Pregunta difícil de responder. La Zona Educativa de Mérida debe ser declarada en Emergencia, aplicarle terapia intensiva y respiración artificial para que salga del shock en que se encuentra. Con pañitos calientes no reaccionará y se extinguirá irremediablemente.
Sólo si convertimos las Debilidades y Amenazas encontradas en Fortalezas y Oportunidades, tendremos opciones para revertir el proceso de deterioro observado en las estructuras administrativas corroídas por la corrupción y la negligencia.
Lo que está pasando en Mérida con la Zona Educativa, nos imaginamos está pasando en todo el pais. Durante los años que lleva la Revolución Bolivariana, , las instituciones educativas han sido las que han mostrado mas resistencia para adoptar innovaciones o aceptar las instrucciones emanadas del poder central. Los gremios, los educadores y los padres y representantes de los alumnos se han puesto de acuerdo para torpedear cualquier iniciativa que trate de hacer los cambios de modelos, necesarios para adecuar el proceso educativo a los planes revolucionarios.
Los intentos de hacer cambios revolucionarios en educación, “con las armas melladas del capitalismo”, están destinados al fracaso. Toda la inversión en el sistema educativo, que se ha hecho en los últimos 12 años, es superior al realizado desde que obtuvimos la independencia de España.
Por la gerencia de la zona educativa de Mérida han pasado sabios profesores universitarios, abnegados maestros y profesionales eminentes y todos han fracasado. Todos han salido con las tablas en la cabeza y seguirán fracasando los que lleguen, mientras no toquen la esencia del asunto y traten de dar respuesta a la preguntas: ¿Para que educar? ¿Que tipo de educación? Y después de ello crear la estructura administrativa que se adecue a las respuestas encontradas. Es imposible que si vamos a educar para reproducir al Sistema Capitalista y el tipo de educación es para formar a un ciudadano(a) con mentalidad capitalista, tratemos de instalar una estructura administrativa socialista. Eso no funciona.
Si la estructura administrativa, pretende imponer los valores del Socialismo, se va a encontrar con una fuerte resistencia y todos los planes, leyes, reglamentos y medidas coercitivas fracasaran indefectiblemente, pues el aceite y el vinagre tienden a rechazarse mutuamente.
Cuando nos preguntamos el porque la revolución bolivariana no avanza al ritmo deseado, debemos buscar la respuesta en la velocidad del sistema educativo que tenemos y en sus niveles de desarrollo. Mientras la tecnología, la economía, la infraestructura y el nivel de consumo, suben por los ascensores, el sistema educativo va lentamente por las escaleras. Es tal que podemos llegar a ser considerado como un pais de alto desarrollo (caso USA) y mantener un bajo perfil en el área de la educación.
Si no aprovechamos la Oportunidad, por tener un gobierno revolucionario, con una vigente Ley Orgánica de Educación Revolucionaria, con la Fortaleza inspiradora de nuestro líder acompañado de un pueblo que lo ama y lo sigue; de crear las condiciones necesaria y suficientes para dar el gran salto cualitativo de construir la estructura administrativa socialista, donde se inserte al docente que quiere y desea una educación socialista para su pais, si no aprovechamos, repito,esa oportunidad, entonces “bajemos la santamaria” o dejemos de soñar y/o estresarnos por luchas destinadas al fracaso.
Si hacemos siempre lo mismo y obtenemos los mismos resultados, es tiempo de cambiar el hacer para obtener otros resultados. Si todos los planes educativos, todos los métodos de reclutamiento, selección, estímulos y valoración de los docentes, son siempre pensados y ejecutados en función de los modelos y esquemas gerenciales de la empresa capitalista, siempre obtendremos a un docente pesetero, sin ideales, sin valores y sin principios éticos y menos con mentalidad socialista. Asi de sencillo es la cosa. Nadie da lo que no tiene o no se le estimula a dar.
Si todos los funcionarios que trabajan en las Zonas Educativas, fueron enseñados y entrenados en las universidades capitalistas y gran parte de ellos vienen de trabajar en Empresas Privadas, es muy difícil que se espere de ellos un comportamiento no capitalista cuando actúan como empleados del Ministerio de Educación. Pedirle lo contrario es ir contra su naturaleza.
Asi que, si docentes y funcionarios tienen formación y mentalidad capitalista, tendremos zonas educativas capitalistas y como las actuales autoridades quieren resultados socialistas, entonces se empastelan y no logran ni lo uno ni lo otro, creando una atmósfera conflictiva en la cual quien pierde es el pais. Como dijo el filósofo de Zulia: “no se le puede pedir peras al horno”.