Castigo para los rectores y demás autoridades universitarias

Este Ministerio no puede limitar su acción a recortar los excedentes cuantitativos salariales no justificados o evidentemente abultados en millardos de bolívares, práctica que consumaron durante más de 40 años.

Esas autoridades han cometido delitos de estafa recurrente. Como tales, son acusables como delincuentes, a quienes debería, por lo menos, exigírseles su renuncia inmediata, imponerles la pérdida de sus privilegios, al ser declarados personas non grata e indignas.

No puede ser que el Ministro Moncada se limite a rectificar cuantitativamente las partidas presupuestarias como si sólo se tratara de conciliaciones bancarias o comerciales que suelen tener discrepancias involuntarias las más de las veces. Allí ha habido dolo, burla, estafa y otros delitos afines.



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Manuel Martínez


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