Del “saber” instrumental al saber transformador

Esta semana quiero dedicar este espacio a compartir algunas reflexiones sobre la educación, básicamente orientadas a partir de una relectura de la doctrina de de la pedagogía de la liberación, de Paulo Freire. Desde ésta y algunas otras compartiré algunas reflexiones sobre la academia tradicional, sus alcances, limitaciones, intereses y perspectivas, así como a su contraparte, una educación liberadora.

La principal implicación del modo en que se construye conocimiento en la actualidad es que en líneas generales está al servicio de una determinada ideología –entendiendo ésta en el sentido marxista de “falsa conciencia”, donde particulares asumen como propia la ideología del sistema social que ejerce el poder-. Ello explica muchas de sus manifestaciones actuales, que van desde una práctica de autoconservación del sistema dominante, a través de la estigmatización de lo distinto y de cualquier expresión crítica, hasta la normalización del “conocimiento” como un mero acumulado de saberes instrumentales, que buscan “capacitar” mano de obra para el cumplimiento de tareas inscritas en el propio sistema dominante y su lógica de funcionamiento.

Es totalmente paradójico, pero en este orden de cosas, los aportes de la academia tradicional ocurren en sus momentos de disfuncionalidad, cuando surge “algo distinto”, que escape de sus parámetros y la confronte, no sin antes pasar por el escarnio de su poder dominante.

Así, estas líneas, orientadas por el sentido que le otorga el maestro Freire, buscan destacar lo que debe ser la base de un saber revolucionario y transformador: el saber liberador, que confronta los mecanismos de dominación del sistema. En consecuencia, es útil aquel saber dotado de contenido, pertinencia y sentido relacional, el saber dialógico y vinculado a un sentido práctico, dotado de identidad en la misma medida que está alejado de la alienación. Un saber para pensar, criticar, hacer y transformar lo establecido; un saber relacional, creativo y profundamente humano. Cada día y desde todos los espacios, debemos construir esta concepción del saber, única forma de consolidar una nueva y mejor sociedad. He allí el sentido de lo que tempranamente nos dijo el Padre Bolívar en su Discurso de Angostura de 1819: “Moral y luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades."

oliver.reina@gmail.com

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Oliver Reina

Gerundiando: Haciendo, revolucionando, sintiendo, leyendo, escribiendo, escuchando, acompañando, conversando, CREANDO. Ah, y pichón de y que fotógrafo

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