico establecido, improvisando reducciones o ampliaciones del tiempo sin justificación alguna". Continuara...
pedrorodriguezrojas@gmail.com
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