La enseñanza por “complejos” en los libros de pedagogía

En un artículo anterior introduje algunas consideraciones en torno a la enseñanza por complejos (ver: http://www.aporrea.org/educacion/a136737.html). En el presente artículo me referiré a la manera en que esa propuesta pedagógica revolucionaria es tratada en los libros de pedagogía en español. Es oportuno señalar que la mayoría de los autores de libros de pedagogía ignora completamente este método, bien sea por ignorancia o por razones ideológicas. En los libros recientes, de la última década, de pedagogía publicados en español no se mencionan los complejos, es más se ignora por completo la contribución pedagógica de las repúblicas que experimentaron con el socialismo en el siglo XX. Dada las escasas referencias a este método en los libros de pedagogía, decidimos incluir en nuestra selección algunos artículos aparecidos en revistas de educación. Por ejemplo, el artículo de García Hurtado que apareció en la revista Educación que publicaba nuestro entonces Ministerio de Educación. Recordemos que es tan importante identificar lo que se silencia, lo que no se menciona en lo libros de pedagogía como aquello que sí se menciona.

La primera referencia en español que he encontrado en la que se mencionan los “complejos rusos”, es el artículo de García Hurtado publicado en la revista Educación en 1946. Me refiero a la revista Educación publicada por nuestro entonces Ministerio de Educación. Este artículo de García Hurtado (1946) trata sobre la globalización de la enseñanza, en la segunda parte del mismo presenta una muy breve descripción de los “complejos rusos”. García Hurtado no comenta esta propuesta pedagógica y nos remite al libro de Pinkevich titulado “La Nueva Educación en la Rusia Soviética”.

Luzuriaga fue un prolífico escritor y compilador de obras de pedagogía. Este pedagogo argentino jugó un papel muy importante en la diseminación de las ideas de la Escuela Nueva, en especial el enfoque estadounidense, en nuestro continente. Muchas de sus obras reposan en las bibliotecas de nuestras escuelas de educación y se consiguen en ventas de libros usados. En dos de sus obras, Luzuriaga (1961, 1967) hace referencia a la enseñanza por complejos que se desarrolló en la extinta Unión Soviética.

Luzuriaga (1961) señala que “La historia de la educación en Rusia ha seguido el mismo proceso que la de los países occidentales, aunque con una marcha más lenta y retrasada. (…)” (p. 225). En este marco, “[l]a revolución bolchevique de 1917 trató de remediar esta situación por una serie de medidas apresuradas, con las que aspiraba introducir algunas de las ideas más avanzadas de la pedagogía contemporánea. (Luzuriaga, 1961, p. 225). En otra de sus obras, publicada años más tarde, Luzuriaga afirma que: “(…) Rusia, [en 1917], se encontró así desprovista del instrumental pedagógico más elemental, y tuvo que improvisarlo todo (…)” (Luzuriaga, 1967, p. 147). Reconoce Luzuriaga (1967) que esta primera etapa de la Revolución Bolchevique se caracteriza, en lo pedagógico, “por ser el período de los ensayos y tanteos con grandes dificultades de orden económico para llevarlos a cabo (…)” (p. 148). Es en ese contexto donde surge y se lleva a la práctica el método de complejos.

Para Luzuriaga (1967), “(…) el “método de complejos”, que como se sabe es una fusión de los centros de interés y del método de proyectos, con una inspiración de carácter social y político. La base del método es siempre el trabajo, en relación con las fuerzas de naturaleza y de la sociedad, pero en una forma fija, con programas de temas y actividades previamente señaladas por la maestra. (…)” (p. 149). Luzuriaga no hace referencia a ninguna obra en particular sobre la enseñanza por complejos, no señala explícitamente de dónde obtuvo la información sobre los complejos.

Otro pedagogo que hace referencia en su trabajo a la enseñanza por compeljos es Planchard (1969). Para este autor, “En cuanto a los métodos empleados en las escuelas rusas no presentan gran originalidad; los han tomado sobre todo de otros países, especialmente de América [se refiere a los Estados Unidos]. (…)” (p. 424). Al igual que Luzuriaga, Planchad no hace referencia a fuente bibliográfica alguna. No nos presenta ningún ejemplo o razonamiento que justifique su afirmación sobre la falta de originalidad de la enseñanza por complejos.

