La Revolución Bolivariana, al igual que Prometeo, iluminó a los olvidados de siempre, porque en vez de decirle al pueblo CREE, le dijo LEE.
Por eso, como al héroe mitológico, quieren hacerle pagar al pueblo su osadía atándola a una remota cumbre donde un buitre imperial le devore eternamente las entrañas, pero se encuentran con la vocación del pueblo por la revolución, frente a las agresiones que han usado todas las armas para herir u matar con sus medios distorsionadores de ideas.
En la batalla de las ideas que se viene adelantando en el seno del pueblo venezolano, la educación ocupa un papel preponderante, logrando un alto nivel de cultura política que impide su manipulación, logrando establecer conciencia a través del compromiso de luchar por los intereses del colectivo y la incorporación de miles de personas que fueron invisibilizados por la educación de corte neoliberal.
En ese sentido, al incorporarse las comunidades al quehacer educativo, hemos descubierto que no existe un currículum de sostenibilidad de “talla única”, que el mismo está en cualquier parte que ocurra el aprendizaje.
Hoy en día ante la cruda realidad devastadora que el sistema capitalista somete por su accionar de lucro y usura al planeta tierra y la supervivencia, tiene sentido el seguir profundizando los cambios en la educación, fundamentada en el ideario Robinsoniano, al fomentar el alfabetismo ecológico, mapeando las fuentes de nuestra visión de la educación para la sostenibilidad, fundamentada conceptualmente en algunas corrientes, siendo una de ellas la teoría de los sistemas vivientes, incorporando a profundidad la sabiduría de nuestros ancestros, en la reforma sistémica de las escuelas y la pedagogía basada en lugar ( Toponimia); todo lo cual da cuerpo a un cambio de percepción hacia un entendimiento ecológico o sistémico y la interdisciplinariedad como método de trabajo, que nos ayuda a establecer ese cambio hacia una nueva forma de pensar basada en las relación, el contexto y las conexiones.
Tomando como premisa que el compromiso de la comunidad total es entendido como esencial para el bienestar de todos, la escuela como centro del quehacer comunitario junto a la comunidad como centro del quehacer educativo y espacio para la innovación debe avanzar hacia un sistema en el cual los estudiantes están incorporados y afectados por los valores de la cultura de la comunidad, hacerse practicantes de la “comunidad de aprendizajes” en las cuales el liderazgo y la innovación están distribuidos a través de las redes de relaciones.
Es el marco epistémico de la educación popular, centrada en el ser humano en al cual la concepción del currículo va más allá del academicismo, perfilándose como desarrollo curricular centrado en la práctica y permanente revisión; este desarrollo curricular debe ser impulsado desde la escuela donde se privilegie el significado de conocer, analizar la realidad, participar y desarrollar la planificación articulada e integral para la transformación de los espacios.
Abogar y difundir por una educación popular, la cual no es solo una metodología, sino una transformada visión política de la pedagogía que sirve para crear conciencia de la transformación de las personas, objetivo este que se cumplirá en la medida que se aplique la transformación de la formación del docente, lo cual es imprescindible desarrollar y que podamos dar respuesta a la siguiente interrogante: ¿ Cómo hacemos para que en la formación de docentes se pueda permear a los estudiantes de pedagogía, a los futuros MAESTROS, con esos valores de la educación popular, con una visión critica, conectados a los nuevos paradigmas?.Sin duda, que para avanzar en ese anhelado y requerido escenario debemos aunar dos campos: los nuevos paradigmas holísticos de la ciencia cuántica con los planteamientos de la educación popular.
Rivera.hriverat1@hotmail.com