Otro pedagogo conocido en nuestras escuelas de educación que menciona la enseñanza por complejos en uno de sus libros es Larroyo (1976). Resalta este autor que: “El trabajo productivo es la base de todo el centro de interés en torno del cual se organiza la enseñanza. Ahora bien, como el trabajo ha tomado, gracias al desenvolvimiento de la industria, una forma colectiva, la enseñanza deberá tener asimismo un eminente carácter socializador y estar al servicio de la solidaridad de clase. El “método de los complejos” quedó establecido desde 1922” (Larroyo, 1976, p. 744). Vemos en esta cita que Larroyo solo hace referencia al método y enfatiza su fundamentación en el trabajo productivo. Lo cual es tomado del enfoque marxista-leninista que le sirvió de fundamento a la pedagogía soviética.

Siguiendo la misma línea trazada por Larroyo, Palacios (1978) menciona el método de los “complejos” en una sección de su libro dedicada a la escuela del trabajo de Blonskij, en especial lo caracteriza como uno de los principios pedagógicos básicos. Señala Palacios (1978) lo siguiente: “(…) Puesto que para Blonskij la vida en su plenitud se circunscribe a la comuna y a la fábrica, en la economía y en la vida social, estas unidades se le deben ofrecer al niño como totalidades, como “complejos”. Cada uno de los dominios de la vida señalada debe ser un complejo del cual debe partir la enseñanza (…)” (p. 388). Palacios no compara este método con ningún otro de la escuela nueva ni emite juicios de valor sobre el mismo.

Una revisión exhaustiva de un gran número de libros de pedagogía (educación, currículo, etc.) publicados en español, además de una búsqueda en la web, nos revela que la enseñanza por complejos ha sido sistemáticamente silenciada por los autores de dichos libros, y, en los pocos casos en que es mencionada, es tratada muy brevemente y además es desvalorizada como contribución original a la pedagogía. Nada de eso es casual, aún cuando los autores de los libros de pedagogía no actúen conscientemente. Se trata del predominio de una ideología, de la hegemonía de la perspectiva pedagógica que le sirve al capital. También hay que considerar la poca información que hay en español disponible con facilidad sobre la enseñanza por complejos.

La enseñanza por complejos, o temas complejos, aparece en la literatura de pedagogía en español básicamente tratada en el contexto de la globalización de la enseñanza o de la educación para/en el trabajo. En ambos casos, los autores suelen restarle importancia a la enseñanza por complejos y la reducen a una versión de la enseñanza por proyectos. Incluso como una copia de las propuestas de la Escuela Nueva estadounidense. No encontramos en ninguno de estos libros una descripción detallada de la enseñanza por complejos. Mientras que si se explican con detalles otras propuestas como los centros de interés de Decroly o la enseñanza por proyectos tal como la promovió Kilpatrick Este tratamiento desigual de estas propuestas pedagógicas no es casual. Como dije más arriba, esta es parte del control hegemónico de la clase dominante sobre el pensamiento pedagógico en nuestros países. Una de las tareas para contrarrestar esa hegemonía es la de rescatar las propuestas pedagógicas revolucionarias, estudiarlas a fondo, aprender de ellas y tomar todo lo que nos sea de utilidad para resolver los problemas educativos que enfrentamos hoy en día, en el contexto revolucionario actual.

En un próximo artículo trataré con más detalle la enseñanza por complejos o temas complejos. En particular presentaré dos ejemplos. El caso de Jesualdo Sosa, educador uruguayo, quien incorporó la enseñanza por complejos a su propuesta pedagógica. Y el caso de la adopción de la enseñanza por complejos en la educación socialista propuesta en tiempos de Cárdenas en México.

Referencias

GARCÍA HURTADO, Raúl (1946). La globalización como principio educativo (Conclusión). Educación, 6(41), 52-65.

LARROYO (1976). Historia general de la pedagogía (13ª edición). México: Porrúa.

LUZURIAGA, Lorenzo (1961). Historia de la educación y de la pedagogía. Buenos Aires: Losada.

LUZURIAGA, Lorenzo (1967). La educación nueva (Octava edición). Buenos Aires: Losada.

PALACIOS, Jesús (1978). La cuestión escolar: Críticas y alternativas. Barcelona: Laia.

PLANCHARD, Emile (1969). La pedagogía contemporánea (Víctor Gracía Hoz, Trad.). México: Rialp.

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Julio Mosquera


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